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Suella Braverman Reino Unido

La ministra del Interior del Reino Unido Suella BravermanAFP

La guerra en Gaza amenaza con llevarse por delante a la ministra británica del Interior

La ministra Suella Braverman se mostró muy crítica con las manifestaciones propalestinas en Londres por su carácter violento y antisemita

Tormenta política en Reino Unido. Un artículo publicado el miércoles en el diario The Times por la ministra del Interior Suella Braverman donde criticaba con dureza la autorización de una manifestación propalestina este sábado en Londres, amenaza con provocar su caída.

La manifestación, que tendrá lugar el día en que el país celebra el Día del Armisticio, se espera que sea masiva y Braverman advirtió que podría derivar en disturbios graves y proclamas antisemitas.

En el artículo, Braverman acusó a la Policía de ser más blanca con las manifestaciones de extrema izquierda organizadas por grupos simpatizantes de Hamás o de grupos de extrema izquierda vinculados a los movimientos antifascista o Black Lives Matter, que con las protestas de derecha, duramente reprimidas.

Braverman definió las manifestaciones propalestinas que se repiten desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre como «manifestaciones del odio» y las comparó con las manifestaciones sectarias que se repetían en Irlanda del Norte durante los años duros del terrorismo.

En el artículo, después de subrayar que en democracia «las marchas pacíficas nunca se prohíben», Braverman advierte que las manifestaciones propalestinas «no son un simple grito de ayuda a Gaza. Son una afirmación de primacía por parte de ciertos grupos, especial de los islamistas, similares a lo que nos acostumbramos a ver en Irlanda del Norte».

«También nos recuerdan de forma inquietante al Ulster los informes de que algunos organizadores de la marcha del sábado tienen vínculos con grupos terroristas como Hamás», añadió.

La ministra criticó a la Policía británica por minusvalorar el riesgo que implica la marcha convocada para este sábado después de la experiencia de pasadas marchas propalestinas, donde se registraron altercados y actitudes violentas hacia la comunidad judía.

Braverman recordó que tras la masacre ocurrida el 7 de octubre, «la peor masacre de judíos desde la era nazi», «ha habido vigilias respetuosas en Londres realizadas por la comunidad judía británica sin poner a prueba nuestra capacidad para mantener el orden público».

Por el contrario, han sido las manifestaciones organizadas por el movimiento propalestino las que han generado «acontecimientos problemáticos, no sólo por la violencia en los márgenes, sino por el contenido altamente ofensivo de cánticos, carteles y pegatinas».

La ministra británica del interior pidió a la Policía no ser ingenua: «Hemos visto con nuestros propios ojos que se ha justificado a los terroristas, que se ha demonizado a Israel por nazis que amenazaron a los judíos con nuevas masacres».

Insistió en que cada manifestación de cada fin de semana «ha sido peor que la anterior». Denunció que en la manifestación propalestina del sábado 3 de noviembre los manifestantes «atacaron a la policía con cohetes en Londres, detuvieron el servicio ferroviario y se acosaron a los comerciantes, en particular a los vendedores de amapolas que recaudan fondos para los veteranos (del Ejército) a los que se les impidió su trabajo».

Es, de hecho, la fecha elegida para la próxima manifestación, sábado 11 de noviembre, día en que el Reino Unido celebra la Fiesta del Armisticio para conmemorar el fin de la Segunda Guerra Mundial, la que ha suscitado el artículo.

Una manifestación violenta antisemita en el centro de Londres en una fecha especialmente sensible para los británicos se consideraría una afrenta.

También le resultó especialmente hiriente a la ministra que los manifestantes atacaran a los vendedores de amapolas, una flor convertida en símbolo de los veteranos británicos desde la Segunda Guerra Mundial y que en el Día del Armisticio los británicos se colocan en la solapa de la chaqueta.

Se trata de un día «particularmente significativo en la vida de nuestra nación, que exige respeto y memoria. Los manifestantes del odio tienen intención de instrumentalizar el Día del Armisticio para hacer una demostración de fuerza en Londres», avisó.

Peticiones de dimisión

Las peticiones de dimisión contra la ministra Suella Braverman se han sucedido desde la publicación del artículo. El diario The Guardian señala que la presión sobre el primer ministro Rishi Sunak es «cada vez mayor».

Tanto diputados laboristas como algunos sectores del partido Conservador están exigiendo al primer ministro que despida a Braverman.

El Comisionado de la Policía británica, Mark Rowley, se defendió de las críticas de Braverman y argumentó que no se ha llegado al nivel de desorden necesario para prohibir la protesta del Día del Armisticio, informó The Times.

El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan definió el artículo de la ministra del Interior como «inexacto e irresponsable» y avisó de que alimenta divisiones y estereotipos.

En su perfil de Twitter, la diputada laborista Yvette Cooper denunció que Suella Braverman «está fuera de control».

También en el Partido Conservador arrecian las críticas. En declaraciones a Sky News una fuente de los conservadores definieron el artículo de «ofensivo e ignorante», en especial por la comparación del conflicto palestino-israelí con la violencia en Irlanda del Norte.

Por el momento, Sunak parece respaldar a su ministra del Interior. Tras reunirse en Downing Street con su gobierno, advirtió al Comisionado Rowley que deberá asumir responsabilidades si las protestas del sábado se convertían en una batalla campal que interrumpiera la conmemoración del Día del Armisticio.

Ahora la cuestión es qué sucederá en la manifestación del sábado 11. Si la marcha registra actos violentos, o simplemente los manifestantes ostentan pancartas y proclamas abiertamente antisemitas o llamamientos a la violencia contra los judíos, la realidad habrá dado la razón a Braverman.

Pase lo que pase, el debate sobre la necesidad de prohibir o no las manifestaciones propalestinas por su carácter violento y antisemita seguirá sobre la mesa.

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