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03 de mayo de 2024

Padre e hijo durmiendo la siesta

Padre e hijo durmiendo la siestaGtres

Cinco estudios que desvelan la importancia de tener una figura paterna

La figura masculina en la familia se ha asociado con el equilibrio de la parte femenina. La fuerza y la autoridad de uno compensa los platillos de la balanza con la ternura y calidez de ella

Son muchos los estudios que lo constatan: la figura paterna es determinante en el desarrollo de un niño. De hecho, su ausencia se ha asociado más de una vez y más de dos con actitudes más violentas y antisociales por parte de los hijos. El último de estas investigaciones se publicó en octubre del pasado año y sus conclusiones destacan el impacto positivo que tienen los progenitores en la vida de sus hijos.
Durante cuatro años, los expertos hicieron un seguimiento a más de 100.000 recién nacidos y el resultado de lo que observaron indica que la participación activa de los padres en la vida de sus menores a cargo está asociado con un mejor desarrollo en sus habilidades motoras, resolución de problemas y habilidades sociales.
Un padre, también una madre, es un referente. La figura masculina en la familia se ha asociado con el equilibrio de la parte femenina. La fuerza y la autoridad de uno compensa los platillos de la balanza con la ternura y calidez de ella. Otro análisis sobre los padres ponen de manifiesto que los hijos criados sin una referencia paterna pueden ser menos empáticos e incluso pueden llegar a desarrollar en menor medida su cociente intelectual.
Una investigación llevada a cabo por The Family Watch concluyó, en cambio, que la ausencia de una figura paterna en el hogar está detrás de actitudes violencias y antisociales en los hijos. Añade un dato: tras las revueltas juveniles de 2011 en Tottenham, más del 80 % de los detenidos eran jóvenes sin padre.
Estos beneficios no son solo para el niño, sino también para el propio padre. Un grupo de estudio de la Universidad Estatal de California, encabezado por el psicólogo Olajide Bamishigbin, dedujo que aquellos padres que pasan más tiempo con sus hijos, tienen más confianza con ellos y les proporcionan ropa, comida o les cambian los pañales, tienen menos síntomas depresivos.
Los distintos estilos de crianza que pueden adoptar los padres (autoritario, democrático o permisivo) han demostrado tener una influencia decisiva en la formación de la personalidad y carácter de los niños, pero también en la relación que pueden tener en el futuro con el consumo de sustancias. Uno de los últimos estudios, del año 2018, relacionó la paternidad autoritaria, indulgente o negligente con un mayor consumo de drogas y alcohol en la adolescencia.
En cambio, también destacaron factores de protección. El afecto, el apoyo y la comunicación, junto con la supervisión y las normas claras y coherentes, favorecen una autoestima positiva y una mayor capacidad para resistir a las presiones sociales del grupo.
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