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19 de abril de 2024

Fernando I y María con su hijo Carol y sus hijas Isabel, María e Ileana, 1913-1914

Fernando I y María con su hijo Carol y sus hijas Isabel, María e Ileana, 1913-1914

Dinastías y poder

Rumanía: de la Guardia de Hierro al comunismo

Rumanía participó en la Primera Guerra Mundial en el bando de los vencedores y jugó su baza de las reivindicaciones territoriales. Pero sus monarcas protagonizaron escándalos, infidelidades, abdicaciones y traiciones

Fue en el último tercio del siglo XIX cuando un príncipe alemán llegaba a Rumanía para ser proclamado Rey. Desde entonces, una rama de los Hohenzollern-Sigmaringen reinó en este país azotado por los problemas políticos y fronterizos. Rumanía participó en la Primera Guerra Mundial en el bando de los vencedores y jugó su baza de las reivindicaciones territoriales. Pero sus monarcas protagonizaron escándalos, infidelidades, abdicaciones y traiciones. El impacto de los fascismos desdibujó su monarquía: Rumanía pasó de la Guardia de Hierro a la órbita comunista y su Familia Real terminó en el exilio.
Rumanía hacía poco que había conseguido liberarse del dominio Otomano y desde su victoria en la guerra ruso-turca de 1881, se convirtió en un reino independiente. En los días en los que se repartían tronos y se configuraba el nuevo mapa de Europa, proclamaron Rey a Carol Hohenzollern-Sigmaringen, el segundo de los hijos de Carlos Antonio, jefe de la casa de este ducado alemán, miembro de una de las dinastías más prominente de Centroeuropa. Carol I estaba casado con Isabel de Wied, escritora aficionada algo estrafalaria. No habían tenido hijos con lo que el trono de aquella inestable monarquía pasaría al segundo de sus sobrinos, el hijo de su hermano Leopoldo, quien un día había sonado como candidato al trono de España, tras el exilio de Isabel II de Borbón.
Fernando había nacido en Sigmaringen y recibió formación militar en regimientos alemanes, aunque desde su designación como heredero en 1888 fijó su residencia en Bucarest. La elegida para convertirse en su esposa no fue otra que María de Sajonia-Coburgo, conocida como Missy. Era hija del duque de Edimburgo, segundo de los hijos de la Reina Victoria, y de la Gran Duquesa Rusa, María Alejandrovna, hermana del zar Alejandro III. Su pedigrí era fabuloso y su belleza extraordinaria. La boda se celebró en el palacio de Sigmaringen en 1893 y desde ese momento quedó claro que ella llevaba la voz cantante en el matrimonio. Fernando era tímido y apocado. Ella impetuosa y capaz. Las relaciones con el déspota Carol I nunca fueron buenas.
Vista del castillo de Sigmaringen hacia el año 1900

Vista del castillo de Sigmaringen hacia el año 1900Library of Congress

En octubre de 1914, cuando el mundo se preparaba el estallido de la Primera Guerra Mundial, Fernando I era proclamado Rey en una fastuosa ceremonia en la que María, lució la aparatosa corona de oro macizo símbolo de su tradición histórica. Rumanía se alineó con la Entente en contra de los intereses territoriales de los Imperios Centrales. Eran días de trincheras en los que la Reina se ganó el afecto de un país devastado por las bajas: ella era el brazo fuerte de la corona frente a un apocado monarca, débil e influenciable.

Eran días de trincheras en los que la Reina se ganó el afecto de un país devastado por las bajas: ella era el brazo fuerte de la corona

Después de tres años de lucha, la guerra llegaba a su fin. En 1919 Francia se convertía en la capital de las negociaciones diplomáticas y se establecía un nuevo orden territorial en Europa. María de Rumanía no dudó en presentarse en París para reivindicar el papel que le correspondía a Rumanía por encontrarse entre los países vencedores. El presidente Clemenceau quedó impresionado por la determinación con la que la Reina mostró su autoridad. Lucía moda exquisita y piezas deslumbrantes de su joyero, pero se ganó el reconocimiento de la diplomacia internacional: Rumanía amplió fronteras incorporando parte de los territorios amputados al Imperio Austrohúngaro y minorías étnicas. El país obtuvo más del doble de su superficie configurándose la «Gran Rumanía».
María visita un hospital militar, 1917

María visita un hospital militar, 1917

Missy de Rumanía fue el sostén de la monarquía en su país y más desde que su hijo, el príncipe Carol, renunció a los derechos dinásticos por las relaciones que mantenía con su amante Magda Lupescu. Aunque casado desde 1921 con Elena de Grecia –hija del Rey Constantino II– se exhibía públicamente con su amiga en los locales más selectos de París y Londres. Fue el culebrón de la época.
En 1927 fallecía el Rey Fernando y su nieto de cinco años, Miguel –único hijo de Carol y Elena– era proclamado Rey. La ya Reina Madre no quiso formar parte del Consejo de Regencia como tampoco responder a las acusaciones vertidas por su hijo cuando en 1930, se dispuso a recuperar la corona como Carol II. Rumanía había entrado en la órbita del eje y se creaban las primeras unidades de la Guardia de Hierro. María no vivirá para verlo: fallecía en 1938, meses antes de que su país se preparase para comenzar una etapa muy oscura. Escribió sus memorias Historia de mi vida, un magnífico retrato de aquella Europa.

Fue una especie de «rey títere» del régimen filo-nazi rumano, aunque en 1944 se desmarcó encabezando un golpe y uniéndose a los Aliados

Durante una década, el gobierno de Carol II puso al país en una complicada posición estratégica hasta que se vio obligado a abdicar y marcharse a Estoril. En 1940, Miguel volvía a ocupar el trono, aunque era el mariscal Antonescu quien, con mano dictatorial, ejercía el poder: fue una especie de «rey títere» del régimen filo-nazi rumano, aunque en 1944 se desmarcó encabezando un golpe y uniéndose a los Aliados.
Tras la invasión soviética de Rumanía, Miguel I tuvo que nombrar un gobierno de inspiración comunista hasta que en diciembre de 1947 fue obligado a abdicar. Rumanía estaba ya bajo la órbita de la hoz y el martillo.
Ya en el exilio, Miguel I se casó con Ana de Borbón-Parma con la que tuvo cinco hijas. No pudo regresar a su país hasta 1997, cuando habían pasado ocho años de la ejecución del dictador Ceaucescu. Recuperó parte de su patrimonio y obtuvo reconocimiento como exjefe de Estado. Miguel de Rumanía falleció en diciembre de 2017 en Suiza. Tenía un índice de popularidad muy alto entre los ciudadanos de su país. Su primogénita, Margarita, es ahora la titular de la Jefatura de la Casa Real.
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