La debilidad española de Harrison Ford

Nacido en Chicago y con un perfil académico muy mejorable, Harrison Ford llegó a Hollywood alrededor de 1964 acompañado de la que ya era su primera mujer, Mary Marquardtt. Tras un tiempo sin conseguir nada de los casting recibió una propuesta para aparecer en televisión que no dudó en aceptar mientras esperaba su salto al cine.

Fue en el 66 cuando el actor consiguió su primer papel en la película Ladrón y amante una aparición breve que le mantuvo en pantalla apenas 40 segundos y que no fue suficiente para apuntar su nombre en los títulos de crédito, algo que le ocurrió también en el segundo largometraje en el que consiguió participar.

No fue hasta su tercera película donde Ford fue por fin acreditado, y para distinguirse del actor Harrison Ford que triunfaba entonces en el cine mudo, él apostó por ser Harrison J. Ford. Pero triunfar en Hollywood no es fácil y antes de conseguir aparecer en la pequeña y gran pantalla, el entonces joven americano comenzó a trabajar como carpintero en la ciudad de los sueños, esperando como tantos su gran oportunidad. Previo a este trabajo, Harrison ejerció de tramoyista y cámara en conciertos de la banda musical The Doors.

Considerado uno de los hombres más guapos de la historia y habiendo sido reconocido como tal por la revista People cuando tenía 50 años, si hay algo característico del actor es su cicatriz en la barbilla. Una especie de recuerdo permanente de un aparatoso accidente de coche por el que terminó estrellándose contra un poste de teléfonos al salirse de la carretera y que ha llegado a llamar tanto la atención que en la saga del arqueólogo Jones, tiene su propia historia.

Tal y como ha reconocido el propio Harrison en el pasado, fue llamado para combatir en la guerra de Vietnam. Un conflicto histórico del que se libró declarándose objetor de conciencia de la manera más original posible. Con un larguísimo escrito basado en sus estudios filosóficos y con una parte de imaginación añadida que elaboró durante días y que envió sin tener jamás respuesta y librándose así del conflicto bélico.

La fama de gruñón y hostil es algo que ha acompañado al artista durante toda su carrera debido en muchas ocasiones a su complicada relación con la fama pero también a ciertos desencuentros con compañeros de profesión, siendo su enemistad con el actor Alec Baldwin una de las más sonadas pero no la única. A principios de los 2000 Harrison trabajó junto a Josh Hartnett, 35 años menor que él, y según se publicó entonces el veterano ignoraba por completo a su compañero, hasta el punto de no mirarle durante las escenas.

Apasionado de la aviación, el queso manchego y la arqueología, los 81 no son un freno para él. Padre de cinco hijos, experto en restar importancia a su trabajo y su fama y feliz de poner su popularidad a disposición de las causas que defiende, como son el cuidado de la naturaleza y la lucha contra el cambio climático.