Fundado en 1910

09 de mayo de 2024

Hotel The Frame

Hotel The Frame

El hotel donde pasó la noche la Gioconda tras su robo

La obra más célebre de Leonardo Da Vinci fue recuperada en un hotel florentino dos años después de que desapareciera del Louvre

The Frame sería un hotel más de tantos como pueblan la capital toscana, repleta de establecimientos más o menos lujosos o económicos que, especialmente en esta época del año, tienen precios elevadísimos y cuelgan el cartel de completo. The Frame carece de la majestuosidad del espléndido Four Seasons, de la novedad del delicioso Helvetia Bristol o del chic del Portrait, pero tiene algo de lo que no puede presumir ningún otro hotel del mundo: en él pasó una noche el retrato más célebre de todos los tiempos. Por entonces, y hablamos de 1913, el hotel rebautizado ahora con el nombre de The Frame, era un modesto hostal de dos estrellas llamado Albergo Tripoli-Italia. Entonces como ahora ocupaba el número 2 de la céntrica Via Panzani, a unos 150 metros del Duomo y no excesivamente lejos de la estación de tren de Santa María Novella. A ella llegó un miércoles 10 de diciembre de 1913 el italiano Vincenzo Peruggia, antiguo trabajador del Louvre, portando una caja con el contenido extraordinario, nada menos que el retrato de la Mona Lisa, que había sustraído del museo parisino el 22 de agosto de 1911. Durante esos dos años, lo había tenido escondido en su apartamento de la ciudad del Sena, debajo de la cama, tiempo en el que fue trazando un plan para devolverlo a Italia, en un acto que mezclaba intereses comerciales y patrióticos, pues Peruggia creía que la obra había sido robada por Napoleón y debía volver a Toscana, donde fue pintada por Da Vinci.
The Frame

The Frame

Sea como fuere, con el plan de vender el cuadro que había protagonizado el robo del siglo y traía de cabeza a la policía (hasta se interrogó a Apollinaire y a Picasso, considerados sospechosos), Peruggia se desplazó a Florencia y buscó un establecimiento modesto donde seguir su plan, que pasaba por enseñar el cuadro a un marchante florentino, Alfredo Geri. El ladrón se registró en el Tripoli-Italia bajo el nombre de «Vincenzo Léonard», y se hizo pasar por un pintor que vivía en París. Con su extraordinario botín ocupó la habitación número 20, en el último piso del edificio, con vistas a un callejón. Fue a la tienda del marchante sin el cuadro y éste le citó al día siguiente en su hotel para ver la obra. Se presentó acompañado del director de la Galería de los Uffizi, Giovanni Poggi, y en la habitación se reunieron los tres en una escena que es fácil imaginar. Los tres y la Mona Lisa. Reconocida por la Oficina de Restauración de los Uffizi la autenticidad de la obra, Peruggia fue posteriormente detenido en la propia habitación del hotel. Tras la recuperación de una obra que prácticamente se daba por inencontrable, el cuadro fue expuesto en los Uffizi y de alguna manera Peruggia fue considerado por los italianos un patriota, que finalmente trajo a casa la famosa obra de Leonardo. En aquella ocasión hasta 30.000 florentinos, sólo en la mañana del 14 de diciembre, tuvieron la oportunidad de ver, pagando una lira cada uno, la obra maestra de Leonardo expuesta temporalmente en el Museo de los Uffizi, antes de su regreso definitivo a Francia y tras su breve estancia en el modesto hotel. La obra nunca ha vuelto a Italia.
PVD1698917 Vincenzo Peruggia (1881-1925) italian painter who stole the Mona Lisa in Louvre museum on august 21, 1911, here mugshot, january 25, 1909; (add.info.: Vincenzo Peruggia (1881-1925) peintre en batiment et vitrier italien, il vola le tableau "La Joconde" au musee du Louvre le 21 aout 1911. Ici photo d'identite judiciaire du 25 janvier 1909 --- Vincenzo Peruggia (1881-1925) italian painter who stole the Mona Lisa in Louvre museum on august 21, 1911, here mugshot, january 25, 1909); Photo © PVDE; PERMISSION REQUIRED FOR NON EDITORIAL USAGE;  out of copyright

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Vincenzo Peruggia (1881-1925)www.bridgemanimages.com

Peruggia pasó siete meses en prisión, considerablemente menos tiempo que el que la Gioconda estuvo en su propia casa, periodo durante el cual se convirtió en un hito. Como afirma R. A. Scotti en el libro El robo de la sonrisa: «Mona Lisa abandonó el Louvre siendo una obra de arte y volvió convertida en un icono». De repente, las imágenes de una de las obras maestras de Leonardo saltaron a los periódicos internacionales, mientras la investigación policial no daba frutos. Hay un amplio consenso entre los especialistas al considerar el robo lo que realmente disparó su atractivo y la convirtió en una figura más o menos popular. Por primera vez se formaron colas a las puertas del Louvre, sólo para ver el espacio vacío donde había colgado el cuadro. El robo hizo que se convirtiera en un nombre familiar para gente que nunca había estado en Europa y no tenía ningún interés por el arte. La Gioconda es hoy la joya de la corona del Louvre (se calcula que puede tener un valor del 3 % del PIB de Francia) y su condición de icono popular alcanza desde el arte pop de Andy Warhol, colecciones de Uniqlo u Off White hasta la novela superventas de Dan Brown El Código Da Vinci.
Suite de The Frame

Suite de The Frame

El hotel también se aprovechó de la fama. Dejó de llamarse Tripoli-Italia para adoptar el más evidente nombre La Gioconda, pero conservó su modestia de dos estrellas y cierto aspecto descuidado. Los actuales propietarios han tirado de historia, imaginación, algo de estilo, arte y todo el gancho de una de las imágenes más reconocibles del planeta, para darle nueva vida. Rebautizado como The Frame (el marco) y dirigido por el afable Giacomo Lorusso, ha renacido como un hotel cuatro estrellas boutique de precio razonable, fantástica localización y atrevidos guiños a su historia. Ha creado una colección inspirada en el famoso retrato en colaboración con el artista estadounidense Denis Ouch, que la ha realizado exclusivamente para el hotel. Una mezcla de street art, y pop art que da color a las múltiples versiones del famoso cuadro que ahora decoran las paredes de las zonas comunes y las 25 habitaciones del establecimiento.
Un poco en la línea Warhol, hay coloridas Giocondas con Coca-Cola o logotipos de Louis Vuitton, que se mezclan en las paredes con algunas reproducciones de fotos históricas del suceso. Su espléndida escalera de piedra sigue ahí, una preciosa escalera de caracol volada que da cuenta del pedigrí del inmueble. Por esa misma escalera subió un cuadro y bajo un mito, subió un ladrón y bajo un héroe patriótico y, sin saberlo, el hombre que más valor ha añadido a la joya del Louvre. ¿Quiere dormir donde todo eso ocurrió? Reserve la suite Gioconda. Tal vez debería haber también una suite Peruggia.
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