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"el día más triste en la historia judía", cuando el Templo de Jerusalén fue reducido entre las llamas

«El día más triste en la historia judía», cuando el Templo de Jerusalén fue reducido entre las llamas

¿Qué fueron las desconocidas guerras judías de Roma?

Será la época de Herodes cuando el reino de Israel acabará bajo la influencia y posterior dominio de Roma que, como los griegos, intentarán asimilar la región, en este caso romanizarla

El control de la región judía siempre ha sido muy complicado para los grecorromanos. Ya los macabeos habían expulsado a los griegos de la región y establecieron el reino de Israel tras la revuelta de Matatías y sus hijos. Esta rebelión logró consolidar la identidad judía y que se practicara de forma popular la Torah. Se crearon Beit Din (tribunales judíos), se popularizó la Mikbe, se dio la era de los zugot (los pares), y se comenzó a definir lo que más tarde serían fariseos, saduceos, bnei mikrá y esenios.

Será la época de Herodes cuando el reino de Israel acabará bajo la influencia y posterior dominio de Roma que, como los griegos, intentarán asimilar la región, en este caso romanizarla. Esto lo lograrán con los monarcas y las élites saduceas filohelenas, pero no con la población urbana de corte «nacionalista» atraídos al movimiento fariseo que pretendía la independencia de su territorio y el establecimiento de la teocracia judía; en paralelo y muy unido a los fariseos aunque independiente estaba el movimiento rabínico, de corte rural, que acabaría llevándose el gato al agua y controlando al judaísmo tras la reforma de Yohanan Ben Zakai en Yavne en época de Vespasiano… sin contar con los qanaim (zelotes) que irían evolucionando hacia el sicariado y la lucha armada.

El caso es que los romanos vivían en la región de sobresalto en sobresalto. Tensiones entre los filohelenos y los nacionalistas, la oposición de la masa popular a los herodianos y los romanos hizo que, al final, estallaran las guerras judías.

Primera Guerra Judía

Esta guerra se dio entre el año 66 y 73. En el año 66 se dieron dos causas que acabaron iniciando la guerra: en Cesárea Marítima hubo una controversia jurídica entre griegos y judíos que acabó con la victoria de los griegos y estos desataron un pogromo en el barrio judío sin la intervención romana lo que produjo una gigantesca protesta de los judíos que, al mismo tiempo, protestaban por la apropiación indebida del procurador Gesio Floro de dinero del tesoro del templo, sagrado para los judíos.

El sumo sacerdote Eleazar ben Ananías cesó los sacrificios al Emperador y animó a los judíos a atacar la guarnición romana de la ciudad. Cestio Galo acudió con sus legiones a aplacar la rebelión, pero fue emboscado y miles de legionarios perecieron por lo que Nerón decidió entregar el mando a Vespasiano que con cuatro legiones (V Macedónica, X Fretensis, XII Fulminata, XV Apollinaris) acudió junto a su hijo Tito a Judea aplastando la rebelión.

Representación del triunfo romano celebrando el Saqueo de Jerusalén en el Arco de Tito en Roma

Representación del triunfo romano celebrando el Saqueo de Jerusalén en el Arco de Tito en Roma

Al no poder romper la línea de defensa judía en Jerusalén decidió sitiar la ciudad, que cayó al poco tiempo en el año 70. En esta guerra uno de los mayores líderes judíos acabó siendo apresado y obteniendo la ciudadanía romana: Flavio Josefo, que nos legó en su Guerra de los Judíos un testimonio de primera mano de la destrucción que se dio en toda Judea, aunque la rebelión no afectó a Samaria ni Galilea.

El evento más importante fue la destrucción de Jerusalén y del segundo templo derruido hasta hoy en día. En el año 71 caería Masada y se produciría la diáspora por el estado ruinoso en el que quedó Judea. Unos huyeron a Babilonia, que se convirtió en centro del judaísmo, otros fueron por el Imperio donde ya había comunidades judías, otros huyeron a Arabia donde crearon comunidades en Jaibar y Yatrib y reaparecerían en la historia durante la vida de Mahoma. Otros fueron esclavizados y vendidos aplacando la rebelión.

Guerra de Kitos

La Guerra de Kitos se dio durante la era de Trajano y tiene que ver con los resultados de la Primera Guerra Judía, las comunidades judías dispersas y mezcladas en ciudades con griegos y la guerra contra los Partos de Trajano.

Trajano se lanzó a la conquista de Mesopotamia ganando el territorio a los partos; sin embargo los judíos apoyaron en masa al Imperio parto conocedores del trato que los romanos daban a los judíos por lo que la situación se volvió inestable para el Imperio romano que temía enfangarse en una guerra irresoluble que consumiera al ejército y la economía. El Emperador tenía en cuenta que para semejante campaña había sacado tropas del norte de África y las había estacionado en el Oriente para reprimir a los judíos y asegurar rutas de suministros.

Arqueros a caballo partos contra el "testudo" romano

Arqueros a caballo partos contra el «testudo» romano

Conocedores en el imperio de la ayuda total de los judíos a los partos y la dura guerra que se estaba dando en Mesopotamia contra las legiones, los griegos se lanzaron a atacar a los judíos pero estos reaccionaron, se organizaron y lanzaron un contrataque que provocó el tambaleo del Imperio romano ya que los disturbios se cebaron en Judea pero también en el norte de África y Chipre, que quedó bajo control total de los rebeldes judíos.

En Cirenaica la rebelión fue comandada por Lucas, un judío que al parecer poseía ciudadanía romana y que tomó el control de la provincia Libia y de Alejandría incendiando barrios y templos. Trajano tuvo que enviar al prefecto del pretorio, Quinto Marcio Turbón, a reprimir las protestas.

Frente a esa situación y el temor a verse encerrado entre un territorio hostil como el de la Mesopotamia recién conquistada, el territorio parto que se reorganizaba y un oriente romano en disturbios y posiblemente hostil a Roma envió a Lucio Quieto a Judea para estabilizar la situación y tener una ruta de escape.

En este proceso Quieto dominó la región y condenó a muerte a los hermanos Julián y Papo aunque Quieto acabó siendo asesinado por sus pretensiones al trono romano que ya había caído bajo el control de Adriano. Éste eliminó a su rival, pero no se libraría de la próxima revuelta judía ya que esta segunda guerra se cerró en falso. Roma retomó el control del Oriente y tuvo que abandonar Mesopotamia en el 117, un año después de que fuera creada por Trajano, aunque en 198 sería restablecida por Septimio Severo.

Rebelión de Bar Jokba

De todas, es la más importante. En ella participó el importante rabino Akiva, que aún hoy es venerado por los judíos de todo el mundo, fue el responsable de ungir como Mesías a Simón Bar Jockba y planificó la rebelión junto con este líder que debería de gobernar un Israel totalmente libre.

Esta rebelión fue, de todas, la más peligrosa ya que acabó con dos legiones completas: la X romana y la XXII que acudió desde Egipto para auxiliar a sus camaradas. La eliminación de las legiones y el apoyo popular hizo que durante dos años y medio Israel fuera un estado independiente y restaurado, sin embargo Adriano hizo llamar a Sexto Julio Severo con un ejército que incluía legiones incluso de las fronteras danubianas, por las terribles pérdidas romanas.

La eliminación de las legiones y el apoyo popular hizo que durante dos años y medio Israel fuera un estado independiente

En paralelo el servicio de las korbanot (sacrificios de animales) se había restaurado y el poder político del Nasí Shimon Bar Jocka contrastaba con el poder de Rabi Akiva que presidía el Sanedrín dentro de una teocracia judía. Se emitieron monedas, inscripciones y se hicieron intentos diplomáticos para reforzar la estabilidad del reino.

Adriano, que había enviado a Severo con un ejército inmenso, logró estabilizar la situación barriendo el territorio, arruinando ciudades, villas, pueblos y tomando Jerusalén. Momento en el que Simón Bar Jockba junto con Rabi Akiva y sus partidarios fueron sitiados en Betar donde murieron. Bar Jockba murió durante la toma de Betar y Rabi Akiva fue hecho prisionero y desollado vivo.

Simon bar Kokhba

Simon bar Kokhba

Esta rebelión, la tercera en setenta años y con un componente muy grave ya que era una continua fuente de desestabilización, pérdidas humanas y económicas, pero que en esta ocasión había sido minuciosamente preparada y casi salió bien hizo que la población fuera castigada: se prohibió el culto judío y se quemaron textos religiosos, se asesinaron rabinos y maestros, se demolió Jerusalén construyéndose la colonia Aelia Capitolina con la prohibición de que ningún judío volviera a entrar y en la entrada se colocó una estatua de un cerdo. Los cadáveres de los defensores de Betar no se enterraron en años a modo de castigo.

En esta guerra la provincia de Judea desapareció de la administración romana creándose la Provincia de Siria-Palestina, se esclavizó a toda la población y la región quedó deshabitada y en ruinas. Esto provocó un nuevo éxodo, la desaparición del judeocristianismo y la decadencia de las comunidades judías del Imperio romano, que aumentaría el número por la diáspora. El centro religioso judío pasaría a Susa y Babilonia, donde recayó la actividad que daría lugar a las importantes academias de Sura y Pumbedita más adelante. Roma no tendría más problemas ahí hasta las revueltas samaritanas ya en época bizantina pero eso es otra historia.

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