Así fue la boda de Francesca Thyssen en Venecia, sin Tita Cervera

Venecia, la ciudad suspendida entre el agua y el cielo, fue el escenario escogido por Francesca Thyssen-Bornemisza para sellar su historia de amor con Markus Reymann, su pareja desde hace años y director de la fundación TBA21 Academy, creada por la propia Francesca en 2002. Allí, donde el arte y la naturaleza se entrelazan, ambos se dieron el «sí, quiero» en un enlace que combinó elegancia, simbolismo y una puesta en escena tan original como la propia novia.

Hija del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, el gran coleccionista que dio nombre al Museo Thyssen de Madrid, y de la exmodelo neozelandesa Fiona Campbell-Walter, Francesca pertenece a una de las sagas más ilustres del arte europeo.

La revista ¡HOLA! desveló los principales detalles de la boda, pero las redes sociales ofrecieron una mirada más cercana, gracias a las imágenes compartidas por los invitados, que captaron la magia de un fin de semana irrepetible. Se sabe que las celebraciones comenzaron el jueves 9 de octubre, cuando los novios recorrieron en lancha la laguna veneciana en compañía de familiares y amigos más cercanos. Aquel primer encuentro, íntimo y elegante, marcó el tono de un fin de semana pensado hasta el último detalle. Siempre fiel a su estilo poco convencional, la novia sorprendió al aparecer con un conjunto completamente negro. La jornada concluyó con una cena privada que reunió a su círculo más próximo, preludio perfecto de la gran celebración que estaba por venir.

Traje de novia firmado por Dries Van Noten

El viernes 10 se celebró la boda civil en el Ayuntamiento de Venecia, seguida de una recepción en la iglesia de San Lorenzo, un templo del siglo XVI que Francesca restauró para convertirlo en la sede de su fundación Ocean Space, dedicada al arte contemporáneo y la protección del medio ambiente. La novia llegó de la mano de Markus, radiante y serena, mientras dos gaiteros escoceses acompañaban su entrada con música en directo. Para la ocasión, eligió un elegante conjunto blanco de dos piezas firmado por Dries Van Noten, con chaqueta estructurada, falda midi y botones negros que daban un toque moderno a la silueta clásica. Completó el look con zapatos blancos y un recogido pulido que realzaba su porte distinguido.

En lugar del tradicional ramo de flores, Francesca llevó un bolso de rafia trenzada de Dior, del que sobresalía un arreglo de calas blancas y moradas atadas con una cinta de raso. Un detalle muy personal que unía moda, arte y naturaleza en un mismo gesto. A su lado estuvieron sus tres hijos (Eleonore, Ferdinand y Gloria, nacidos de su matrimonio con el archiduque Carlos de Austria), su yerno, el expiloto Jérôme D’Ambrosio, y sus dos nietos, el pequeño Otto y su hermana, de apenas un año. Entre los invitados destacó la presencia de la mítica Grace Jones, testigo del enlace y madrina de los novios.

Entre los asistentes se encontraban Borja Thyssen y Blanca Cuesta, que acudieron con dos de sus hijos. Blanca lució un vestido verde con lunares blancos, de Dries Van Noten, mientras que Borja apostó por un traje azul marengo con corbata de topos burdeos.

La gran fiesta llegó el sábado 11, cuando el Arsenal de Venecia se transformó en un escenario de luz y color. Todo estaba decorado en tonos rojizos, con mesas cubiertas de uvas, frutas escarchadas y flores de temporada, evocando la opulencia veneciana. Durante la velada, según en medio citado, la cantante Bebel Gilberto ofreció una actuación privada que cerró la jornada con un aire íntimo y mágico. Entre las fotografías que trascendieron redes, se vio a los recién casados cortando una tarta nupcial tan original como la propia celebración: una creación de varias capas, rellena de crema y frutas naturales, coronada con una fina capa de azúcar glasé. Sin artificios ni exceso de ornamentación, reflejaba el gusto sobrio de la pareja. En otra imagen, ambos posan sonrientes junto a un cardenal amigo de la familia, sosteniendo dos cuadros con la palabra «HA HA HA» repetida sobre fondo claro, una obra pop con mensaje.

La gran ausente: Tita Cervera

Carmen Cervera, la baronesa Thyssen, no viajó a Venecia. Decidió quedarse en España «por pereza de hacer un viaje tan largo». Tita fue la madrastra de Francesca, al casarse con su padre, el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, en 1985. Desde entonces, ambas han mantenido una relación correcta, aunque muy distinta en temperamento y forma de entender el legado familiar. Francesca es la parte más intelectual y cosmopolita del apellido: ve el arte como un espacio de pensamiento y experimentación. Tita, en cambio, representa la visión más emocional y popular: considera que la colección Thyssen pertenece también al público español. Pese a esas diferencias, siempre ha habido respeto mutuo. En 2021, durante el centenario del nacimiento del barón, madrastra e hijastra coincidieron en un homenaje conjunto en Madrid, dejando claro que, aunque sus caminos sean diferentes, ambas comparten la misma pasión: mantener vivo el legado artístico de la familia Thyssen.