Los alemanes votan entre la indignación y la esperanza del cambio
No está claro si los liberales del FDP o la nueva alianza de izquierda BSW entrarán en el Bundestag, ni si será suficiente para una mayoría para gobernar
Varios alemanes caminan en una calle frente a un cartel de campaña del opositor Friedrich Merz
Las últimas encuestas disponibles previas a las elecciones apuntan a una victoria de la Unión Cristiano Demócrata (CDU). Sin embargo, no está claro si los liberales del FDP o la nueva alianza de izquierda BSW entrarán en el Bundestag, ni si será suficiente para una mayoría negro-roja o negro-verde.
La encuesta del instituto de sondeos de opinión Allensbach encargada por el periódico Frankfurter Allgemeie Zeitung (F.A.Z.), el Centro Cristianodemócrata (CDU/CSU) suman conjuntamente el 32 %. En segundo lugar, el instituto sitúa a la AfD con un 20 %. Le siguen el Partido Socialdemócrata (SPD) con un 14,5 %, Los Verdes con un 12 %, la Izquierda (die Linke) con un 7,5 %, así como el Partido Democrático Libre (FDP) y la Alianza de Sahra Wagenknecht (BSW) con un 4,5 %.
En comparación con la anterior encuesta de Allensbach, la CDU/CSU y la AfD se mantienen sin cambios. El SPD y el FDP pierden ligeramente un 0,5 %, mientras que Los Verdes pierden un punto.
Como se ve la Izquierda gana un 1,5 %. El instituto de sondeos de opinión Forsa, el viernes situó a la CDU/CSU en un 29 %, y el grupo de investigación Wahlen, el jueves, en un 28 %. Con respecto a todas las encuestas, hasta el final no está claro si el FDP y el BSW superarán el umbral del cinco por ciento para entrar en el Parlamento. Por el contrario, la Izquierda (die Linke) puede albergar esperanzas de seguir teniendo representación en el Bundestag en el futuro. Forsa y el Forschungsgruppe Wahlen incluso sitúan al partido en un ocho por ciento.
Pero hasta el final de esta carrera no estará claro cuántos partidos superarán el umbral del cinco por ciento. A la vista de las últimas encuestas, no está claro que los primeros partidos alcancen una mayoría ni de color negro-rojo (CDU y Socialistas) ni de color negro-verde (CDU y Verdes) tras las elecciones.
Por lo tanto, todos los partidos lucharon hasta el final por cada voto, teniendo en cuenta que en Alemania no hay jornada de reflexión y los políticos hicieron campaña de manera continua. Merz (CDU); Scholz (SPD) y Alice Weidel (AfD) tuvieron sus últimas intervenciones hasta hace apenas unas pocas horas.
El candidato a canciller de la CDU, Friedrich Merz se muestra en principio dispuesto a negociar con el SPD. Con Los Verdes es más problemático porque la facción del CSU no quiere en ningún caso gobernar con Los Verdes.
El nuevo Gobierno tendrá que hacer frente a muchos retos. Aunque las armas en Ucrania se hayan silenciado, en Alemania no volverán a fluir la bonanza de la que habían disfrutado antes de este conflicto, tampoco parece que se vaya a beneficiar de los dividendos de la paz.
Los políticos aquí no se pueden quejar de la falta de interés en la política de los alemanes antes de estas elecciones. Todos los debates televisivos y entrevistas han tenido una gran audiencia.
Los ciudadanos están muy motivados a la participación, también los alemanes residentes en el extranjero quieren participar en gran número.
El tema principal de la campaña electoral, la inmigración, está llevando a miles de personas a las calles que exigen la superación de este ciclo.
Sin embargo, a pesar de la indignación y de la constante cobertura mediática, los resultados de las encuestas de opinión, prácticamente se mantuvieron inamovibles. El canciller Scholz y su partido socialista es el que se puede ver más castigado por los votos tras la estrepitosa bancarrota de la autodenominada «coalición del progreso». ¿Veremos algo así en España alguna vez con esta coalición Frankenstein-progresista que gobierna hoy en día?
El gobierno semáforo alemán de los progres se rompió debido a sus contradicciones internas y deja al país en un estado de desánimo y enfado. Hay que decir que esta coalición roja-amarilla-verde se enfrentó a las consecuencia de la guerra de agresión rusa contra Ucrania y eso aquí se ha notado demasiado.
La coalición solo sobrevivió hasta que el Tribunal Constitucional Federal le retiró la línea de crédito por llevar una contabilidad poco seria. Porque si tienen un Tribunal Constitucional independiente y no al servicio de nadie.
El nuevo Gobierno que salga se enfrenta a sacar a Alemania de una recesión persistente, cuya causa principal es la propia falta de competitividad. Así mismo, debe guiarla a través del torbellino de una política mundial complicada.
