Iago Jover, el nieto de Roberto Verino, tercera generación a bordo

Las sagas familiares imperan en la realidad y en la ficción; de los Buendía en Cien años de soledad a los Trueba en La casa de los espíritus, las distintas generaciones se muestran, ya sea en Macondo, en Chile o en Sebastopol, con sus grandes particularidades y un continuo listado de eventos familiares que las entrelazan. En el mundo de la moda, no es muy distinto. Y es ahora Iago Jover, el nieto de Roberto Verino, el que entra en el ruedo de los nuevos personajes de la moda española.

Ha sido noticia reciente que los Hèrmes-Dumas han superado a los Arnault en cuanto a la valoración de sus activos familiares en bolsa, del mismo modo que se supone que los Bettencourt-Meyer de L’Oreal han perdido valor por la reducción de ventas y resultados. En el report del 9 de julio de la revista Challenges se ha desvelado que entre las 500 fortunas principales de Francia, el líder no es ahora Bernard Arnault sino Axel Dumas, gerente de Hermès. Es curioso que el dato haya sido publicado por una revista (Challenges) propiedad del grupo LVMH, hasta el punto en que uno se cuestiona si realmente no será una estrategia de los gestores del grupo Vuitton para que sus contendientes se relajen.

Tras los Hermès y los Arnault, se sitúan Alain y Gérard Wertheimer de Chanel, la mencionada y polémica Française Bettencourt Meyers de L’Oreal, los Dassault y más adelante los Mulliez de Auchan y Decathlon o Pinault de Kering. En España, tras los Ortega de Inditex, en la moda siguen los Andic de Mango, los Domínguez, los Hinojosa de Cortefiel y los Puig, seguidos de varias sagas también históricas, como la del orensano Roberto Verino.

Y es que el héroe de esta novela real es Manuel Roberto Mariño Fernández, más conocido como Roberto Verino, pues tomó el apellido de Verín, su pueblo. Nacido en junio de 1945, y por tanto con 80 años recién cumplidos, inició su empresa en 1982, presentando una colección para mujer. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, creó una red de colecciones y tiendas que han salido de España y han representado con elegancia y seriedad una excelente propuesta de moda sólida para muchas edades y tipos de cliente.

En estas cosas de las sagas tuvo Roberto consigo muy especialmente a su hija María Cristina, que les dejó hace tres años tras una leucemia fulminante, enfermedad que encaró con valentía. Cristina Mariño, de 52 años, ostentaba desde hacía un año labores de dirección de la marca, si bien no de la empresa a modo ejecutivo. Su recorrido junto a su padre fue de varias décadas en distintos cargos y misiones. Madre de tres hijos, se llevaba muy bien con su padre y con su hermano menor, José Manuel.

Pues ahora, como en toda historia de sagas familiares, la pérdida se sigue de nuevo poder, de amor, de tradición y lealtad. Y aparece un nuevo personaje, con otras motivaciones y facetas: el nieto de Roberto e hijo de Cristina, Iago. Iago Jover, flamante director de innovación de Roberto Verino, celebra con su llegada los 43 años de historia de la empresa con una exposicón en el metaverso llamada Uttopion que se puede por tanto ver desde casa, desde el metro o desde un parque. De este modo, en Verino existe ahora una mayor interacción del cliente con la marca, con información sobre la moda, consejos de personal shopper y colecciones concretas.

Con la privilegiada mentoría de su abuelo, quien a buen seguro tiene información y experiencia como para darle un supersónico impulso a la carrera del nieto, Iago se lanza en un equipo que ha demostrado solidez durante décadas. Hará falta, como en otras sagas familiares, saber sustituir la experiencia del emprendedor con profesionales complementarios de fuera de la familia, evitar caer en la autocomplacencia y mantener el espíritu de superación y desafío de los inicios. Es la historia de los Mariño-Verino una cautivadora letanía de esfuerzos, ilusión y buen hacer que esperamos siga llenando de orgullo a los naturales de la fértil comarca del Valle de Monterrey en Galicia.