Civiles huyen de las ciudades ucranianas
290 días de guerra en Ucrania
Rusia deporta al 100% de la población ucraniana de Kinburn Spit, en Jersón
Rusia ha deportado al 100% de la población ucraniana del extremo más occidental de la península de Kinburn, una zona conocida como Kinburn Spit, en la región de Jersón.
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El área es objeto de continuas incursiones del Ejército ucraniano tras la reconquista de la ciudad de Jersón, y podrían estar preparando un próximo asalto para recuperar esta zona estratégica que liberaría los puertos de Jersón y Mykolaiv.
Según el jefe de la administración militar de la región de Mykolaiv, Vitalii Kim, en declaraciones a la radio local Svoboda, «ya no quedan civiles allí. Hace menos de una semana los rusos los desalojaron a todos por la fuerza y se los llevaron a Crimea. No sé a dónde los trasladaron después».
Ya no quedan civiles en Kinburn Spit, sólo soldados rusos
Vitalii Kim afirmó que en esta estrecha franja de tierra arenosa que se adentra en el mar Negro «quedaban solo 37 habitantes de los 200 que vivían antes de la invasión rusa. Ahora ya sólo quedan soldados rusos que tratan de mantener la ocupación del territorio».
Kim señaló que los informes de inteligencia elaborados sobre el terreno apuntan a que las tropas estacionadas en Kinburn Spit no tienen un objetivo ofensivo, porque lo que queda descartado cualquier intento de asalto sobre Mykolaiv desde esa posición.
Las deportaciones de la población civil ucraniana con la excusa de protegerlos de los combates son una estrategia aplicada por el Kremlin para la rusificación de Ucrania desde el inicio de la guerra.
Este sábado, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, reclamó al Comité Internacional de la Cruz Roja que trate de frenar las deportaciones forzadas de población civil ucraniana a Rusia, en particular de menores.
Rusia ha deportado ya a miles de civiles ucranianos –según el gobierno ucraniano, a más de dos millones de civiles– a distintos puntos de Rusia.
Otras ciudades como Melitopol, Mariúpol, Izium o Severodonetsk han sufrido también la deportación forzosa de sus habitantes, a los que ofrecen ayudas para adquirir viviendas en Rusia y evitar que regresen a sus lugares de origen en Ucrania.
Además, Rusia también ha deportado miles de niños ucranianos huérfanos o que se han separado de sus padres y los ha dado en adopción a familias rusas o internado en campamentos. Según Kiev, Rusia ha deportado a más de 11.000 niños ucranianos desde el inicio de la guerra.
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