Imagen de un buque patrullero ucraniano en el mar Negro
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Ucrania reconstruye su flota de guerra y se marca un ambicioso objetivo: reconquistar Crimea
La ocupación y anexión de la península de Crimea en 2014 por parte de Rusia asestó un duro golpe a la flota de guerra ucraniana.
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La mayor parte de sus barcos quedaron en poder de la Flota rusa del Mar Negro. El golpe final lo recibió con la invasión masiva rusa de Ucrania a partir del 24 de febrero de 2022. La pérdida de los puertos de Berdyansk y Mariupol en el mar de Azov parecían el punto final de la armada ucraniana.
Sin embargo, Ucrania logró conservar la ciudad y el puerto de Odesa, desde donde ha reconstruido su precaria flota con la que ha emprendido una serie de exitosas iniciativas que se han traducido en humillantes golpes contra la poderosa Flota rusa del Mar Negro.
Las más humillantes: el hundimiento del crucero lanzamisiles Moskva, la reconquista de la isla de las Serpientes y el ataque contra el puente de Kerch.
La flota de guerra ucraniana ha experimentado un notable crecimiento gracias al armamento occidental
Los exitosos golpes con drones marítimos y misiles Neptune han hundido 18 buques rusos desde el inicio de la guerra, lo que forzó al alto mando ruso a alejar sus barcos de los puertos ucranianos ocupados y situarlos a 120 millas náuticas mar adentro.
Según informa el británico The Times, la flota de guerra ucraniana ha experimentado un notable crecimiento en los últimos meses gracias al armamento occidental y a la aportación de pequeñas lanchas patrulleras que se han mostrado muy eficaces en la guerra asimétrica frente a la poderosa flota rusa.
Desde el inicio de la guerra, Estados Unidos ha donado 58 lanchas patrulleras, Reino Unido entrena a los marineros ucranianos y ha donado tres helicópteros Sea King.
Además, Turquía entregará en 2024 a la armada ucraniana una corbeta antisubmarina, clase Ada, que será el primer buque pesado de última tecnología que recibirá Ucrania desde el inicio de la contienda.
Ucrania ha logrado triplicar la potencia de fuego de su flota respecto a sus capacidades previas a la guerra.
Según el comandante de la flota ucraniana, el vicealmirante Oleksiy Neizhpapa, el desarrollo ha alcanzado ya un nivel que le permite estar en disposición de lanzar una ofensiva para tratar de recuperar el control de la península de Crimea.
El principal objetivo de la nueva armada ucraniana es conquistar, o al menos inutilizar, los puertos ocupados por los rusos en Crimea
«Tras el inicio de la invasión rusa a gran escala nos hemos limitado a proteger nuestras costas. Ahora ya estamos mirando a la costa controlada por los rusos. Antes creíamos que ese era un objetivo poco realista. Ahora es muy real», aseguró en declaraciones a The Times.
Neizhpapa afirmó que «antes del 24 de febrero, la proporción del potencial de nuestra flota respecto a la rusa era de uno a 12. Ahora se ha reducido a uno a cuatro».
El pilar de la nueva flota ucraniana sigue siendo los buques que lograron conservar tras la ocupación rusa de los puertos ucranianos.
Muchos de los buques de guerra ucranianos consiguieron evitar la incautación rusa al abandonar los puertos a tiempo gracias a los informes de inteligencia occidentales.
El principal objetivo de la nueva armada ucraniana es conquistar, o al menos inutilizar, los puertos ocupados por los rusos en Crimea.
Sólo así se podrá neutralizar los bombardeos rusos contra objetivos civiles en Ucrania, ya que gran parte de los lanzamientos de misiles Kalibr, así como la inteligencia electrónica, se efectúan desde la península de Crimea.
Ucrania tiene su vista puesta en los misiles Harpoon Block II y en aviones de combate, cuya adquisición se ha convertido en una prioridad para el Ejército ucraniano.
Esa poderosa arma les permitiría poner a su alcance a los buques rusos en el mar Negro y equilibrar la balanza de poder naval.
Así hundió Ucrania el crucero Moskva
El vicealmirante Oleksiy Neizhpapa también expuso en su entrevista a The Times algunos detalles de las dos principales victorias de la armada ucraniana en la guerra: el hundimiento del crucero lanzamisiles Moskva y la reconquista de la isla de las Serpientes.
Respecto al hundimiento del Moskva, señaló que «cuando localizamos el grupo de barcos elegimos el más grande, porque era el que tenía más posibilidades de ser alcanzado. Así que empleamos dos misiles de crucero Neptune contra ese objetivo, que no podía ser otro que el Moskva, porque sólo el Moskva podría ser tan grande».
Neizhpapa también explicó cómo los misiles Neptune ucranianos lograron evitar las poderosas defensas del crucero ruso, que contaba con sistemas antiaéreos de seis cañones, además de una pieza de artillería de 130 milímetros situado en proa.
A pesar de ese armamento, el Moskva fue fácilmente destruido. Según Neizhpapa, el motivo fue el exceso de confianza de los mandos rusos, cuya arrogancia los habría llevado a la perdición.
«No sabían que la armada ucraniana tenía un sistema de misiles Neptune capaz de hacer algo así. Tampoco sabían que podíamos rastrear sus posiciones», destacó.
Algo tan obvio como que la isla «sólo podía abastecerse por mar o aire». Bastaba con interrumpir las comunicaciones entre la isla y la península de Crimea para que la posición rusa se volviera insostenible.
El alto mando ruso designó un grupo naval específico con el objetivo de interrumpir esas comunicaciones, para lo cual se empleó un sistema de misiles Harpoon.
«Los rusos perdieron un buque de suministro, tres barcos Raptor y una lancha de desembarco», explicó a The Times el vicealmirante.
Ya en la isla, los ucranianos destruyeron sus sistemas de defensa aérea y numeroso equipo que los rusos no lograron trasladar en su precipitada huida de la ratonera en que se convirtió la isla de las Serpientes.
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