Intentarlo suele terminar con desvíos, detenciones y la inclusión del responsable en listas de veto
Seguridad
Un piloto responde a una de las dudas más comunes: ¿puede abrirse una puerta en pleno vuelo?
Los mayores riesgos se concentran durante las maniobras en tierra, cuando la aeronave aún se encuentra en pista
Dan Bubb, ex piloto de aerolínea y profesor en la Universidad de Nevada, ha resuelto una de las dudas más comunes entre los pasajeros: ¿qué pasaría si se abriera la puerta de un avión en pleno vuelo? En declaraciones a Reader’s Digest, explicó que «la presión del aire dentro del avión es mucho mayor que la del exterior, lo que sella la puerta como un tapón».
El sistema de seguridad de los aviones está diseñado para que, cuando la aeronave está detenida, la presión interior se iguale con la del exterior, permitiendo la apertura de las puertas sin dificultad. Sin embargo, una vez que el avión alcanza una velocidad superior a 92 millas por hora (148 km/h) durante el rodaje, el mecanismo de cierre de las puertas se bloquea automáticamente.
Una vez alcanzada la altitud de crucero, abrir la puerta de un avión sería físicamente imposible, ya que implicaría vencer una fuerza equivalente a unos 11.300 kilogramos. «Habría que ser capaz de levantar ese gran peso», explica Steve Scheibner, primer oficial de American Airlines, en una entrevista con Travel + Leisure.
En concreto, esto se debe a la diferencia de presión entre el interior de la cabina y el exterior, que puede rondar los 9 psi —alrededor de 0,6 bar—, lo que mantiene las puertas selladas con enorme fuerza.
¿Y si alguien consiguiera abrirla?
Por otro lado, en el hipotético caso de que alguien lograra forzar una de las puertas, se produciría una despresurización súbita de la cabina. En ese instante, se desplegarían automáticamente las máscaras de oxígeno, y los pilotos estarían obligados a descender la aeronave a una altitud segura —alrededor de 14.000 pies (unos 4.200 metros)— en menos de cuatro minutos, tal como explica Dan Bubb.
Hasta la fecha, aunque apenas existen precedentes de una situación así en pleno vuelo, es importante tener en cuenta que intentar abrir una puerta en esas condiciones suele derivar en desvíos de emergencia, detenciones inmediatas y la inclusión del responsable en listas de personas vetadas por las aerolíneas.
Actualmente, el diseño de los aviones, la normativa internacional y los protocolos establecidos para la tripulación convierten la idea de abrir una compuerta a gran altitud en un reto prácticamente imposible. En realidad, los mayores riesgos se concentran durante las maniobras en tierra, cuando la aeronave aún se encuentra en pista y las puertas todavía pueden ser abiertas manualmente.