Aunque destacaba por su sobriedad, no tenía reparo en derrochar lujo en las ocasiones necesarias
Casa Real
Las joyas de la corona: así son las piezas más emblemáticas de Isabel II
La mayoría de sus joyas provienen del legado de dos matriarcas reales: su abuela la Reina María y su tatarabuela la Reina Victoria
Ya sea con una de sus deslumbrantes tiaras de diamantes o con los sencillos aretes de perlas que casi siempre usaba, la Reina Isabel II hizo una declaración de estilo majestuosa cuando se trataba de sus joyas. Si bien algunas de las piezas que vienen a la mente al recordar a la difunta Reina son parte de las Joyas de la Corona, ella también poseía una extraordinaria colección privada de gemas, haciendo que su joyero real valga millones. Y eso que, tal y como explica la biógrafa real Sarah Bradford, «su propósito nunca fue vestirse como una estrella, ella buscaba lucir con un glamour propio y majestuoso por ser quien era».
Después de su muerte en el Castillo de Balmoral, muchos se han preguntado exactamente qué pasará con sus joyas icónicas y quién las usará después, pero la respuesta no es tan clara como sí lo son sus diamantes.
«No conocemos todos los detalles sobre la propiedad de todas las joyas reales, y es probable que ahora no tengamos mucha información detallada sobre su herencia», explica Lauren Kiehna de The Court Jeweler. «Los testamentos reales están sellados, por lo que no podemos buscar orientación en esos documentos».
Sin embargo, la experta en joyería reconoce que, probablemente, no deberíamos esperar ver piezas individuales legadas a los distintos miembros de la Familia Real. «Creo que es muy probable que la Reina haya seguido los pasos de su abuela, la Reina María, y su madre, la Reina Isabel, la Reina Madre, y legase todas sus joyas directamente al nuevo monarca, el Rey Carlos III», declara.
«Este método de herencia tiene beneficios tanto históricos como relacionados con los impuestos», explica, refiriéndose al elevado impuesto de sucesión que se tendría que pagar por las joyas si se regalaran a individuos. Eso no hará, en cambio, que el nuevo monarca las guarde bajo llave, sino que es probable que siga el patrón de la Reina Isabel, realizando préstamos a largo plazo a distintas personas de su familia, pero manteniendo cada pieza como objetos de una sola colección.
La tiara Niñas de Gran Bretaña e Irlanda
Es la que llevó en su boda con el entonces Príncipe Felipe. Está diseñada con 47 barras de diamantes divididas por puntas de metal, aunque el diseño original incluía perlas en la partes más altas. Ha formado parte de la Familia Real desde 1893, cuando fue entregada a la Princesa María antes de su enlace con el futuro Rey Jorge. Conocida cariñosamente como «la Abuela», los fondos para su compra fueron recaudados por un grupo de damas de la alta sociedad creado por Lady Eve Greville. En 1947, la Reina María regaló la tiara a su nieta favorita.
Cariñosamente se conoce como «La Abuela»
La diadema de coronación de Jorge IV
La corona que usó la Reina Isabel en 1953, fue hecha originalmente para la coronación del Rey Jorge IV en 1820 y desde entonces ha sido usada por todos los monarcas ingleses. Está compuesta de 1.333 diamantes, 169 perlas, y tiene diseños de rosas, tréboles y cardos.
Tal y como manda la tradición, se esperaba ver a la Reina Camila usar la corona en la coronación de su marido, el nuevo Rey Carlos III.
Es la misma que llevó su padre, el Rey Jorge IV
Sus características perlas
Los pendientes de diamantes suspendidos con grandes perlas en forma de lágrima en la parte superior fueron propiedad de la Reina Victoria, quien a su vez los recibió como un regalo de su esposo, el Príncipe Alberto. Desde la muerte de Victoria, las piezas se convirtieron en reliquias de la corona y son usadas por la Reina o la Reina consorte, por lo que se puede esperar que los use la Reina Camila para eventos formales.
El collar de tres hileras de perlas era, probablemente, el accesorio favorito de la monarca, pues acompañaba a casi todos sus atuendos durante el día. Lo que muchos no saben, es que Isabel tenía tres collares muy parecidos. Uno fue un regalo de su abuelo, el Rey Jorge V, el segundo fue un collar casi idéntico que le dio el emir de Qatar y se dice que la difunta Reina hizo crear un tercero para ella.
Reina Isabel II
Tiara aguamarina brasileña
Esta corona fue encargada al joyero Garrard por la Reina después de recibir un collar y pendientes de aguamarina, de parte de Brasil, en 1953, para celebrar el inicio de su reinado. El conjunto azulado se fue formando poco a poco: en 1958, se sumaron al set un brazalete y un broche, y en 1971, una peineta. Ya con el kit completo, la Reina decidió encargar una tiara a juego, la cual ha sido modificada en varias ocasiones a través de los años.
La Reina luciendo el set completo de aguamarinas
Collar de Nizam of Hyderabad
Este magnífico collar de platino y 300 diamantes, cuyo diseño evoca rosas inglesas (que llevó la Duquesa de Cambridge en 2014) fue un obsequio del Niza, de Hyderabad y Bear. El gobernante del estado indio adquirió la joya en Cartier y fue su regalo de boda para la Princesa Isabel, en 1947.
Kate Middleton ha sido una de las que más lo ha usado desde que llegó a la realeza
Tiara Vladimir
Era su gran favorita y fue mandada hacer para la gran Duquesa Vladimir, la tía de Nicolás II, el último zar de Rusia, con motivo de su matrimonio, en 1874. Durante la revolución rusa, la pieza fue sacada a escondidas del país y, tiempo después, vendida a la Reina María. En 1924, adaptó la tiara para que también se pudieran engastar esmeraldas dentro de sus círculos de diamantes, en lugar de las perlas originales.
Reina Isabel II
Collar 'delhu durbar'
Las joyas expuestas con motivo del Jubileo de Platino de la Reina
En 1911, Jorge V y La Reina María se convirtieron en emperador y emperatriz de la India y este collar de esmeraldas del país se hizo para su asistencia al Durbar de Delhi, una celebración multitudinaria organizada por los británicos en el Parque de la Coronación de Delhi. Esta joya cuenta con el flamante Cullinan VII, de 8,8 quilates, una de las nueve piedras talladas a partir del diamante más grande que se ha encontrado.
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