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10 Tanker en el aeropuerto de Concepción, Chile.AFP

El mayor avión antiincendios del mundo llega al sur de Chile

Los incendios ya han destruido cerca de 300.000 hectáreas y calcinado más de 1.000 viviendas

El avión antiincendios más grande del mundo, el estadounidense Ten Tanker, llegó este lunes a la ciudad sureña de Concepción, en la región del Biobío, para ayudar en el combate contra los devastadores incendios que sacuden el centro y sur de Chile desde hace días.
«El avión posee una envergadura de 50 metros, y su sistema de tanques puede lanzar una carga completa en cuatro segundos, volando a entre 60 y 90 metros y a 267 kilómetros por hora de velocidad», detalló en el aeropuerto el presidente chileno, Gabriel Boric, desde Talcahuano, donde recibió con gratitud la llegada de la aeronave.
La aeronave estadounidense llega a Chile tras la llamada del Gobierno de Chile a la comunidad internacional para ayudar en la extinción de los virulentos incendios, en los que ya han muerto al menos 26 personas.
«Hemos recibido un apoyo importantísimo desde diversos países que, en un ánimo de cooperación desinteresada que conmueve, han accedido con prontitud a nuestro llamado. Reitero, en nombre de Chile, nuestro agradecimiento a estos países amigos», expresó Boric.
El avión aterrizó en la madrugada de este lunes en la ciudad norteña de Antofagasta para repostar combustible y usará el aeropuerto de Concepción como base de operaciones.
Son varios los países que ya han enviado ayuda a Chile para la extinción de los incendios, entre ellos España o México, cuyos brigadistas aterrizaron en las últimas horas.
Además de agua, la aeronave lanza un producto rojo que cubre la vegetación aún intacta para prevenir que se incendie, en un efecto lluvia que cubre hasta dos kilómetros de longitud de terreno.
Los incendios ya han destruido cerca de 300.000 hectáreas y calcinado más de 1.000 viviendas, según los últimos datos del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), del Ministerio del Interior.
Las víctimas mortales superan a los fallecidos en los incendios de la catastrófica temporada estival de 2017, cuando los fuegos dejaron una decena de muertos y calcinaron más de 500.000 hectáreas.