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23 de abril de 2024

Sacos de trigo apilados

Sacos de trigo apiladosAFP

86 días de guerra

Estados Unidos y Rusia se acusan de usar el hambre como arma de guerra en Ucrania

Washington ha pedido a Moscú que permita las exportaciones de cereales ucranianos bloqueados en los puertos del mar Negro

Estados Unidos y Rusia se han culpado mutuamente este jueves en el Consejo de Seguridad de la ONU de la agravación de la inseguridad alimentaria en el mundo. Washington ha pedido a Moscú que permita las exportaciones de cereales ucranianos bloqueados en los puertos del mar Negro.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, acusó a Rusia de tener como «rehén» el suministro de alimentos de millones de ucranianos y de millones de personas más alrededor del mundo. Estados Unidos denunció que Moscú está violando de forma flagrante la resolución del propio Consejo de Seguridad que condena este tipo de estrategia y «es el último ejemplo de un Gobierno que usa el hambre de los civiles para tratar de avanzar en sus objetivos».
Al mismo tiempo, recordó que los ucranianos no son los únicos que están sufriendo las consecuencias de la guerra, pues el conflicto está disparando los precios de los alimentos y haciendo empeorar la crisis de hambre que ya estaba empezando a vivirse en numerosos países.
Por su parte, el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, refutó de plano las acusaciones occidentales que consisten en «echar la culpa a Rusia de todos los problemas del mundo».
La crisis alimentaria en el mundo existe dese hace tiempo y sus causas profundas obedecen a una «espiral inflacionista» alimentada por el aumento de los costes de los seguros, flujos logísticos difíciles y «especulaciones en los mercados occidentales», dijo el diplomático ruso.
Los puertos ucranianos están bloqueados por Ucrania, por las minas diseminadas en el país a lo largo de la ribera del mar Negro y por la falta de voluntad de cooperación de Kiev con los armadores para liberar varias decenas de navíos extranjeros, agregó.
De hecho, Nebenzia consideró que la situación es fruto de las políticas y regulaciones de Occidente, que han causado problemas en la cadena de suministro, especulación en los mercados alimentarios, incrementado los costes del transporte y los seguros y, en general, haciendo aumentar la inflación.
El embajador señaló además como parte de ese problema «la abrupta transición a una energía verde impuesta a todo el mundo» y las sanciones contra Rusia, que aunque no atacan directamente a las exportaciones de alimentos o fertilizantes, frenan las ventas porque los compradores prefieren actuar con un exceso de cautela, dijo.
Asimismo, dio a entender que las exportaciones de cereales que Ucrania está haciendo a Europa por otras vías, como el ferrocarril, tienen como fin pagar por las armas que se le están entregando y no tienen nada que ver con la lucha contra el hambre.
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