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18 de mayo de 2024

Putin y Lukashenko

Putin estrecha la mano a Lukashenko en MinskAFP

298 días de guerra en Ucrania

Putin trata de forzar a Lukashenko a que entre en la guerra de Ucrania

El gobierno ucraniano cree que Rusia y Bielorrusia preparan una nueva ofensiva sobre Kiev este invierno

El presidente ruso, Vladimir Putin, se encuentra ya en Minsk para mantener un encuentro con su homólogo y aliado bielorruso, Aleksandr Lukashenko, en medio de los rumores que hablan de una posible nueva ofensiva ruso-bielorrusa sobre Kiev en este invierno.
La visita de Putin es el culmen de una estrategia de presión de Moscú sobre Minsk para que se implique más en la guerra de Ucrania, más allá de ceder su territorio para el paso de tropas rusas en dirección al territorio ucraniano, el entrenamiento de reclutas rusos y el empleo de las bases aéreas bielorrusas para ejecutar ataques aéreos sobre las ciudades ucranianas.
El Kremlin quiere que Bielorrusia envíe soldados y artillería a Ucrania, algo a lo que Lukashenko se ha resistido hasta ahora conocedor de que embarcar a su país en una guerra que se ha convertido en una trituradora de carne para los invasores con decenas de miles de soldados muertos puede ser la chispa que encienda la llama de una nueva rebelión popular contra su régimen.
Según el portavoz del gobierno ruso, Dmitri Peskov, Bielorrusia es el «aliado número uno» de las tropas rusas. En la práctica, Putin ha convertido Bielorrusia, con el consentimiento de Lukashenko, en un protectorado militar ruso, y al presidente bielorruso cada vez le cuesta más oponer resistencia a las voraces demandas de su vecino eslavo.
Según la agencia gubernamental rusa TASS, el presidente bielorruso justificó la reunión con Putin en que «existen temas entre los dos gobiernos de ambos países que son imposibles de resolver sin la participación de los presidentes».
La falta de detalles sobre qué tipo de temas son esos a los que se refiere y los motivos por los que son imposibles de resolver sin la participación de los presidentes es, precisamente, lo que resulta más inquietante.
Las declaraciones de Lukashenko, asimismo, revelan (y confirman) las tensiones entre los gobiernos ruso y bielorruso por la guerra.
El presidente bielorruso reconoció que «hay una serie de temas sensibles en los que ambos gobiernos han agotado sus posibilidades de negociación».
Por su parte, la líder opositora bielorrusa en el exilio, Sviatlana Tsikhanouskaya, afirmó en declaraciones al Kyiv Post que esta visita de Putin a Minsk revela que las probabilidades de una participación de Bielorrusia en la guerra «podría aumentar en las próximas semanas».
Sin embargo, según el Institute for the Study of War (ISW), esta visita forma parte de «un esfuerzo por establecer las condiciones de información para una nueva fase de la guerra».
Una nueva fase que presagia «operaciones ofensivas renovadas contra Ucrania en los próximos meses».
Pese a todo, el ISW incide en que «la capacidad del ejército ruso, incluso reforzada por elementos de las fuerzas armadas bielorrusas, para preparar y llevar a cabo operaciones ofensivas mecanizadas a gran escala efectivas en los próximos meses sigue siendo cuestionable».
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