Cuerpo sin vida cubierto por una lona tras el ataque al cuartel militar de Mikolaiv, este sábado
24 días de guerra en Ucrania
Parte de Guerra (18.00): los últimos hechos más importantes de la invasión rusa a Ucrania
Decenas de personas murieron este viernes en un bombardeo registrado en un cuartel al sur de Ucrania, en la ciudad de Mikolaiv, dijeron este sábado diversos testigos a la AFP, mientras las operaciones de rescate continuaban. «Había al menos 200 soldados durmiendo en los barracones», detalló Maxim, un militar de 22 años entrevistado en el lugar. «Al menos 50 cadáveres han sido recuperados y no sabemos cuántos quedan debajo de los escombros», añadió el joven soldado.
El ataque es el último de gran magnitud ejecutado por las tropas rusas junto a la completa destrucción de la planta metalúrgica de Azovstal en Mariúpol (sur de Ucrania), una de las más grandes de Europa, según ha informado el Ministerio de Interior ucraniano.
Los enfrentamientos se cuelan en Mariúpol
Además del bombardeo, los combates también han llegado al centro de la ciudad portuaria, donde después de semanas de asedios, los soldados de Rusia y Ucrania luchan ahora cara a cara en las calles, lo que dificulta las labores de rescate en el teatro que fue bombardeado hace unos días con cientos de mujeres y niños en su interior.
Ucrania hace balance de daños de Rusia
Las Fuerzas Armadas ucranianas aseguran haber destruido a lo largo de la guerra cerca de 95 aviones de combate rusos, 115 helicópteros, 72 sistemas de lanzamiento de misiles y 44 sistemas de defensa aérea. Además, según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, en los combates han muerto al menos 14.400 soldados rusos.
¿Cosmonautas contra la invasión?
Tres nuevos cosmonautas rusos han llegado este viernes a la Estación Espacial Internacional. Son los primeros que llegan desde la invasión a Ucrania y en medio de la tensión internacional, que también afecta a la nave. Para sorpresa de todos, los tres hombres han aparecido con uniformes con los colores de la bandera ucraniana, azul y amarillo, lo que se ha interpretado como un gesto contra la ofensiva de Putin.
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