El considerado como reloj de cuco más grande del mundo, cerca de Triberg.
Diez cosas sorprendentes que ver en la Ruta de los Relojes de la Selva Negra
Es uno de los itinerarios más singulares de Europa y de Alemania, con una combinación perfecta de paisajes y pueblos bonitos y una artesanía que a todos provoca una simpática sonrisa
Si está buscando pueblos bonitos en un destino asequible, con naturaleza y buena comida, esta región de Alemania es el lugar a explorar. Y lo puede hacer además con la fenomenal excusa de recorrer una de las rutas más curiosas y singulares de Europa. Porque en el corazón del estado alemán de Baden-Wurtemberg se despliega la Ruta de los Relojes de Cuco de la Selva Negra, un itinerario de casi 320 kilómetros que recorre el arte relojero de la región.
La ruta se puede realizar en coche, moto o bicicleta y atraviesa bellos paisajes y los centros históricos de la relojería de la Selva Negra
Esta Ruta Alemana de los Relojes (Deutsche Uhrenstraße en alemán) serpentea a modo de circuito por la Selva Negra y la región de Baar, por lo que no tiene un punto de inicio o final fijo. Se puede realizar en coche, moto o bicicleta y atraviesa muy bellos paisajes y conecta los centros históricos de la relojería de la Selva Negra, como Furtwangen, que alberga un museo con una vasta colección de relojes; Triberg y Schonach, famosos por sus grandes relojes de cuco, Villingen-Schwenningen, punto de partida habitual de la ruta y con su propio museo de relojería, Lenzkirch, St. Peter, Waldkirch y otros pueblos con museos y talleres que muestran diferentes facetas de la artesanía local.
Vista del pueblo de Lenzkirch, en la Alta Selva Negra.
Famosos por su intrincado diseño artesanal en madera y su mecanismo que hace aparecer un pájaro cuco para anunciar la hora, los relojes de cuco son el icono de la Selva Negra alemana. La producción de estos relojes se convirtió en una industria importante en esta región a partir del siglo XIX, con varios fabricantes de renombre.
Mapa de la Ruta de los Relojes.
En esta ruta entre bosques, valles y pueblos bonitos encontrará una combinación única de artesanía, tradición campesina, museos insólitos y relojes capaces de, literalmente, hacer parar el viaje cada hora. Contamos diez cosas sorprendentes que puede encontrar en este recorrido tan singular.
1. El reloj de cuco más grande
El reloj de Schonach se anuncia también como el más grande.
Hay tres gigantes en la Selva Negra que se disputan el título de «reloj de cuco más grande del mundo». El de Schonach, uno de los más fotografiados de Alemania, el de Hornberg-Niederwasser, con un mecanismo del tamaño de una casa y un cuco que emerge cada media hora ante los visitantes, y el de Triberg, en el Eble Uhren-Park, que se presenta como el mayor acreditando 4,5 metros de alto y de ancho y un péndulo de ocho metros.
2. Un museo dedicado al tiempo
Museo Alemán del Reloj, en Furtwangen.
El Museo Alemán del Reloj, en Furtwangen, conserva más de mil piezas: desde relojes solares hasta mecanismos del siglo XVII y modelos pioneros del cuco. Es una parada clave para entender por qué esta región se convirtió en un referente mundial de los relojes.
3. Talleres donde se talla la madera a mano
Detalle artesanal en un reloj de cuco de la Selva Negra.
La tradición sigue viva. En varios pueblos de la ruta es posible entrar en pequeños talleres familiares donde los artesanos tallan a mano las hojas, animales y escenas que decoran los relojes. Ver el proceso en directo es una de las experiencias más memorables del recorrido.
4. Un cuco que canta… incluso en japonés
Algunas tiendas especializadas ofrecen relojes con cucos programables en varios idiomas. La demanda internacional ha hecho que aparezcan modelos con melodías inesperadas, que van de lo clásico a lo casi pop.
5. La carretera donde empezó todo
Una familia en la Ruta de los Relojes de la Selva Negra.
Entre Furtwangen y Triberg discurre la carretera que muchos consideran la cuna histórica del reloj de cuco. Aquí, en los siglos XVIII y XIX, los campesinos pasaban los inviernos fabricando relojes que luego vendían de puerta en puerta por toda Europa.
6. Las cascadas más bellas
Cascadas de Triberg.
La ruta pasa por Triberg, famosa por sus bellas cascadas de 163 metros de desnivel. El sonido del agua se mezcla aquí con los cucos que marcan las horas en las tiendas del casco antiguo. Es una combinación insólita pero que forma parte del encanto del lugar.
7. Un reloj que toca música en vivo
En algunos establecimientos de la zona, los relojes no se limitan al cuco tradicional: incorporan órganos mecánicos que interpretan breves melodías. Una rareza que demuestra hasta dónde puede llegar la inventiva relojera.
8. El cuco «minimalista»
Muestrario de relojes de cuco de la Selva Negra.
Aunque la ruta está anclada en la tradición, la relojería de la Selva Negra también ha dado un salto al diseño contemporáneo. En varias tiendas encontrarás versiones modernas del cuco, con líneas limpias y colores sólidos que han conquistado al público más joven.
9. Un pueblo con siete estrellas Michelin
Pueblo de Baiersbronn, en la Selva Negra de Alemania.
Con una población de unos 15.000 habitantes, el pequeño pueblo de Baiersbronn se ha convertido en un imán para los amantes de la buena gastronomía. Tres restaurantes de la localidad suman siete estrellas Michelin (que llegaron a ser ocho hace unos años), dos de ellos con la máxima distinción de tres estrellas (Bareiss y Schwarzwaldstube) y otro con una (Gourmetrestaurant Schlossberg).
10. Un paisaje que enamora
Precioso paisaje en el entorno del pueblo de Hornberg-Niederwasser.
La Selva Negra es más que el escenario: es el origen. Los bosques que rodean Furtwangen y Triberg no solo ofrecían madera; también imponían inviernos largos que favorecían el trabajo artesanal en casa. Recorrer hoy la ruta entre abetos, praderas y aldeas dispersas permite comprender la relación entre territorio, clima y creatividad.
