Han sabido rentabilizar su salida con contratos millonarios con Netflix y Spotify
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Se cumplen dos años de la salida de Harry y Meghan de la Casa Real británica
Una ruptura histórica que supuso el fin de la hegemonía tradicional de Reino Unido y el comienzo del sueño americano para los exduques de Sussex
Desde que los duques de Sussex pasaran su primera navidad con su hijo Archie en Canadá, a finales de 2019, se comenzó a rumorear que la pareja podría haberse distanciado de la familia real británica. Pocos, en cambio, auguraban lo que se avecinaba: que abandonasen de forma definitiva la Casa Real para comenzar a ser libres. Los tabloides británicos comenzaron a hablar del sonado Megxit, en el que quedaba implícito que ese cisma entre Harry y su, hasta ahora, familia, era responsabilidad de Meghan Markle.
La iniciativa, en cualquier caso, sentó un precedente y tras instalarse en Montecito, una exclusiva urbanización de California, pudieron empezar a gozar de esa ansiada libertad para ganar dinero, ejercer el servicio público y hablar con los medios de comunicación.
Su renuncia a seguir cumpliendo con las obligaciones reales dejó al descubierto las diferentes luchas de poder existentes en el conjunto de la familia real. Ellos mismos confesaron en la entrevista concedida a Oprah Winfrey, en el mes de febrero de 2020, sacó a la luz muchos trapos sucios. El matrimonio confesó lo coartado que se sintió hasta que decidió abandonar la corona y trasladarse a California para alejarse de las polémicas. Si al principio eran los continuos ataques a Meghan de varios miembros de la familia y, especialmente, de los tabloides británicos, después fue el supuesto interés del Príncipe Carlos en el color de piel de sus futuros nietos.
Por aquel entonces, Meghan Markle, que ahora está labrándose su carrera en la política estadounidense, confesó ante las cámaras que su cuñada la duquesa de Cambridge y mujer del heredero al trono, el Príncipe Guillermo, le hizo llorar tras una fuerte discusión que se produjo días antes del enlace real en Westminster. Sin embargo, el diario The Telegraph publicó una entrevista con Kirstie Allsopp que parece contradecir la versión de la exactriz. La experta en familia real y amiga personal de Camilla, duquesa de Cornualles, declaró que, en realidad, fue Meghan Markle quien dejó llorando durante días a Catalina de Inglaterra.
Esto supuso la ruptura definitiva en la relación entre las los hermanos, que se ha visto resentida desde entonces. A pesar de ello, el Príncipe Harry ya declaró en su sonada entrevista con Oprah Winfrey que el duque de Cambridge siempre sería su familia. «Lo quiero. Es mi hermano. Hemos pasado juntos por el infierno; estamos en camino diferentes, pero el tiempo lo cura todo. Hubo muchas oportunidades para mi familia de mostrar apoyo. Sin embargo, nadie dijo anda en tres años. Y eso me ha dolido».
Desde esta intervención en la televisión estadounidense, los hermanos solo se encontraron en una ocasión. Fue el pasado 1 de julio con motivo también de un acto en memoria de su madre. Los hijos de Lady Di y el Príncipe Carlos se reunieron en el jardín del palacio de Kensington para rendir homenaje a la princesa e inauguraron una estatua que elogiaba la labor humanitaria de la difunta.
Después llegó la incursión de la otrora actriz en la política estadounidense. Fue tremendamente criticada por recuperar su título de duquesa para llamar por teléfono a miembros del Senado estadounidense para que la apoyen en su campaña por el sistema de bajas por maternidad y paternidad del presidente Joe Biden. No faltó incluso una carta escrita por la propia Meghan y dirigida este organismo para concienciar al Gobierno sobre la conciliación laboral y la necesidad de ayudas económicas para no tener que elegir entre trabajar o estar con la familia.
No solo de causas sociales se vive y los duques de Sussex también han sabido rentabilizar su sonora salida. Después de haber firmado un contrato millonario valorado en 150 millones de euros con Netflix, demostraron que convierten en oro todo lo que tocan y se lanzaron a crear Archewell Audio, un podcast de Spotify en honor al nombre de su hijo que también lleva su fundación. «Nuestra atención está puesta en crear contenido que informe pero que también dé esperanza. Como padres primerizos, hacer contenidos familiares inspiracionales es también muy importante para nosotros». Todo ello, mientras ganaban el pulso a la prensa británica y tenían a su segunda hija, Lilibeth Diana.
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