La isla sirvió de lugar de negociación y puso fin a la Guerra de los Treinta Años
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La desconocida isla vasca que solo es española seis meses al año
España y Francia comparten su soberanía desde la Guerra de los Treinta Años
En la frontera española-francesa, a camino entre Irún y Hendaya y sobre el río Bidasoa que ejerce de división fronteriza, se ubica un pequeño islote fluvial convertido en el más peculiar del mundo. Y no solo por su tamaño, de apenas 5.000 metros cuadrados, sino porque cambia de nacionalidad cada seis meses.
Con poco más de 200 metros de largo y 40 de ancho, la isla de los Faisanes –como se conoce popularmente– antiguamente pertenecía al municipio de Fuenterrabía, en Guipúzcoa, pero en la actualidad está administrada por Irún (España) y por Hendaya (Francia). Pero, ¿cuál es el motivo de que su dominio esté repartido entre ambos países?
Sin puentes que la comuniquen con tierra, incluso el nombre es poco convencional en este lugar. No hay faisanes en la isla ni, al parecer, los hubo nunca, como se quejó el escritor Víctor Hugo cuando la visitó en 1843 durante una estancia en Hendaya. Tan solo patos y otras aves migratorias.
Monumento que conmemora el Tratado de los Pirineos
Se cree que el islote recibía en la época romana el nombre de pausu o pausoa en euskera (paso, en español) por el peaje que se debía pagar por transitar entre Aquitania e Hispania. De aquí vendría el nombre de Isla de los Paussans, que los franceses cambiaron primero a faussans (paysans, según otra teoría) y luego a faisans –que en español se traduciría por faisanes.
Pese a que no admite visitantes, un monumento conmemora el evento más importante sucedido en ella: la reunión donde se negoció el Tratado de los Pirineos en 1659, el que puso fin a la Guerra de los Treinta Años. Considerada territorio neutral, en la isla tuvieron lugar los encuentros diplomáticos entre Luis de Haro y el cardenal Mazarino, representantes de las monarquías españolas y francesas.
Se encuentra en el río Bidasoa entre Irún y Hendaya
En dicho tratado se acordaron nuevas condiciones y se estableció una nueva línea fronteriza. España perdió varios territorios y la frontera se definió siguiendo los Pirineos. Además, el pacto fue sellado con una boda real, ya que el Rey francés Luis XIV se casó con la hija del Rey Felipe IV, María Teresa de Austria. A estos requisitos se le sumó la isla de los Faisanes, que debía ser compartida por ambos países, pasándose el control de uno a otro. España tendría su dominio del 1 de febrero al 31 de julio y Francia del 1 de agosto al 31 de enero. Algo que, a día de hoy, continúa vigente.
A efectos prácticos, son los alcaldes de Irún y Hendaya quienes se encargan de las tareas de cuidado de la isla, que pasan por administrar la jardinería, mantener el embarcadero y controlar la calidad de las aguas. La isla solo se llena de actividad en los dos días al año en que cambia de manos, cuando se celebran ceremonias oficiales con banderas, delegados y diplomáticos de ambos países.
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