La icónica águila de bronce, fundida con metal de bombarderos B-52, se ha conservado como emblema del edificio.

La icónica águila de bronce, fundida con metal de bombarderos B-52, se ha conservado como emblema del edificio.fr.trip.com

La embajada de Estados Unidos se convierte en el hotel con la construcción más cara de la historia de Londres

Una reforma de 1.100 millones de euros ha convertido a la antigua embajada del Tío Sam en Londres en el flamante hotel The Chancery Rosewood. Su icónica águila de bronce, fundida con metal de bombarderos B-52, se ha conservado como emblema del edificio.

La rentrée londinense tiene nombre y apellido: The Chancery Rosewood. Tras más de diez años de obras y una ambición sin precedentes, el edificio que albergó la Embajada de Estados Unidos en Londres acaba de abrir sus puertas como el hotel más esperado de la temporada y de más cara realización en la historia de la ciudad. La antigua sede diplomática recupera protagonismo y ofrece nueva vida a un lugar donde convivieron recepciones presidenciales, protestas contra la guerra de Vietnam y, con toda probabilidad, episodios que aún se guardan en carpetas bajo la etiqueta de Top Secret.

Tras más de diez años de obras, acaba de abrir sus puertas como el hotel más esperado de la temporada y de más cara realización en la historia de la ciudad

Un escenario que simbolizó como pocos la especial relación política y estratégica entre Estados Unidos y el Reino Unido en una época crucial. La ironía, como señala estos días la prensa inglesa, es que lo que no consiguieron los hippies con pancartas y guitarras lo han logrado hoy miles de millones: transformar completamente lo que ocurría dentro del edificio. Aunque precisamente no era este el giro esperado por aquellos jóvenes de la contracultura más pop.

Inversión millonaria

Suite de The Chancery Rosewood.

Suite de The Chancery Rosewood.fr.trip.com

El cambio no ha sido menor. Según The Times, se trata de la reforma hotelera más cara jamás emprendida en Londres. El coste total asciende a 1.100 millones de euros, lo que supone unos 7,5 millones por habitación, cifra récord en el sector. La magnitud de la inversión refleja tanto la ambición del proyecto como el músculo financiero de sus nuevos propietarios: un fondo catarí decidido a seguir reuniendo las mejores piezas del monopoly londinense, al que ya pertenecen Harrods, The Shard, Canary Wharf, hoteles como Claridge’s y The Connaught, además de participaciones estratégicas en Heathrow y otros iconos de la ciudad.

El coste total de la obra asciende a 1.100 millones de euros, lo que supone unos 7,5 millones por habitación, cifra récord en el sector

El encargado de firmar la metamorfosis del edificio diseñado por Eero Saarinen en los años 60, de cierto aspecto brutalista, ha sido Sir David Chipperfield, uno de los arquitectos británicos más respetados, con experiencia en trabajar con edificios cargados de historia. Su intervención ha mantenido elementos clave de la fachada, como la imponente águila de bronce fundida con restos de bombarderos B-52, emblema militar convertido ahora en una pieza decorativa que fue desmontada por piezas, totalmente restaurada en Alemania y colocada de nuevo en el edificio.

Fachada de The Chancery Rosewood.

Fachada de The Chancery Rosewood.Vicky Vilches

El interior, sin embargo, se ha reinventado por completo, en el que destaca un espectacular atrio y el diseño sobrio que derrocha calidad firmado por otro primer espada, Joseph Dirand, que busca responder a los códigos contemporáneos del lujo y que parece del gusto de los clientes del Golfo Pérsico con alto poder adquisitivo que tanto dinero dejan en Londres.

The Chancery cuenta con 137 suites, sin habitaciones estándar, algunas de las cuales evocan a presidentes norteamericanos que pasaron por la embajada, como la John Adams Suite o la Kennedy Suite, reforzando el vínculo histórico entre Mayfair y Washington. Las verdaderas joyas de la corona son, como ocurre en el Rosewood Villa Magna de Madrid, dos espectaculares Houses (evitan el nombre de suites para resaltar su carácter residencial) que en este caso llevan los nombres de Charles y Elizabeth, en homenaje a la monarquía británica.

Rooftop del hotel, de aire cinematográfico.

Rooftop del hotel, de aire cinematográfico.fr.trip.com

Con más de 300 metros cuadrados cada una y con un precio en torno a los 25.000 euros la noche, se sitúan entre las más caras del mundo. Un dato curioso: no aparecen en la web, no se distribuyen fotos a la prensa, ni se enseñan, excepto a potenciales clientes, precisamente para preservar esta exclusividad. ¿Estamos ante la reacción del sector lujo a la invasión de selfis de influencers y shootings de moda en lujosas suites?

Con más de 300 metros cuadrados y un precio en torno a los 25.000 euros la noche, las dos Houses del hotel se sitúan entre las más caras del mundo

Más allá de su interesante historia, tanto la conocida como la que aún permanece en la penumbra, y de sus espléndidas suites, el Rosewood ofrece un abanico de servicios que lo sitúan en la cima de la competitiva hospitalidad londinense: siete restaurantes, un bar en la azotea (el Eagle Bar, homenaje al águila que domina la fachada), un magnífico spa, un completísimo gimnasio y una espléndida piscina interior.

Huella de EE UU

Estatua de Eisenhower

Estatua de Eisenhower frente al hotel.Vicky Vilches

Todo ello compone un escenario perfecto, casi cinematográfico: un lugar donde las fuerzas especiales podrían entrenarse, James Bond podría pedir un martini y, desde la terraza, un personaje cuya identidad desconocemos contempla Londres bajo las alas desplegadas del águila imperial. Abajo, en la acera, las estatuas de Eisenhower y Reagan, un fragmento del muro de Berlín, la coqueta Grosvenor Square, ahora en obras, y algunos transeúntes que se fijan en el edificio se acuerdan de aquel lugar donde hacían colas interminables para solicitar el visado junto a las garitas blindadas y los marines.

Mucho antes de que el arquitecto Eero Saarinen levantara en 1960 la mole de hormigón y vidrio que hoy se convierte en Rosewood, la zona ya era conocida como «Little America». En sus casas georgianas instalaron sus despachos diplomáticos los primeros embajadores estadounidenses, y durante la Segunda Guerra Mundial el general Dwight D. Eisenhower estableció allí su cuartel general europeo.

De «Little America» a «Big Qatar»

Piscina interior del hotel.

Piscina interior del hotel.fr.trip.com

Desde esa plaza se planearon operaciones decisivas del Desembarco de Normandía, lo que convirtió a este rincón de Mayfair en un enclave estratégico para la historia del siglo XX. Aunque ya no sea embajada norteamericana, sigue presente la huella de Estados Unidos, más allá del águila que corona la fachada.

Rosewood, hoy pujante empresa hongkonesa, nació en Dallas fundada por Caroline Rose Hunt, heredera de una familia inmensamente enriquecida con el petróleo que inspiró la serie Dallas y cuyo segundo nombre se mantiene en la lujosa marca hotelera. Así es que de Little America a Big Qatar, pasando por Hong Kong y sin salir de la coqueta y elegante Grosvenor Square.

A la postre, juegue quien juegue, gane quien gane, Londres sigue siendo uno de los tableros donde se disputa la partida global, y el petróleo, el negro hilo conductor de esta historia. Aunque Mr. Shakespeare, el rey y la reina hayan quedado reducidos a meros nombres de las mejores casillas de este lujoso tablero de ajedrez.

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