El cantante Albano
Albano: sus encuentros con los Papas y su admiración por Berlusconi
Con el que más empatizó fue con Juan Pablo II y asegura: «estuve con él siete veces y a él sí le canté»
Eran las siete de la tarde cuando Albano entraba en coche de caballos en el Salón Internacional del Caballo Andaluz, SICAB, en Sevilla y no cantaba; Felicità, è tenersi per mano andare lontano, ni ese otro temazo que lleva cantando en sus 55 años de carrera musical sempre tu sempre, sempre insistentemente. El cantante italiano, que monta a caballo desde pequeño y tiene varias decenas de equinos en Italia, recogía un premio por su trayectoria profesional.
El ex marido de Romina Powell entraba en el Sicab sin quitarse su sombrero de fieltro, aunque ya no fueran horas de ir cubierto y teniendo buen pelo, pero es italiano y sigue sus costumbres, como la de beber su propio vino tinto y compartir confidencias si se encuentra a gusto y en Sevilla lo estaba.
Una de esas confidencias es la religión, se declara muy católico pero confiesa que tuvo sus cuitas con Dios cuando su hija desapareció. Ahora se ha vuelto a congraciar con el Señor porque admite que le gusta el papa Francisco, al que ha visto en dos ocasiones en El Vaticano «porque yo lo solicité, pero no le he cantado nunca. Aunque es posible que lo haga en diciembre que volveré a verle. Le he compuesto una canción y si quiere se la cantaré». El Papa actual le gusta, pero Ratzinger no le hacía tanta gracia porque, según él, no era nada cercano con los niños y quizás con el que más empatizó fue con Juan Pablo II «estuve con él siete veces y a él sí le canté varias veces».
El cantante Albano
Reconoce que los años noventa fueron su annus horribilis «los noventa fueron los peores años de mi vida, desapareció mi hija y también me divorcié, fueron unos años horribles. Ahora estoy fenomenal, me encuentro muy bien y canto porque es lo que más me gusta y no quiero dejar de hacerlo porque además tengo muchísimo trabajo, no paro».
Dice ser apolítico, algo bastante complicado en Italia, de ahí la contradicción cuando le preguntas, siendo «apolítico», y te contesta, que le han tentado muchas veces para que se dedique activamente a ello. Tampoco duda en responder con rapidez que el político que más le gusta es Berlusconi y que «Meloni está bien pero solo la dejaran cinco meses, al quinto irán a por ella en Italia siempre pasa eso. A mi me han tentado muchas veces para que me meta en política, pero yo soy apolítico y no pienso entrar ahí».
No quiere entrar en ese pantano pero no le importa meterse en otros. Al parecer una nueva colaboradora internacional del programa Sálvame, Patricia Donoso, ha declarado que ha tenido más que palabras cariñosas con el cantante y éste antes de que la pelota ruede por el abismo y se metan en tediosas y costosas acciones legales, ha decidido dar la cara; «Voy a Sálvame porque cuando dicen mentiras de uno, lo mejor es ser uno mismo quien vaya a contar la verdad. Yo quiero sentarme y decirle a la cara a esa mujer que dice que me conoce; “No te conozco. Yo no conozco a Donoso, que no diga mentiras». Y ese fue un motivo de peso, para Albano, para llegar de Jerusalén un viernes a Sevilla y marcharse 24 horas después con rumbo al pantano de Sálvame, obligando al presidente del Sicab a entregarle su distinción un día antes, esa es la Felicità para Albano a sus 79 años y sin intención de retirarse sempre, sempre tu.
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