editorialLa Voz de Córdoba

Ponerse la camiseta

Actualizada 05:00

Los socialistas y comunistas cordobeses comenzaron la semana exigiendo inmediatamente el agua potable para el norte de la provincia tras las lluvias que dejó la borrasca Nelson. Coincidían sus respectivas ruedas de prensa con la reunión, casi a la misma hora, del comité de sequía que encabeza el presidente de la Diputación Salvador Fuentes. Frente a la exigencia pública oportunista y no exenta de demagogia de unos, sobre la mesa de la administración provincial había datos pluviométricos y de ejecución de las infraestructuras que se están llevando a cabo, ahora sí, tanto desde Diputación como desde la Junta de Andalucía.
Desde ese comité de sequía se pidió prudencia, porque no ha llovido lo suficiente como para garantizar un abastecimiento sin riesgo de recaer en la escasez, pero sobre todo se informó con claridad meridiana de cómo está la situación. No eran opiniones, sino datos avalados técnicamente.
Tanto en el PSOE como en IU saben perfectamente que las cosas no funcionan así: que se llene un pantano no implica automáticamente que se restablezca el suministro cuando éste está sujeto a diferentes obras de mejora y mantenimiento, unas obras que los que ahora exigen rapidez no llevaron a cabo cuando tuvieron responsabilidad para ello y la obligación de atender un problema que no se reduce a este último periodo de sequía. Más que en solucionar los asuntos que realmente afectan a los contribuyentes demuestran su habilidad para la convocar la movilización ciudadana, la misma que estuvo quieta y callada hace tan solo unos años. Que el problema existe y es el producto de la inoperancia de varias administraciones en distintas legislaturas es cierto, pero que la reclamación es partidista y hasta un tanto sectaria, también.
Lo más desalentador de todo ello es que, al igual que ocurre con la corrupción, un numeroso grupo de ciudadanos no sea capaz de juzgar los hechos y exigir responsabilidades más allá de la camiseta que lleven puesta. Ese sesgo ideológico no solo está permitiendo gran parte de los dislates a los que asistimos en la actualidad, sino que entrega un cheque en blanco a un sector de la clase política que se sabe impune porque siempre está arropada por una tribu de sicofantes con el mismo sentido de la moral y de la justicia que ellos.
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