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Este es el restaurante favorito de Vargas Llosa en Madrid

El escritor se declara un gran apasionado de la buena mesa, aunque sus dotes culinarias son nulas

El asedio continúa. Mario Vargas Llosa no puede dar un paso en Madrid sin que le asalte un paparazzi para preguntarle si los celos precipitaron el final de su historia de amor con Isabel Preysler. Una situación surrealista y difícil de asimilar para el príncipe de las letras, a quien nadie pregunta sobre su próximo libro. Eso sí, sabemos que a la socialité no pareció entusiasmarle, puesto que Mario se lo envió a través de un conductor como gesto de perdón en busca de una reconquista y fracasó.
El prestigioso escritor y ensayista vive anonadado ante el circo mediático que se ha creado en torno a él. Solo halla la paz en su familia y sus tres hijos Álvaro, Morgana y Gonzalo. El pasado domingo regresó con ellos a su restaurante favorito de Madrid. Aunque nunca ha tenido grandes dotes para la cocina, es un gran aficionado a la gastronomía.
Vargas Llosa se dejó ver en Charrúa, un restaurante uruguayo especializado en carnes, ubicado en pleno barrio de Justicia de la capital. Toma su nombre de una tribu indígena que habitó en el siglo XVI en los territorios que hoy forman Uruguay.
El restaurante rinde homenaje al fuego, que se alimenta con leña para asar deliciosas verduras como puerros, berenjenas japonesas o boniatos. La carne procede de diferentes países: el ojo de bife de novillo angus de Uruguay, el Tomahawk de vaca Ayrshire desde Finlandia, el lomo Simmental de Alemania y las piezas de Black Angus, como la entraña, directas de EE.UU. También disponen en su carta carnes del territorio nacional como la rubia gallega con 40 días de maduración, que preparan como steak tartar o a la brasa.

Carne de vaca Cachena de Charrúa

Su bodega también merece mención. Cuenta con grandes referencias nacionales y otras venidas de Argentina, como el Lágrima Malbec y también de Uruguay, Chile, Francia o Portugal.
Charrúa es el sueño cumplido del uruguayo Ignacio Juanvelz, quien aterrizó en La Coruña en el año 2002, después de haber pasado un año viajando por Europa. Empezó a trabajar en la hostelería y un día se le ocurrió preparar un asado en la terraza de su piso. Una tarde de paseo se fijó en un local libre en la calle de la Estrella y en 2009, se decidió a abrir el primer Charrúa, el concepto que luego exportó a Madrid en 2018. Es dueño también del restaurante Cannibal, de cocina fusión con alimentos crudos o semicrudos.
Charrúa Madrid es frecuentado también por Tamara Falcó y de hecho, está muy cerca del piso que compartió con Íñigo Onieva, con el que acaba de darse una segunda oportunidad.

Vargas Llosa, con sus hijos Álvaro y Gonzalo y amigos en Dani Brasserie

Vargas Llosa también ha degustado esta semana la propuesta de Dani Brasserie, en la séptima planta del hotel Four Seasons, donde Dani García ensalza la cocina tradicional andaluza. Su hijo Álvaro publicó en Twitter esta imagen en la que aparecen junto a Gonzalo y unos amigos compartiendo una charla distendida y probando la famosa hamburguesa Rossini de lomo simental madurado, foie gras y parmesano.
En su ruta gastronómica, el escritor se detuvo la semana pasada en Saddle, en la zona de Almagro y galardonado en 2021 con una estrella Michelin. Ubicado en el local que acogió a Jockey durante décadas, rinde homenaje a la tradición a través de productos y recetas de temporada. De su carta destacan platos míticos como el jarrete de ternera homenaje a Santi Santamaría o el mero salvaje.
El premio Nobel es habitual en otros restaurantes como el sofisticado Horcher, que sirve platos tradicionales de la cocina centroeuropea como caza. Imprescindible probar el lomo de corzo.