Fernando Cruz Conde, en la iglesia del Juramento de San Rafael
«San Rafael sobre todo nos protege en la convivencia y en la alegría de la gente que lo celebra por todo lo alto»
Fernando Cruz-Conde invita a redescubrir el Juramento como lugar donde comenzó la devoción al Arcángel de Córdoba
Hoy, 24 de octubre, festividad de San Rafael, Custodio de Córdoba, coincide con la semana en la que el Centro de Interpretación del Juramento ha presentado una nueva etapa de difusión y apertura con el relanzamiento de su página web y sus redes sociales oficiales. El proyecto, ya en marcha, busca difundir la figura del Arcángel, impulsar el turismo religioso y cultural en torno a su legado y fomentar la participación ciudadana a través de la memoria colectiva.
La nueva web, www.juramentosanrafael.com, ofrece una navegación más intuitiva y actualizada, con secciones dedicadas al museo del Juramento, la historia de la devoción y un recorrido detallado por los Triunfos y monumentos que honran su figura a lo largo de la ciudad. A ello se suma la recuperación de los perfiles oficiales en Instagram, Facebook y YouTube, con los que se pretende potenciar la comunicación directa con los cordobeses, difundir contenidos audiovisuales sobre el patrimonio artístico y espiritual del templo y compartir noticias, efemérides y testimonios relacionados con el Arcángel Custodio.
El rector de la iglesia del Juramento, Fernando Cruz-Conde, explica que esta renovación digital responde a un propósito más profundo que la mera actualización tecnológica: «El objetivo es acercar la historia, el arte y la devoción de San Rafael a todos los cordobeses y visitantes, consolidando la posición del Juramento como un espacio vivo, abierto y dinámico». Responsable de uno de los templos más emblemáticos de la ciudad, Cruz-Conde subraya que su principal interés es que los cordobeses conozcan más el templo y el origen de la devoción: «Esta iglesia es el centro, en definitiva, y el principio fuerte de la devoción a San Rafael. Es donde aparece, donde jura, habiendo sido previamente conjurado por el padre Roelas para saber si era del buen espíritu o del mal espíritu, y donde jura por Jesucristo crucificado que es Rafael, el custodio de esta ciudad».
El Centro de Interpretación, inaugurado en 2019, se ha ampliado desde entonces hasta duplicar su superficie. El recorrido, cuidadosamente documentado, permite comprender el valor histórico, artístico y espiritual del lugar. «En primer lugar —detalla el rector—, mostramos el carácter histórico del padre Roelas, un personaje real. Se conserva su testamento y su documentación, y hasta el cajón que se preparó en el siglo XIX para trasladar sus restos. También una de las primeras representaciones de San Rafael que posiblemente se usara en su oratorio, donde aparecía junto a los mártires, curiosamente todas mujeres».
En las salas dedicadas a los mártires de Córdoba, el visitante puede contemplar cuadros de San Eulogio y de los Cinco Caballeros —Acisclo, Zoilo, Fausto, Genaro y Marcial, los primeros mártires romanos de la ciudad—, además de una valiosa colección adquirida en anticuarios, con escenas de los mártires mozárabes y piezas poco conocidas. «Queríamos recuperar esas historias y rostros —dice Cruz-Conde—, porque forman parte de la raíz de Córdoba y de su fe».
Centro de Interpretación del Juramento de San Rafael
Otro de los atractivos del centro es la recreación arquitectónica del templo, con maquetas que muestran la evolución de la antigua ermita original hasta la actual iglesia ampliada tras el terremoto de Lisboa. También se exponen retablos, piezas litúrgicas y numerosos exvotos populares, algunos de gran singularidad. «Hay exvotos muy humildes, pero con un encanto enorme —relata—. Uno de ellos tiene un fragmento de bomba, dejado por un cordobés que vivía en Cádiz durante el bombardeo inglés del siglo XVIII. Pidió la protección de San Rafael y las bombas pasaron por encima sin dañarle. Dejó el testimonio con el trozo de bomba que había caído junto a su casa».
La exposición se completa con objetos de culto y reliquias vinculadas a la Eucaristía y el martirio, entre ellas un ajuar litúrgico de Damián de Castro, que solo se retira durante las celebraciones solemnes. «Mostramos la vida de los mártires de Córdoba, desde los romanos hasta los del siglo XX», señala el rector. Una de las piezas más llamativas es el Árbol de la Vida, concebido por la artista Julia Hidalgo, donde «aparece el Señor resucitado y el Árbol del Génesis, cuyo fruto daba la vida eterna y que es la Cruz de Cristo». En las ramas de bronce cuelgan relicarios de santos y mártires cordobeses, entre ellos Santa Columba, San Eulogio, el beato Álvaro de Córdoba, el padre Posadas y San Juan Bautista de la Concepción.
''El ábol de la vida' (2021), de Julia Hidalgo
Cruz-Conde insiste en que el Juramento de San Rafael no es solo un museo, sino un espacio vivo de fe y memoria, que debe ser conocido y visitado por los cordobeses. «Estamos hablando con el Ayuntamiento —avanza— para que se incluya dentro de la ruta de las Iglesias Fernandinas y también en una futura ruta de los Triunfos. Así esta iglesia podría estar abierta permanentemente, o casi, para que los visitantes recorran el casco histórico, disfruten del patrimonio y terminen aquí, en el lugar donde comenzó todo».
En un plano más íntimo, el rector reconoce que la devoción al Arcángel sigue profundamente arraigada en la ciudad: «Los cordobeses sabemos que estamos protegidos por San Rafael. Lo invocamos en los viajes, en las tormentas, en las catástrofes naturales. Está tan presente que hasta el campo de fútbol lleva su nombre. Pero a veces eso mismo hace que olvidemos el origen de la devoción: esta iglesia».
Y añade una reflexión que resume el sentir de la jornada: «San Rafael sobre todo nos protege en la convivencia, en el progreso y en la alegría de la gente que lo celebra por todo lo alto».
En esta jornada festiva, Fernando Cruz-Conde recuerda también su vivencia personal con el Custodio: «En mi familia siempre hemos celebrado San Rafael. Mi abuelo se llamaba Rafael; su primer hijo, también Rafael, murió siendo niño, y mi abuela nunca lo olvidó. Desde entonces, en todas las ramas de la familia hay un Rafael, y cada año lo celebramos por todo lo alto».
Y concluye con una invitación a todos los cordobeses: «Que en algún momento del día pasen por esta iglesia, donde San Rafael apareció, y renueven su vinculación con él. Que agradezcamos su protección y la pidamos para el futuro, para que no falte, y para que se mantenga la fe en Jesucristo crucificado, como él juró hasta el fin de los tiempos».