Tercera noche de disturbios, saqueos y violencia en Francia. Las protestas por la muerte de un adolescente a manos de la Policía han derivado en un caos que ha provocado todo tipo de incidentes en el país y que ha dejado más de 600 detenidos.
La mecha se prendió hace tres días, cuando un brigadier de la Policía disparaba a un menor con antecedentes que trató de saltarse un control en Nanterre, a las afueras de la capital. El agente, de 38, ha sido acusado de homicidio y enviado a prisión. Desde entonces, una multitud de jóvenes han salido a la calle en señal de protestas y grupos muy numerosos han aprovechado para quemar coches, asaltar tiendas y destrozar todo lo que encuentran a su paso.
El elevado grado de violencia ha provocado que el presidente Emmanuel Macron convoque un segundo gabinete de crisis y denuncie los «injustificables» actos de violencia «contra las instituciones y la República.» Además, ha desplegado un dispositivo de seguridad que incluye 40.000 policías y gendarmes.
Otros políticos, como Éric Zemmour, señalan que buena parte de los disturbios más violentos están provocados por grupos de inmigrantes que «odian» a Francia, lamenta que los ciudadanos franceses «sean traicionados» y teme que pueda estallar una «guerra civil» en el país. Los dirigentes de algunas regiones, como Renaud Muselier, de Provence-Alpes-Côte-D'azur, piden ya el establecimiento de un toque de queda.
Comentarios