Cinco errores que debes evitar al pedir vino en un restaurante

El enólogo Luis Güemes, de la Bodega 202, en la Rioja Alavesa da algunas claves sobre cómo acertar con la elección del vino

el político norteamericano Francis Rooney sucumbió al encanto de La Rioja mientras recorría el Camino de Santiago junto a su mujer Kathleen. En 2014, se embarcaron en la compra de un viñedo y la construcción de una pequeña bodega, a los pies de la Sierra de Cantabria en Laguardia. La bautizaron como Bodega 202, el prefijo telefónico de Washington DC, su residencia principal. Su hijo Michael Rooney es quien está al pie de este proyecto junto al enólogo y director técnico Luis Güemes. «Para mí, Rioja Alavesa es la meca del vino en España y la zona con mayor vocación vitivinícola para hacer vinos de calidad en nuestro país», explica Güemes. Nos citamos con él en el restaurante Papúa Colón para hablar de las claves que se deben tener en cuenta al elegir un vino.

1. Pedir un blanco o un tinto. En muchos casos, cuando el cliente llega al establecimiento y quiere pedir un vino, lo hace simplemente pidiendo un vino tinto o un blanco, sin más, sin tener en cuenta la diversidad que hay en España. Mejor concretar qué vino queremos.

2. Confundir la zona con la variedad. Uno de los errores que comete en muchas ocasiones el consumidor nacional es el de pedir un vino confundiendo la zona con la variedad. Por ejemplo, es muy típico que el consumidor pida un verdejo o un Rueda, pensando que está pidiendo lo mismo, pero, aunque la variedad de blanco que predomina en la zona sea la verdejo, no es la manera de pedir. Si pedimos un verdejo, nos pueden servir cualquier vino que esté elaborado con dicha variedad y, por el contrario, pedimos un «Rueda» puede que nos sirvan un Sauvignon Blanc u otra variedad que se trabaje en la zona. Lo perfecto, en el caso de querer un vino de esa zona y elaborado con esa variedad, sería pedir un verde de Rueda. Esto pasa con muchas denominaciones del país porque muchos consumidores no diferencian entre las zonas geográficas en las que se elabora el vino y las variedades con las que se hacen.

3. Riojitis o riberitis, hay DOs muy interesantes. Parece mentira que te lo diga un enólogo de Rioja, pero es cierto que tanto los consumidores como los hosteleros, pecamos de ceñirnos a lo que conocemos, sin dejarnos recomendar y perdiendo la posibilidad de probar cosas diferentes. En España se están haciendo grandes vinos en zonas muy diversas y los pequeños productores también están haciendo muy bien las cosas, hay grandes vinos que el consumidor debería probar.

4. Pedir los vinos con un hielo. Últimamente se ha puesto de moda pedir ciertos vinos con un hielo para que estén muy frescos, pero lo cierto es que, es un error porque el hielo hace que el vino se diluya y perdemos muchos matices. Sería más apropiado pedir al hostelero que enfriara más el vino o si hemos pedido una botella, pedir que nos traigan una cubitera.

5. Añadas en los blancos. Generalmente, el consumidor no presta demasiada atención a las añadas de los vinos. Pero es cierto que en el caso de los blancos el desconocimiento es todavía mayor. Hay vinos blancos en los que conviene tomar la última añada, pero hay otros que se producen en climas más frescos y envejecen muy bien, en este tipo de vinos merece la pena probar añadas anteriores: ejemplo los Txakolis de calidad del 2015 ahora están cañón.

«Aún así, lo importante es que tomen vino y lo disfruten, sea como sea. Al final los que estamos dentro del sector percibimos este tipo de cosas, pero todos estamos de acuerdo en que lo importante es consumir vino, el que te guste y como te guste, el resto ya llegará», expone Güemes.

La expresión del viñedo

Podría parecer que hacer una bodega de cero en Rioja supone una desventaja por no tener un histórico y necesitar construir un nuevo nombre. Luis Güemes cree lo contrario. «Nos ha permitido diseñar una bodega desde el minuto uno, apostar por los viñedos que más nos gustaban y, a partir de ahí, pensar en la bodega que queríamos. Primero apostamos por el viñedo y luego por la bodega», explica.

Bajo ese prisma, insiste en «buscar la frescura». Razón que los llevó a «interesarnos por los viñedos más altos de la zona, en las faldas de Sierra Cantabria». Una zona que se consolida en viñas que hace 35 años maduraban con dificultad y que ahora, con la presencia del cambio climático, supone un valor añadido para elaborar vinos de calidad.

Ansa, Aistear y Crianza son las tres referencias con las que Bodega 202 pone en la mesa la frescura de la zona, para los cuales es fundamental la selección en viñedo. «No solo elegimos uva en mesa de selección, sino en el propio campo. Es más, a veces, ni siquiera seleccionamos parcelas enteras, sino esquinas de parcelas, buscando cada añada el tesoro escondido», explica. Una cuestión de capacidad, pues de las 20 hectáreas de viñedo, apenas siete pueden pasar a la bodega.

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