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03 de mayo de 2024

El expresidente del Gobierno y del PP, José María Aznar

El expresidente del Gobierno y del PP, José María AznarEFE

Aznar: «Israel tiene que terminar la operación en Gaza»

El expresidente del Gobierno se ha posicionado en contra del reconocimiento de un Estado palestino, al que Pedro Sánchez se ha comprometido

El expresidente del Gobierno, José María Aznar, se ha mostrado contundente en relación con la crítica situación por la que atraviesa Oriente Medio: «Israel tiene que terminar la operación en Gaza». Durante su intervención en la apertura del coloquio Irán, actor internacional, y su relación con la crisis de Oriente Medio, organizado por el Instituto Atlántico de Gobierno –que él preside–, se mostró preocupado acerca de un escenario en el que Israel desistiese de culminar la operación militar iniciada en octubre.
No se privó Aznar de dedicar una indirecta al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: «A los que defienden la creación de un Estado palestino: ¿a qué Estado se refiere? ¡Si no existe!». Por lo tanto, en opinión de Aznar urge «primero liberar a los rehenes» antes de iniciar cualquier negociación. «No me parece aceptable que se negocie con alguien a quien tiene rehenes».
Segunda pregunta que lanzó quien fuera presidente del Gobierno entre 1996 y 2004: «¿Qué ocurriría si Israel no termina la operación en Gaza? ¿Quién ganaría?». Su respuesta: «Sería una gran victoria para Irán», por eso «esta operación [la iniciada por Israel] tiene que terminar por el bien de todos». «Si Hamás gana, Israel pierde y será un escenario de explosión total en Oriente Medio: no creo que exista un escenario de enfrentamiento nuclear, pero el hostigamiento iraní a intereses norteamericanos eleva la tensión», destacó.
Sin embargo, en relación con el cada vez mayor ascendiente iraní en Oriente Medio, Aznar también señaló la inmensa responsabilidad que recae sobre el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, artífice, hacia el final de sus años en la Casa Blanca, de un acuerdo con el régimen de los ayatolás, que implicó una suavización de las sanciones que hasta entonces padecía Irán. Un acuerdo que, según Aznar, «introdujo a China y Rusia en la región»; por región, también se refiere a Siria, donde «Obama trazó una línea roja en Siria que nadie respetó».
Una falta de respeto que fue aprovechada por los adversarios de Occidente, empezando por Irán, para constatar «la falta de consistencia y falta de capacidad de disuasión» de Estados Unidos. Irán ha conseguido ganar posiciones en ese escenario para «someter a Estados Unidos y a Israel a una situación de desgaste continuo», lo que obliga a esos dos países a «adaptar constantemente su estrategia a esas circunstancias» y a seguir persiguiendo sus dos objetivos fundamentales: «Expulsar a Estados Unidos de Oriente Medio y eliminar a Israel».
Después de Aznar, tomó la palabra Javier Gil Guerrero, investigador de la Universidad de Navarra y uno de los máximos especialistas en España del Irán contemporáneo. Gil Guerrero se centró en el escenario interno iraní y empezó divulgando el significado de «Occidentosis», el vocablo para definir la hostilidad sistemática a Occidente que impera en las élites del país persa: «Es un tumor que hay que expulsar del mundo islámico».
Yendo al fondo del asunto, el profesor universitario dijo que la «República islámica de Irán es a la vez teocracia y democracia», pero que, últimamente, «se ha reducido el espacio democrático». Una de las razones de este cambio de paradigma es la sucesión del guía supremo de la Revolución Islámica, el ayatolá Ali Jamenei, que ya tiene 84 años. «Es lo que preocupa». De ahí que los conservadores que dominan el régimen quieran «asegurarse el futuro». Un ambiente que ha desembocado en un aumento de la influencia de los uniformados en detrimento de los clérigos: Irán ha pasado «de un régimen que lleva turbante a un régimen que lleva botas». Otros de los efectos es la desaparición de los expresidentes de Irán de la vida pública. Es, por ejemplo, el caso del aperturista Mohamed Jatamí. «El conservador Mahmud Ahmadineyad está a punto de ser detenido y el reformista Hachemí Rafsanyani murió, en 2017, solo en una piscina».
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