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El presidente de EE.UU., Donald Trump, junto al primer ministro británico, Keir Starmer

El presidente de EE.UU., Donald Trump, junto al primer ministro británico, Keir StarmerAFP

Trump y Starmer anuncian un acuerdo comercial para reducir los aranceles en Reino Unido

La reducción de los gravámenes se aplicará al acero, al sector automovilístico y al aeronáutico británico

El presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro británico, Keir Starmer, han firmado un acuerdo comercial que han calificado como «revolucionario» para ambos países, con la intención de salvar los aranceles de EE.UU. sobre las exportaciones británicas.

Desde la cumbre del G7, acontecida en Canadá, Starmer hacía público en su perfil de X el pacto. El líder británico afirmaba que «la orden ejecutiva protegerá a las empresas, los empleos y los trabajadores de Reino Unido». «Mi gobierno está cumpliendo con lo prometido por Gran Bretaña», añadía.

El acuerdo excluye al sector aeronáutico británico de los gravámenes norteamericanos del 10 %. A finales de junio, los aranceles del 27,5 % se reducirán sobre una cuota anual de 100.000 automóviles. Igualmente, pese a que no se conoce la cifra, se reducirá el impuesto del 25 % al acero de Reino Unido.

Por otro lado, los británicos acceden a «trabajar para cumplir los requisitos estadounidenses sobre la seguridad de las cadenas de suministro de acero y aluminio», entre las que se incluyen la «naturaleza de la propiedad» de las plantas siderúrgicas. Trump afirmaba que el pacto «está hecho».

Reunión con Von der Leyen

Además de con Starmer, el líder estadounidense se reunió en la Cumbre del G7 con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para abordar cuestiones comerciales. En su cuenta de X, la mandataria europea declaraba que las conversaciones trataron de «instruir a los equipos a acelerar su trabajo para alcanzar un acuerdo positivo y justo». De la misma forma, calificaba el encuentro entre los líderes mundiales como «una oportunidad para entablar conversaciones positivas y profundas entre socios».

En Kananskis, en las Montañas Rocosas en el oeste de Canadá, el G7 dirigía su mirada a Trump para tratar la situación económica mundial. El republicano amenazó con aranceles del 50 % si Bruselas no negociaba. Después de que Von der Leyen descolgara el teléfono, la fecha de implantación impuesta por el norteamericano se retrasó hasta el 9 de julio.

La Unión Europea confía en alcanzar pactos, aunque los Veintisiete ven necesario continuar con las negociaciones. De hecho, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, declaró a EFE que es uno de las motivaciones de la cumbre.

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