El presidente de China, Xi Jinping, se refirió este lunes a los «desafíos» que suponen las «medidas de contención y represión» contra Pekín por parte de «los países occidentales, liderados por Estados Unidos».
«El entorno internacional para el desarrollo chino ha cambiado rápidamente y el número de factores impredecibles ha aumentado», apuntó Xi durante un acto con representantes de los sectores industrial y comercial celebrado en el marco de las reuniones de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) y de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), el principal evento político anual del país.
El mandatario chino, citado hoy por el oficial Diario del Pueblo, pidió «mantener la calma y observar los profundos cambios en la esfera internacional», tras unos meses en los que China ha mantenido su posición ambigua con respecto a la guerra en Ucrania.
Pekín emitió recientemente una declaración que pide el respeto a la soberanía de todos los países y un alto el fuego, propuesta criticada por Occidente por poner en el mismo plano «al agresor y al agredido».
En paralelo, en su primera aparición en los medios como ministro de Relaciones Exteriores, Qin Gang describió la agenda de política exterior de China para los próximos años, presentando a China y su relación con Rusia como un faro de fuerza y estabilidad, y a Estados Unidos y sus aliados como una fuente de tensión y conflicto.
Qin denunció que la parte estadounidense, que ha declarado que quiere superar a China sin provocar un conflicto, en realidad, no quiere competencia sino «la contención y supresión total de China, en un juego de suma cero en el que tú mueres y yo vivo».
«Si Estados Unidos no pisa el freno, sino que continúa acelerando por el camino equivocado, ninguna cantidad de barandilla puede evitar el descarrilamiento, y seguramente habrá conflicto y confrontación».
Qin defendió la estrecha amistad entre China y Rusia, una relación observada de cerca por Occidente a la luz de la guerra en Ucrania. Dijo que los lazos entre Pekín y Moscú «establecen un ejemplo para las relaciones exteriores globales».
«Con China y Rusia trabajando juntas, el mundo tendrá una fuerza motriz», dijo Qin. «Cuanto más inestable se vuelve el mundo, más imperativo es para China y Rusia avanzar constantemente en sus relaciones».
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