Adiós al glamour en Mónaco: los peores looks en la fiesta del 20 aniversario del Príncipe Alberto en el trono

El 6 de abril de 2005 es una fecha que marcó un antes y un después en la historia de Mónaco. Fue el día que falleció el soberano Rainiero III. Este triste suceso trajo consigo una consecuencia: el ascenso al trono de su único hijo varón, Alberto II. Dicho acontecimiento no estuvo exento de polémica, pues el Príncipe había protagonizado algunos revuelos en el pasado, sobre todo relacionados con su vida sentimental. Ya han pasado dos décadas de este momento y en el Principado se ha organizado una gran fiesta para celebrarlo.

Alberto de Mónaco lleva 20 años ocupando el papel de su progenitor y ha reunido a la familia Grimaldi en un evento que ha despertado mucho interés. La cita ha tenido lugar en la famosa Plaza del Palacio y por allí se han dejado ver los principales miembros de la dinastía. En los alrededores había mesas con comida típica y camareros repartiendo bebida. El objetivo era recordar los méritos del Príncipe soberano al frente de la institución, aunque hay un detalle que también ha llamado la atención: los looks de los invitados.

Las peor vestidas del aniversario

El aniversario de Alberto II como soberano de Mónaco ha traído consigo un estudio detallado de los estilismos que ha lucido su familia. El Principado siempre ha sido sinónimo de glamour, pero en esta ocasión ha habido varios fallos. El primero que hay que mencionar es el de las hermanas del Príncipe, Estefanía y Carolina.

Durante la década de los 80 y 90, las Princesas eran grandes estrellas de la crónica social y todavía hay bastante gente que sigue sus movimientos. Por eso ha impresionado tanto que hayan escogido un look tan poco apropiado. Ambas iban de blanco y el vestido les quedaba por encima de las rodillas, un rasgo que contrasta con la elegancia que siempre ha marcado el camino de la familia.

Alexandra de Hannover, la hija de Carolina de Mónaco, tampoco ha estado acertada. La joven, que cumple hoy 26 años, llevó un vestido corto de tirantes con un estampado multicolor que dista mucho de la sobriedad que caracteriza a la Princesa Charlene. Completó el conjunto con un bolso de mano y un discreto collar que no aportaba ningún toque especial.

Pauline Ducret, hija de Estefanía de Mónaco, no cometió el fallo de llevar un vestido corto, pero tampoco ha conseguido un aprobado. Ha optado por llevar una pieza estampada de flores amarillas y azules que componía un look bastante llamativo. Su traje era de manga corta y con el cuello cerrado, una combinación arriesgada y difícil de defender.

Marie Ducruet, mujer de Louis Ducruet, se ha diferenciado de su familia política al llevar un conjunto formado por una falda plisada y una camisa blanca. Una apuesta demasiado sencilla que no cuadraba con el espíritu del evento que había organizado el equipo de Alberto de Mónaco.

Los mejores estilismos

Como no podía ser de otra forma, la gran protagonista de la jornada ha sido Charlene de Mónaco, una princesa que siempre impresiona a su pueblo gracias a su elegancia y sofisticación. Esta vez ha llevado un vestido rosa tan original como acertado.

El bajo era de corte asimétrico y estaba compuesto por un encaje muy original. Es una pieza que se corresponde completamente con las preferencias de la mujer de Alberto II, quien suele decantarse por el minimalismo y la discreción. Una mezcla perfecta.

Para terminar, hay que mencionar a Carlota Casiraghi, hija de Carolina de Mónaco y Stéfano Casiraghi. En este evento ha seguido una línea parecida a la de su tía Charlene y ha optado por un vestido de tirantes de dos colores: la parte de arriba blanca y la de abajo negra. La falda llegaba hasta el suelo y le aportaba un extra de formalidad muy apropiado para la celebración del soberano.