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28 de marzo de 2024

Frente a un café, una fuerza de la Guardia Civil espera órdenes en la rebelión española durante la Guerra Civil, 30 de julio de 1936

Frente a un café, fuerzas de la Guardia Civil espera órdenes durante la Guerra Civil, 30 de julio de 1936©GTRESONLINE

Cuando la Guardia Civil se dio a la fuga en Tortellá para pasarse al bando Nacional

Un grupo de guardias civiles, militares y civiles intentaba llegar a la frontera francesa para pasarse al bando nacional cuando algunos milicianos les tendieron una emboscada

Un grupo de milicianos tendieron una emboscada al paso, por Castellfullit de la Roca, del vehículo que conducía el guardia civil Manuel Molina Rodríguez, transportando un grupo de guardias civiles procedentes del acuartelamiento de Ausias March, en Barcelona. Junto con otros civiles y militares intentaban llegar a la frontera francesa, para pasarse al bando nacional, en una acción combinada y concentrada con otros grupos de guardias civiles de la comandancia de Gerona. El guardia civil Francisco Soriano Espinosa conducía otro vehículo con el mismo propósito y destino. Recibió un disparo que lo dejó malherido. Lo llevaron a una farmacia de Castellfullit de la Roca donde falleció. Los hechos fueron estos…
«Desde los primeros días, en unión de otros compañeros oficiales y guardias de su misma significación, estuvo preparando su evasión de la zona roja con el propósito de pasarse a la España Nacional, hasta que el quince de febrero de 1937, después de muchas gestiones y preparativos en los que llevó al parecer parte destacada el Sargento Arean, salió una expedición de esta ciudad, compuesto de unos cuarenta entre oficiales, clases y números de la Guardia Civil en dos coches y una camioneta, en dirección a la frontera francesa pasando por Olot, en donde recogieron a otros guardias y paisanos, siguiendo hasta Castellfullit de la Roca, a la entrada de cuya población se había construido dos barricadas con el propósito de detener la expedición, pues habían recibido los elementos rojos del pueblo noticias del paso de la misma desde Olot a donde se había denunciado el hecho desde Barcelona.
A la llegada de los coches, hacia las once de la noche, solamente uno de los turismos y la camioneta, pues el otro se ignora el camino que siguió, fueron tiroteados cayendo heridos en primer lugar los conductores de ambos vehículos y originándose una refriega, dispersándose los componentes de la expedición por distintos caminos yendo Vicente Rodríguez a parar en unión del alférez José Carbonell Faura, que iba herido, a una masía –Can Muscarolas de Montagut– con ánimo de curar a este provisionalmente y continuar la fuga, pero fueron denunciados primero al comité de Besalú y luego al de Castellfullit, saliendo de dicho pueblo una partida de gente armada que los localizó en dicha masía, haciéndoles frente Vicente Rodríguez, aunque infructuosamente fue asesinado, junto con el Alférez Carbonell en la cocina de la repetida masía, y su cadáver, que presentaba heridas de arma de fuego en la cabeza, enterrado en el cementerio del citado pueblo de Castellfullit de la Roca en unión del Alférez Carbonell y de otros dos guardias, asimismo asesinados llamados Manuel Molina y Francisco Soriano».
A Manuel Molina Ramírez, lo mataron en «curva Puente de Castellfullit, en carretera de Olot-Gerona». A Francisco Soriano Espinosa lo asesinaron en «carretera Gerona-Olot. Ramal a la de Montagut».
Los guardias civiles asesinados en Montagut-Oix, Olot, Sant Julià de Ramis y Tortellá, habían sido encuadrados en la Guardia Nacional Republicana, que fue el nombre con el que se denominó en la zona republicana a la Guardia Civil. Estos guardias civiles iban a ser enviados al frente por decisión de las autoridades republicanas de Cataluña, como castigo por no simpatizar con la causa republicana o por la venganza de los anarquistas. Al verse descubiertos huyeron a pie para conseguir cruzar la frontera. En ese momento se inició una persecución de los anarquistas y milicianos a la caza de los guardias civiles. La mitad de ellos fueron ejecutados al ser descubiertos.

El resto de los ajusticiados en Tortellá fueron llevados al Ayuntamiento antes de ser asesinados

Algunos fueron asesinados en Oliveda de Ayma, después de ser descubiertos por el comité revolucionario de Tortellá. Otros, después de ser apresados en la finca Les Planes, cerca de la frontera francesa, fueron asesinados por los mismos milicianos en una verneda de la carretera de Sadernes, a 4 km de Tortellá. El resto de los ajusticiados en Tortellá fueron llevados al Ayuntamiento antes de ser asesinados. Los milicianos de Massanet asesinaron a dos guardias civiles en el Manso de la Gabarra y en el Castillo de Recasens. Los miembros del comité revolucionario de Castellfullit de la Roca asesinaron a varios en el Manso Corominas de Montagut.
Desconocemos lo que ocurrió con el otro coche que iban en la caravana emboscada en Castellfullit de la Roca. Hemos de suponer que, al cambiar de ruta, consiguieron su propósito y cruzaron la frontera francesa, pero sólo es una suposición. De ser así, de los 40 guardias civiles sólo 17 consiguieron su propósito.
Los que no fueron asesinados en el lugar donde los descubrieron fueron llevados a Sant Julià de Ramis y más tarde trasladados a Gerona. Ahí se organizó un Tribunal Espacial de Guerra que, en juicio sumarísimo, los sentenció a muerte. El juicio tuvo lugar en el Palacio de Justicia de Gerona. De ahí volvieron a trasladarlos a Sant Julià de Ramis.
Las personas sospechosas de participar en estos crímenes de Tortellá, según la Causa General, eran Jaime Molas Alsina (huido a Francia); Pedro Guinó Ayats (ejecutado); Amadeo Pratabera Puntí (huido a Francia); Ignacio Planas Reirado (huido a Francia); Ángel Blanch (ejecutado); Fernando Bach-Estela Munt (huido a Francia); Juan Junia Busquets (huido a Francia); Miguel Vergés (ejecutado); Juan Pujol Oliveras (huido a Francia); Juan Genis Triadú (huido a Francia); Pascual Badosa Bosch (huido a Francia); Narciso Peña Sabaté (fallecido.
Mientras que las personas sospechosas de participar en los crímenes de Castellfullit de la Roca eran Jaime Albí Expósito (extranjero), Julián Basagañas Figueras (fallecido), Juan Badosa Basagañas (fallecido); Daniel Servosa Teixidó (fallecido); Gabriel Villega Garrido (Fallecido); José Casas Viñolas (fallecido); Rosendo Viñas Plana (extranjero); José Siqués Rodeja extranjero), Primo Casadevall Fábrega (extranjero), Miguel Argelés Homs (extranjero); Juan Villegas Garrido (extranjero), Ramón Planas Guitart (fallecido); Jaime Gelis Bartina (fallecido); Simón Vila Corominas (extranjero).
Aparte de los guardias civiles, también viajaban en esos coches militares, un sacerdote y paisanos. Francisco Asencio Ponceliz. Capitán de Infantería y de la Guardia Nacional Republicana; Francisco Jou Parés, Alférez de Infantería; Esteban Jou Parés, sacerdote en Bordils; Luis Adroher Sierra, dependiente en Gerona; y Joaquín Llobet Llabarri, estudiante de Gerona.
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