Fundado en 1910

Erich Honecker, secretario general del Comité Central del SED y presidente del Consejo de Estado de la RDA, se dirige a los funcionarios de la StasiBundesarchiv / Wikimedia Commons

Así utilizó la Alemania comunista a antiguos generales nazis para formar su ejército y la Stasi

La RDA integró antiguos oficiales nazis en su estructura militar y política para consolidar su aparato represivo, bajo la fachada de una falsa pluralidad comunista

La Alemania oriental o comunista ha pasado a la historia como uno de los regímenes totalitarios más exitosos, donde nadie podía sentirse seguro, ni siquiera dentro del hogar. En 1950, el Partido Socialista Unificado (SED) —formado tras la integración de los socialistas en la formación comunista— contaba con unos 175.000 exmiembros del NSDAP, muchos de ellos antiguos oficiales de la Wehrmacht. Aproximadamente una cuarta parte de los cargos directivos y 56 diputados de la Cámara Popular de la RDA tenían pasado nazi.

En 1952, Erich Mielke, eficaz secretario de Estado del Ministerio de Seguridad del Estado y fundador de la temida Stasi, emitió la Directiva 21, que ordenaba el reclutamiento de antiguos oficiales de la Wehrmacht, especialmente miembros de la Gestapo o del Abwehr —el antiguo servicio de inteligencia militar alemán— para contar con profesionales de la represión.

Los antecedentes se remontan al 12 de julio de 1943, con la creación del Comité Nacional para una Alemania Libre, fundado por comunistas exiliados en la URSS y presidido por Erich Weinert. El comité reunió inicialmente a comunistas y, en septiembre, a desertores procedentes de la Liga de Oficiales Alemanes (BDO), que agrupó a 95 oficiales prisioneros. Entre los primeros traidores destacaron el teniente de la Luftwaffe Heinrich Graf von Einsiedel —piloto con 35 derribos y bisnieto de Otto von Bismarck— y el mayor de la Wehrmacht Karl Hetz.

Aunque quienes adquirieron mayor notoriedad mediática fueron el general de artillería Walther von Seydlitz-Kurzbach y el general Alexander von Daniels, de la 376.ª División de Infantería, ambos capturados en la rendición de Stalingrado. El intento de formar un ejército de renegados, sin embargo, fracasó estrepitosamente.

La constitución de una Alemania comunista en la zona bajo control soviético permitió la creación del Ejército Popular Nacional (NVA), nombre oficial de las Fuerzas Armadas de la República Democrática Alemana. Heinz Hoffmann, antiguo comisario de la XI Brigada Internacional y jefe del Estado Mayor entre 1958 y 1960, fue nombrado ministro de Defensa en 1960. Bajo su liderazgo se promovió la prusianización del ejército oriental mediante la incorporación de oficiales de la derrotada Wehrmacht.

Hoffmann en septiembre de 1969Bundesarchiv / Wikimedia Commons

En 1957, cinco de los 16 generales del NVA y una cuarta parte de sus coroneles provenían del antiguo ejército alemán. Entre ellos destacó el coronel Wilhelm Adam, comandante de la Escuela de Oficiales entre 1953 y 1956; Gerhard Bechly, jefe de personal de la 4.ª Administración del Ministerio de Defensa Nacional; el antiguo general Arno von Lenski, comandante de las tropas Panzer del régimen comunista; Rudolf Bamler, exgeneral de la 12.ª División de Infantería y miembro del servicio de inteligencia, que pasó a servir en la Stasi; Hermann Rentzsch, director de Formación del Ministerio de Defensa Nacional; el mayor Willy Riedel, condecorado con la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, que fue general de la 6.ª División de Fusileros Motorizados; y Vincenz Müller, antiguo general de cuerpo de ejército, quien llegó a ser jefe del Estado Mayor del NVA.

El 25 de mayo de 1948 se fundó el Partido Nacional Democrático de Alemania (NDPD), con la aprobación de la Administración Militar Soviética, como punto de encuentro para antiguos nacionalsocialistas. Uno de sus vicepresidentes fue el general Müller. Aunque participaban en política, estos antiguos militares —en su mayoría exmiembros del Partido Nazi— no se integraron en el SED, sino que fundaron una agrupación propia con representación marginal dentro del régimen comunista, que simulaba una falsa pluralidad.

Müller fue vicepresidente del partido y otro oficial, el excomandante Heinrich Hofmann, lo presidió tras su fundador, un militante comunista. Con la caída del Muro de Berlín, la pequeña formación, de apariencia conservadora, intentó una aproximación a su homóloga occidental, el Partido Nacionaldemócrata, pero la presión mediática condujo finalmente a su fusión con el FDP, la formación liberal de Alemania Occidental.

Heinz Hoffmann durante una visita a las tropas en 1982Bundesarchiv / Wikimedia Commons

Las razones de su captación fueron dos: por un lado, su alta profesionalidad, necesaria para formar el Ejército Nacional Popular, que conservó con más fidelidad la tradición prusiana que la Bundeswehr occidental; y por otro, la delicada situación personal de estos oficiales por su pasado político y su origen aristocrático, que los hacía particularmente obedientes al poder comunista.

La escasez de militantes comunistas cualificados obligó al régimen a confiar en elementos de obediencia estricta, aunque no fiables ideológicamente. En el ámbito castrense —el más sensible por su conexión con el Pacto de Varsovia— estos oficiales fueron estrechamente vigilados y muchos presionados para espiar a sus compañeros. Finalmente, a partir de 1959, se procedió a su marginación en las unidades de combate que ellos mismos habían contribuido a formar.

Un ejemplo significativo fue el desfile militar conmemorativo del 40.º aniversario de la fundación de la RDA.