La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz AyusoComunidad de Madrid

Conferencia de Presidentes

La izquierda rabia contra Ayuso por destapar la «farsa» de las lenguas cooficiales en la cumbre de presidentes

No era un farol. Isabel Díaz Ayuso lo había avisado el día anterior y cumplió, a rajatabla, con su palabra. Si los presidentes autonómicos decidían no emplear la lengua común, el español, durante la Conferencia de Presidentes —una posibilidad inexistente hasta la fecha pero que Pedro Sánchez decidió introducir por primera vez en esta cumbre para contentar a los presidentes independentistas vasco y catalán—, abandonaría la sala. En ningún caso, advirtió en sede parlamentaria, haría uso del pinganillo. Y así fue.

De esta forma, y también por su encontronazo con Mónica García al inicio del encuentro, Díaz Ayuso se convirtió en protagonista este viernes en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, desde donde hizo un alegato antológico en defensa de la unidad de España y destapó la verdadera intención de Sánchez con esa artimaña.

El socialista proclamó al comenzar el día que el uso de las lenguas cooficiales en la Conferencia de Presidentes suponía «la prueba de un proyecto de país que integra, que no excluye, que reconoce como activo lo que es la diversidad de un gran país como es España». Una afirmación que desmontó, de cabo a rabo, Díaz Ayuso, quien opinó que, muy al contrario, la «maniobra de los pinganillos» es la forma de tratar de «visibilizar un estado plurinacional que no somos» y un intento de utilizar las «enriquecedoras» lenguas cooficiales de España para «dividir».

Durante su turno de palabra, Ayuso denunció que el uso del pinganillo entre personas que, un minuto antes, se han comunicado en su mismo idioma en los pasillos, supone una «humillación» a las propias lenguas regionales, puesto que lo que hace es «reducirlas a instrumentos separatistas de una farsa».

«Cataluña es España y el español es la lengua oficial del Estado y, por tanto, esto me parece un esperpento más propio de lo que está minando nuestra vida pública y privada estos años», sentenció. Una postura que defendió después ante la prensa, a pesar de que ninguno de sus homólogos del Partido Popular la secundaron y todos permanecieron en la sala cuando se emplearon el vasco y el catalán. Mientras tanto, desde la dirección del PP defendieron la postura de Ayuso, quien reivindicó su libertad para expresar su protesta de la manera que considerara, al igual que la de sus compañeros que optaron por no seguirla.

Así las cosas, a quien sí soliviantó Ayuso con su actuación fue a la izquierda madrileña, que no dudó en arremeter contra ella en cuanto trascendió su plante a la performance independentista con las lenguas cooficiales. El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, que ya había llamado el día anterior «irresponsable» y «cansina» a Ayuso cuando avanzó lo que iba a hacer al día siguiente, celebró que se hubiera «quedado sola en el numerito del día».

«Hoy hemos visto como la cordialidad y la normalidad claro que son posibles entre quienes pensamos diferente. Quienes viven por y para la confrontación deben dejar de envenenar la convivencia. Tampoco lograrán tapar nada», escribió en sus redes sociales.

Por su parte, el secretario general del PSOE de Madrid y ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, tampoco dejó pasar la oportunidad de criticar a la presidenta madrileña, cosa que hace día sí y día también. López acusó a Ayuso de ser una política que «envenena la convivencia» y de ir a la Conferencia de Presidentes a «meter cizaña».

«No se puede ir a la Conferencia de Presidentes a meter cizaña representando a la capital de España. Madrid siempre ha sido abierta, tolerante, diversa, moderna…. Ni los madrileños ni el resto de españoles merecen una política que envenena la convivencia», escribió en su perfil oficial de X.

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