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Carmen Lomana, una habitual de las pasarelas madrileñas. En la imagen, en el desfile de Carolina HerreraGTRES

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Los amores de Carmen Lomana: del hombre de su vida a su novio «celoso, pero divertido» a los 77 años

La socialité ha encontrado de nuevo el amor, aunque reconoce que nunca olvidará a Guillermo Capdevila

«Antonio es mi fijo discontinuo». Con estas palabras, comenzaba Carmen Lomana un alegato a su nueva pareja en el plató de Sonsoles Ónega. La socialité visitaba como cada semana Y ahora Sonsoles y sin quererlo terminó hablando de su vida sentimental. «Nos conocemos de hace mucho tiempo. Yo digo novio por decir algo, qué voy a decir, compañero que es como muy horroroso, o chico, que es como de niños pequeños...», anunciaba.

«Un amigo, un poco más que un amigo», explicaba antes de aclarar por qué se refería a él con el término empresarial de fijo discontinuo. «Es de vez en cuando, y no sé por qué, se arma y le bloqueo y digo 'le dejo una temporada tranquilo». Los presentes en plató quisieron conocer, entonces, qué es lo que enfadaba tanto al nuevo novio de Carmen Lomana y ella, con su naturalidad habitual, contestaba: «Pues que es muy celoso y te monta unos pollos por celos infundados, entonces para que se relaje un poco, le bloqueo y así no le tengo que oír».

Claro que no todo iban a ser problemas en su relación. Carmen Lomana asegura también que «es estupendo, el tío más divertido, con el que más me río del mundo. Y mira, una persona con la que te ríes mucho y lo pasas muy bien y eres muy cómplice, pues está muy bien». También aclaró que, pese a todo, no es el «hombre de mi vida, ya para toda la vida... vamos y venimos, pero últimamente estamos más». «El amor de mi vida ya lo tuve, es una persona que nos encanta estar juntos, que nos estamos dando cuenta cada día más».

Ese amigo divertido, pero celoso con el que pasa largas temporadas no es otro que Antonio Gutiérrez Marcet. Viudo, de 72 años e inspector de Hacienda, le conoció cuando él todavía salía con otra conocida del papel cuché, Marta Chávarri. «Fue el hombre que más apoyó a Marta, estuvo con ella, la ayudó… y yo a Marta la quería muchísimo y a veces hemos salido juntos los tres», confesaba. «No somos muy convencionales. Estaba con Marta, y conmigo, pero conmigo no tenía una relación íntima».

Carmen Lomana, Antonio Gutiérrez Marcet, Marta y María Chávarri por las calles de MadridGTRES

El verdadero amor de su vida

Fue con tan solo 18 años cuando Carmen Lomana abandonó España para buscar una nueva vida en Londres. Allí conoció al que se convertiría en su marido, Guillermo Capdevilla, que provenía de una familia burguesa de Santiago de Chile que tras el golpe de Estado de Pinochet se fueron a vivir a Europa. Después de una temporada en Chelsea, se mudaron a España, donde triunfó y se convirtió en uno de los referentes y en el pionero del diseño industrial del País Vasco en los años 80.

Carmen Lomana se quedó embaraza de un niño que nunca llegó al mundo porque sufrió un aborto. «Desde niña sentí una inclinación profunda hacia los niños. Ser madre era mi gran anhelo. Cuando supe que no podría serlo, le pedí a Guillermo que me dejara», explicaba en una entrevista. «Guillermo me hizo fuerte en vida. Cuando le propuse separarnos, porque sentía que no podía ofrecerle una familia, me dijo 'No me casé contigo por los hijos. Me casé porque te amo. Y si no los tenemos, seguiremos siendo novios eternos'. Y así fue. Vivimos como dos enamorados, sin concesiones al deber ni al desencanto'».

Carmen Lomana y Guillermo Capdevila el día de su bodaInstagram

Poco tiempo después, el 9 de enero de 1999, Guillermo Capdevilla perdió la vida en un accidente de coche tras 25 años de matrimonio. «Fue muy difícil y duro gestionar todo esto. No quería vivir, no me interesaba. Con lo vitalista que soy yo», reconoció. «Todos solemos tener una persona en la vida que nunca se olvida», comentó.