Bruce Springsteen consagra este lujoso hotel de Madrid como el preferido de las estrellas de rock

Mientras la pugna por hacerse con el cotizado cartel del más deseado parecía estar entre el centenario y renovado Ritz, ahora en manos del lujoso grupo asiático Mandarin Oriental, y el flamante Four Seasons, ha sido el Rosewood Villa Magna el que ha tomado la delantera. Al menos en lo que se refiere a resultar el más atractivo y que mejor se ajusta a las necesidades concretas de un tipo de cliente muy cotizado, llamado en el sector VVIP, super VIP o TOP Vip. En esta categoría figuran de manera destacada las estrellas más rutilantes del mundo del espectáculo en sus giras mundiales, actores y actrices que acuden a estrenos promocionales y criaturas de este pelaje a los que trae muy buena cuenta cuidar especialmente. Es el tipo de cliente que, además de dejar una suma considerable en su estancia, logra posicionar al hotel entre los más deseados en un destino, le da una fabulosa proyección internacional y aporta esas dosis de prestigio, inaccesibilidad y glamor tan necesarias en el mundo del lujo.

Pero es un cliente, naturalmente, que tiene ciertos requerimientos que no todos los hoteles lujosos pueden atender: extra de privacidad, espacios contiguos pensados para personal de seguridad y otros miembros de su staff, facilidad de acceso, además, claro está de lo mejor de lo mejor en servicio, gastronomía, spa.. Aunque varios hoteles en Madrid cumplen estos requisitos, ninguno como Rosewood Villa Magna ha sabido colocar en su punto de mira a este tipo de cotizado cliente, en el que pensó expresamente en la renovación de su última planta, convertida en la joya de la corona de sus estancias privadas. Un noveno piso que dedicó exclusivamente a sus dos mejores suites, Royal Anglada House y Marqués de Salamanca House. Dos suites de carácter residencial que han huido del tradicional formato de las suites reales o presidenciales, ofrecen aspectos de magníficas casas con dos esplendidas terrazas, habitaciones para el staff y todo tipo de detalles imaginables, desde sonido profesional hasta grifos que dispensan distinto tipos de agua y barbacoas en sus terrazas. Las suites fueron estrenadas por los Rolling Stones en la primavera de 2022, ocupadas días pasados por Taylor Swift y, según ha podido saber El Debate, acogen esta semana a Bruce Springsteen.

El hotel madrileño, inaugurado hace ya más de medio siglo, ha dado un cambio espectacular en los últimos años, especialmente desde que sus anteriores propietarios, la mexicana RLH, acordaran dar la gestión del establecimiento al grupo hongkonés Rosewood, con impecables credenciales en la hospitalidad de lujo. A la rápida y bien ejecutada reforma en aspectos como el interiorismo, se unieron los nuevos conceptos gastronómicos, el ADN de la cadena y un factor determinante: conseguir que los madrileños hicieran suyo un hotel tradicionalmente concebido como un elemento «extraño» en la ciudad y que al mismo tiempo resultara muy atractivo para los visitantes más vip en sus estancias en Madrid. Parece que han acertado plenamente en todos sus propósitos.

Para entender el éxito del actual del Villa Magna en todos sus frentes hay que fijarse en un nombre propio: Sonia Cheng. De poco más 40 años, la número uno de Rosewood, su discreta CEO, es una de las personas más influyentes en el sector del lujo mundial y la mujer más poderosa en el ámbito de la hospital de alta gama. En ella se unen feliz y exitosamente su extraordinaria formación, que incluye su sobresaliente paso por Harvard, con la enorme fortuna de su familia, una de las más ricas de Hong-Kong, propietaria de la cadena Rosewood entre otros valiosos activos. Un grupo, curiosamente, que parece escribir su historia en cierto modo a base de la visión, la energía y los enormes recursos de riquísimas herederas.

Los hoteles Rosewood deben su nombre a Caroline Rose Hunt, durante un tiempo la mujer más rica de Estados Unidos. En 1979, con 55 años, decidió dedicar parte de la fortuna heredada del petróleo texano a crear un selecto grupo de hoteles a partir de una mansión histórica de Dallas, The Mansion on Turtle Creek. Aunque quizá no hayamos oído nunca el hombre de Caroline Rose Hunt, tal vez su historia familiar no nos resulta ajena: su padre, HL Hunt, inspiró al inigualable personaje de JR de la serie Dallas. El grupo fue adquirido en 2011 por la familia Cheng, Rosewood pasaba así de una fortuna del petróleo de la vieja economía a manos de una millenial de la pujante Asia. Cuando se hace con las riendas, su actual CEO tiene tan solo 29 años y las ideas muy claras.

Rosewood es hoy un referente internacional en un tipo de lujo que conecta muy bien con los nuevos tiempos: más joven, más actual, más global, donde todos parecen encontrarse a gusto, desde quien va a tomar un café a quienes ocupan sus suites de 25.000 euros la noche. Entre las joyas de su colección destacan los míticos Carlyle de New York y Crillon de Paris. Con semejantes direcciones en su haber, no se ponen precisamente nerviosos el día de la llegada de una leyenda del rock como Springsteen.

Relata la anécdota que en cierta ocasión coincidieron esperando al ascensor en el Carlyle, Lady Di, Michel Jackson y Steve Jobs. Y seguro que las pequeñas historias que atesora el Crillon son del mismo calibre. Su mejor suite es sencillamente sensacional y Sonia Cheng decidió personalmente que la decorada Karl Lagerfeld, que aprovechó para dedicar una de sus estancias a su gato. Con un fuerte crecimiento en Europa, el grupo tiene previsto abrir un segundo hotel en Londres, nada menos que en la antigua embajada de Estados Unidos, que lleva años reformando, y en Venecia, donde trabaja día y noche para dar nueva vida al elegante, aunque algo trasnochado, Bauer. Tiene aperturas previstas en Ámsterdam, Grecia, Milán y Roma, además, naturalmente de su expansión natural por Asia.

Tras dejar Madrid, the boss actuará en Barcelona, una ciudad a la que se siente muy unido. En este caso, todo parece indicar que volverá a alojarse en el pequeño y lujoso hotel La Florida, donde ha estado con anterioridad varias veces, de su especial agradado por su carácter íntimo, por estar algo alejado del centro de la ciudad, a los pies del Tibidabo, y por sus soberbias vistas. En su última estancia en Barcelona, se alojaron también en el histórico La Florida, el expresidente estadounidense Barack Obama con su esposa Michelle y el director de cine Steven Spielberg y la actriz Kate Capshaw. Los dos matrimonios son muy amigos de Bruce Springsteen y su mujer, Patti Scialfa. Tal vez todos coincidieron esperando el ascensor.