La juventud de la parroquia de San Juan y Todos los Santos- Trinidad

La juventud de la parroquia de San Juan y Todos los Santos- Trinidad

Crónicas desde la JMJ

Nada puedo sin Ti

«Jamás había visto cosa igual en mi vida, que hubiera colas de jóvenes esperando a poder acceder a la iglesia y volverla a llenar. En serio, colas para entrar a un templo y orar cantando»

Amanecí a un nuevo día y salí buscando un lugar para tomar un café temiendo colas, pero mi sorpresa fue observar las calles vacías y un silencio confortante. Eran las mismas esquinas y vías que ayer estaban tomadas por cientos de jóvenes exultantes.

Por la mañana, los jóvenes se distribuyen por las parroquias de Lisboa o ciudades del alrededor para participar en los encuentros Rise Up, que son un nuevo modelo de catequesis de la JMJ que desafía a los jóvenes a reflexionar sobre los grandes temas lanzados por el pontificado del Papa Francisco: ecología integral, amistad social y Misericordia. Presididos por los obispos participantes en parroquias a los que se invitan a los peregrinos a vivir intensamente estos momentos.

En la Iglesia de la Concepción, Mons. Alfredo Torres, de la diócesis de San Fernando de Apure de Venezuela, animaba a los jóvenes a ser santos, que es vivir a la luz del Espíritu Santo. «Tenemos todos los medios a nuestro alcance para vivir la santidad y hoy hemos aprendido que somos algo bello para Dios: somos queridos del Señor que nos da el inmenso regalo de la creación».

El prelado nos animó a tomar conciencia de que las cosas de Dios son un gran tesoro. El encuentro con Cristo es un hermosísimo e inigualable tesoro. Previamente a la celebración de la Santa Misa tuvo lugar la catequesis a la luz de la Encíclica «Laudato Si» impartida por un sacerdote jesuita y el obispo,; en tanto, varios sacerdotes, durante dos horas, escuchaban a los jóvenes en confesión ¡Cuánta gracia está el Señor derramando en estos maravillosos jóvenes!

La tarde está llena de actividades de diversa índole: actividades deportivas, conferencias, talleres, tiempo de oración y actividades musicales.

Nos decidimos a caminar hasta la Iglesia de San Pablo, a las 5 de la tarde para participar en el concierto oración del sacerdote Juan Baena, párroco en la Cala de Mijas, y a continuación a nuestro querido Toño que compuso y dirigió el musical del Via Crucis que se estrenó en la Mezquita Catedral en la Cuaresma del 2022.

Cuarto día de peregrinación

Cuarto día de peregrinación

Mi sorpresa fue mayúscula cuando al llegar a la Iglesia de San Pablo veo una cola espectacular en la puerta, tuvimos que esperar para que el templo se fuese desalojado de jóvenes para poder acceder a la actividad en la que queríamos participar. Jamás había visto cosa igual en mi vida, que hubiera colas de jóvenes esperando a poder acceder a la iglesia y volverla a llenar. En serio, colas para entrar a un templo y orar cantando. No miento, digo verdad, estoy siendo testigo.

El sacerdote Juan Baena unos ejercicios espirituales le «cambió el modo de mirar la vida: todo lo bueno que me rodea es un don de Dios»., afirmaba. Durante el concierto- oración escuchaba en una melodía angelical: «Señor, te quiero, tú lo sabes». Y en ese preciso momento accedían al templo los chicos de mi parroquia. Mi corazón se conmovió. Deseaba verlos y abrazarlos, justo en el instante en el que estaba diciéndole a Jesús en mi interior: «Señor te quiero, te amo profundamente en mi gente, la parroquia, pero en la más bella perla que son nuestros jóvenes. Te amo Señor, ellos son mi alegría, son el hermoso regalo, el inmenso tesoro que has puesto en mi vida».

Los chavales de la parroquia me decían: «José Juan, no te pierdas el concierto de Hakuna». Allá me fui a la plaza del Comercio que poco a poco fue llenándose de jóvenes. De pronto me vi sin escapatoria alguna en medio de una multitud de corazones exultantes y vibrantes, sin agobios de empujones ni borricadas, miraras donde miraras solo veías rostros iluminados con una sonrisa embriagadora y contagiosa. Era la expresión más pura de la alegría de la que nos habla el Evangelio. Lo mismo saltaban que alzaban las manos al viento y las batían multiplicando el eco de sus almas enamoradas de aquel que da la vida y es fuente de caridad, e igualmente, se arrodillaban con compunción y humildad en los cantos con un sentido más penitencial y de llamada a la conversión. Recordaba las palabras de San Juan Pablo II en Santiago de Compostela: «San Agustín dijo que quien ora y canta ora dos veces, yo os digo que quien baila ora tres veces».

He terminado la jornada muy emocionado y derramando lágrimas de alegría. Hay esperanza para el mundo. Todo lo podemos con Dios y nada podemos sin Él. Estas palabras de San Pablo nos animan a seguir mirando al horizonte con un alto sentido de la esperanza.

No os olvidéis de seguir rezando por estos jóvenes porque nosotros no nos olvidamos de rezar por vosotros.

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