Costa de Careyes, en el Pacífico mexicano.
El refugio secreto de los dioses (y los famosos) en la costa del Pacífico mexicano
Nos alejamos del turismo convencional para adentrarnos en un territorio virgen, exclusivo y, lo que es aún más motivador, profundamente místico y artístico. Careyes se hizo realidad gracias al sueño de un visionario que lo vio desde el aire por primera vez.
Un refugio reservado y magnético, enclave donde hedonismo, paisaje, fauna y arquitectura conviven en perfecta armonía. Así lo imaginó Gian Franco Brignone en 1968, cuando buscaba un rincón en el mundo donde alejarse de Europa y dar rienda suelta a su desbordante imaginación.
Playa de Teopa en Careyes.
Sus aproximadamente 12 kilómetros de litoral conservan su carácter salvaje de vegetación tropical, acantilados, manglares, lagunas y playas, muchas de las cuales solo tienen acceso por mar. Situado en las lindes de la Reserva de la Biosfera de Chamela y Cuixmala, sigue siendo santuario de tortugas; el nombre de Careyes viene por la gran cantidad de tortugas de carey que llegan a sus arenales a desovar.
Careyes se hizo realidad gracias al sueño de un visionario que lo vio desde el aire por primera vez
Estuvo habitada por pequeñas poblaciones indígenas profundamente ligadas al ecosistema. Concebían el mar, la selva, las rocas y los cerros como entidades vivas y sagradas, además de rendir culto a sus ancestros y a las fuerzas naturales que mandaban sobre la vida costera. Dicen que la playa de Teopa significa, según su lenguaje, «lugar de reunión de los dioses». Y en uno de sus cerros se encuentra la Roca Cabeza de Indio, que fue un escenario muy especial para ellos y donde enterraban a sus muertos. Cierto o no, Teopa va cargada con una energía especial; algo vibra bajo su arena dorada.
Actividades de todo tipo
Paddle surf en Careyes.
A través de la web oficial de Careyes, de su comunidad de conservación o de organizaciones vinculadas a la zona como la Careyes Foundation y los programas de Cuixmala, pueden reservarse actividades como montar a caballo por la costa. Desde embarcaciones es posible avistar delfines y, entre diciembre y marzo, también ballenas jorobadas con sus crías. Se organizan paseos por la selva, manglares y lagunas para observar aves tropicales y cocodrilos de agua salada, en un territorio donde incluso habitan jaguares, así como propuestas acuáticas como snorkel, kayak o paddle surf.
Planes emocionantes
Cala con un barco de paseo.
Uno de los planes más emocionantes es liberar tortugas para que lleguen al Pacífico sin peligro de ser capturadas por las aves. Existen también los llamados Careyes Wonders, experiencias que combinan la esencia y filosofía de este paraíso único en el mundo. Una de estas rutas lleva a conectar con el simbolismo que ideó Brignone como unión del hombre y la mujer con la luz del cosmos: el Piramidión de Teopa en Cabeza de Indio y la Copa del Sol en el extremo de Punta Farallón. La ruta puede hacerse en quad, a caballo o caminando a través del bosque tropical.
La Copa del Sol es un icono de esta costa.
Estas excursiones emblemáticas subrayan el carácter espiritual de este paraje donde se mezclan lo sensible y lo extraordinario, lo físico y lo simbólico, el arte como parte del paisaje y la emoción como esencia de la naturaleza. Desde lo alto de la gran Copa, diseñada para atraer la luz del sol, puede escucharse el rugido de las olas y el sonido de la jungla mientras uno observa cómo el atardecer se refleja en el océano.
Polo y villas privadas
Vista aérea del Careyes Club & Residences.
Los mejores polistas a nivel internacional y aficionados participan en los torneos del Costa Careyes Polo Club. Son dos exclusivos campos de césped Bermuda ubicados muy cerca del mar y rodeados de selva. Además de los torneos y campeonatos internacionales, hay clases y entrenamientos. Los mejores jugadores del mundo no se pierden las citas anuales del calendario del Polo de Careyes, con celebridades aplaudiendo desde las gradas.
Casitas de colores en la costa.
En las últimas décadas se ha consolidado como una pequeña y exclusiva comunidad alejada de todo y centrada en la vida silvestre que la rodea. Como alojamientos ofrece desde casas-escultura, villas privadas, bungalows o las Casitas de las Flores, más accesibles, hasta el hotel boutique El Careyes Club & Residences. En cualquier caso, todas integradas en el paisaje, con fabulosas vistas al océano y cumpliendo requisitos de diseño, color y elegancia natural, ejemplo de sostenibilidad y respeto por el entorno. Aquí nació el arte habitable, un estilo arquitectónico propio, sensual y libre. Cualquier comodidad está garantizada al máximo nivel de exigencia para hacer realidad también el anhelo de quienes buscan un retiro sensorial.
Ambiente bohemio y «chic»
Bungalows en Playa Rosa.
Un privilegio que definió su fundador Gian Franco Brignone y que hoy se perpetúa como garante de un legado único en el planeta. El arte de vivir de Gian Franco y sus amigos se contagió pronto, pero no todo fue camino de rosas. Cuando vio este litoral por primera vez en julio de 1968 desde una avioneta, allí no había nada; todo estaba por hacer y eso fue lo que realmente motivó al italiano. Pudo hacer realidad su sueño de vivir a su manera, rodeado de naturaleza y estética, pero alejado del turismo masivo que empezaba a hervir en el Pacífico mexicano.
La villa Tigre del Mar en Careyes.
Su ambiente bohemio y chic se refleja en Playa Rosa y Playa Blanca, imán de cineastas, diseñadores, escritores y artistas en busca de intimidad, discreción y libertad. Al igual que los dioses ancestrales escogieron esta costa para meditar, el legendario enclave fundado por Brignone ha sido y es refugio de dioses más palpables, como Giorgio Armani, Issey Miyake, Tom Ford, Robert De Niro, Bruce Willis, Uma Thurman, Rod Stewart, Stevie Wonder o Mick Jagger.
Destino de culto, un lugar sin precedentes y sin posibilidad alguna de plagio.