Daniel Sancho, a su llegada a la cárcel de Koh Samui
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El plan de la novia de Daniel Sancho para esconderse de la prensa: este su paradero
Laura se refugió de curiosos y de los medios en la casa familiar de Navacerrada
El caso Daniel Sancho lleva salpicando la actualidad de todos los informativos, medios y mesas de debate más de un mes y medio. Desde el pasado mes de agosto, la conmoción por los sucesos ocurridos en Tailandia ha copado gran parte de las tertulias, con permiso de la Selección Española Femenina y de Luis Rubiales. Mucho se ha hablado y escrito en las últimas semanas. Y más que se dirá cuando el hijo de Rodolfo Sancho sea juzgado y sepa cuál es su condena por presuntamente asesinar al cirujano colombiano Edwin Arrieta, tal y como él mismo confesó.
Dentro de esta truculenta historia hay una persona que ha sido clave en la investigación policial y cuyo testimonio es quizá el más buscado. Se trata de Laura, la novia de Daniel Sancho. Desde el principio, se busca reacción por su parte a la atrocidad cometida por la persona junto a la que lleva cinco años. Todo le viene demasiado grande a una chica de veintipocos años.
La última vez que Daniel y Laura se vieron fue el pasado 31 de julio, cuando él viajó a Tailandia en lo que se presuponía iba a ser un viaje con amigos. Sin embargo, lo que se iba a producir era el asesinato y desmembramiento del médico tan solo tres días después. No habían transcurrido ni dos semanas desde la despedida de la pareja cuando el cocinero ya se encontraba en prisión preventiva por dicho crimen.
La reacción de Laura fue la de una chica asustada por la magnitud del caso. Proveniente de una buena familia con empresas de automoción, la joven optó por dar varios pasos al lado. En otras palabras, la novia de Daniel Sancho se bunkerizó.
Aconsejada por sus seres queridos, la joven tomó la determinación de apartarse, quizá para evitar que la imagen suya –es comercial de profesión– y la de su familia quedara manchada para siempre. Su movimiento más destacado fue hacer de la casa familiar en Navacerrada su refugio, según desvela Vanitatis. Este inmueble en la sierra de Madrid es el elegido por Laura para tratar de seguir con su vida. Desde allí teletrabaja y recibe las visitas de sus mejores amigos, aunque lo cierto es que apenas tiene vida social desde el estallido del crimen perpetrado por su novio. Del mismo modo, clausuró todos sus perfiles en redes sociales.
A Laura se le vino el mundo abajo por completo cuando el 5 de agosto de 2023 se enteró de los gravísimos hechos. Pero es que ese día también fue consciente de que su novio llevaba una doble vida y mantenía relaciones sexuales con otro hombre. Demasiada información –y toda negativa- para procesarla. Por ello, prefirió evadirse y tomar perspectiva desde la localidad madrileña.
El citado medio asegura que Laura y Daniel Sancho han hablado desde que el cocinero cometió el asesinato. Lo hicieron en una conversación telefónica con Daniel desde la cárcel en la que buscaba pedirle perdón y ver si quedaba algo vivo entre ellos. Quienes los conocían aseguran que la pareja tenía un proyecto de vida estable y que se iban a casar. Pero otras versiones apuntan que Sancho frecuentaba mucho la vida nocturna, y los rumores de infidelidad planeaban entre ellos. Lo que se encontró el asesino confeso al otro lado de la línea fue a una chica destrozada y en la que ya solo cabían sentimientos como la rabia, el dolor y la tristeza.
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