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El último desfile de Louis Vuitton

Moda

Vuitton versus MiuMiu: de cumplir con el expediente a desfilar con culottes deluxe

El último día de la semana de la moda de París se ha despedido con un desfile con ropa interior en pailletes

En Louis Vuitton, tan sobrados de historia que convirtieron las cajas de madera en baúles de viaje allá por el 1854, no hay una tradición de prêt-à-porter, ya que sólo desfilan con ropa desde el año 1999. En cambio, MiuMiu, del grupo Prada, nació como una joven estrella del «abigliamento» en 1993. Sus desfiles han coincidido en el día pero nada en absoluto en su interpretación de la la moda y de la realidad de la calle. Veamos.
En Vuitton, Nicolas Ghesquière ha ideado una colección para el próximo invierno muy rara y poco comercial. Los vestidos de escote silueteado sobre top, las maxiblazers de pinzas en pata de gallo con cinturón, los baulitos y los botines bicolor - como los de los bisabuelos nacidos en el siglo XIX –se acompañaron de anillos curiosos y de prendas en guateado o en tejido de animal print.
El gris, los cortes masculinos, los bombachos milrayas de inspiración persa, los marcados escotes en corazón y los vestidos asimétricos, no fueron un fácil recorrido para el iris que busca belleza, ya sea con exuberancia o minimalismo. Pereza, aburrimiento, tristeza y poca luz fueron las sensaciones emanadas por un desfile poco inspirador que sirvió únicamente para cubrir el expediente. Louis Vuitton merece mucho más que esta colección lejos de la calle, de lo que la gente desea, de la realidad, de lo divertido e incluso de lo ponible.
Por otra parte, Miu miu desfiló con una inusitada naturalidad, mezclando su habitual brillantez con un raro carácter mundano en sus prendas. El dúo formado por Raf Simons y Miuccia Prada, en el que el belga es más un convidado de piedra que otra cosa, se ha decidido por la extrema cotidianeidad de «ir en bragues» por la pasarela, eso si con modelos siempre en paillettes y pedrería, porque en MiuMiu siempre queda esa noción de la niña-mujer que viste de rosa, se sienta en su habitación de color empolvado y se apoya en una banqueta con plumas y nácar.

Desfile de Miu Miu

Nada más y nada menos que la actriz que da vida a la princesa Diana de Gales, Emma Corrin, desfiló con su larga zancada y su elegancia innata. Buena elección para quitarle al tema de la ropa interior callejera todo el morbo de las lentejuelas. Emma lució palmito con su culotte dorado, medias bronceadoras y un jersey camel, una combinación mundana y atrevida que acercó a MiuMiu al exceso, pero también a la vida real.
Miuccia Prada deleitó con un desfile ágil, entre intelectual e infantil (como se podría definir su segunda marca, MiuMiu) en el que imperó la belleza y la delicadeza, incluso en los detalles más burdos. Los bolsos, las minis, los conjuntos monocolor y las medias en tonos extraños que cubrían la parte baja de los jerseys, dejaron claro que más allá de la simplicidad de algunas prendas, lo que importa en la casa del palacete de Melzi d’Eril es el detalle, la delicadeza y un casi imperceptible guiño al humor.