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Marco Rubio endulza a México

El Secretario de Estado de EE.UU. enfatizó en la necesidad de reforzar la colaboración entre México y Estados Unidos en materia de seguridad, especialmente en la lucha contra cárteles de la droga

Act. 05 sep. 2025 - 11:26

El secretario de Estado Marco Rubio a su llegada a Ciudad de México

El secretario de Estado Marco Rubio a su llegada a Ciudad de MéxicoYuri Cortez / AFP

Marco Rubio, senador de Estados Unidos por el estado de Florida, y primer secretario de Estado de origen hispanocubano, ha sido una figura relevante en la política norteamericana, especialmente en temas relacionados con Sudamérica, y lo sigue siendo. Su visita a México ha captado la atención de medios, analistas y sectores políticos, debido a la importancia estratégica de la relación bilateral entre ambos países. Lo que ahora mismo resulta complicado.

Rubio nació en Miami, Florida, en 1971, hijo de padres cubanos inmigrantes, antes del fatídico año 1959. Desde joven mostró interés por la vida pública y, tras cursar estudios de Derecho, inició su carrera política en la legislatura estatal de Florida. Ascendió rápidamente gracias a su carisma y discurso enfocado en la renovación del Partido Republicano, hasta ocupar el cargo de senador federal en 2011; anticomunista visceral y sin ambages. Conocido por su posición en política exterior, Rubio ha centrado parte de su trabajo en asuntos como inmigración, comercio y la defensa de los derechos humanos en Sudamérica. Figura clave del Tea Party, que fue un movimiento conservador originario, anterior al MAGA, y desplazado por este.

La visita de Marco Rubio a México se produce en un momento de alta relevancia para la relación bilateral. México y Estados Unidos comparten una frontera de más de 3.000 kilómetros y están vinculados por tratados comerciales, intercambios culturales, cooperación en seguridad y desafíos migratorios. En años recientes, temas como la reforma migratoria, el combate contra el tráfico de drogas, la seguridad fronteriza y la renegociación de acuerdos comerciales han sido protagonistas en el diálogo entre ambos países.

El objetivo principal de la visita de Rubio fue fortalecer la cooperación en materia de seguridad e inmigración, así como explorar nuevas oportunidades comerciales y dialogar sobre la situación política en «América Latina», especialmente en países como Cuba y Venezuela. Los que lo han visto con guante de seda frente a la presidenta Claudia Sheinbaum –también a mí me lo pareció al inicio– deben conocer que tanto el Tea Party como el MAGA sobresalen por saber endulzar antes de sonar la nota amarga o el galletazo ácido, saben dar margen.

Durante su estancia en México, Rubio sostuvo encuentros con representantes del gobierno mexicano, líderes empresariales, miembros de la sociedad civil y figuras del ámbito diplomático. Entre las reuniones más destacadas se encuentran: entrevista con funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores para intercambiar perspectivas sobre el combate al narcotráfico y la trata o tráfico humanos. Diálogo con representantes del sector privado, enfocado en la modernización de la infraestructura fronteriza y el impulso al comercio bilateral. Conversatorio con organizaciones defensoras de derechos humanos, abordando la situación de inmigrantes y refugiados en tránsito por México –curiosamente el término asilo político ha desaparecido del diccionario. Visitas a centros de atención para inmigrantes en la frontera norte, observando de primera mano los desafíos logísticos y humanitarios que enfrentan. También vio al actor, productor y opositor Eduardo Verástegui.

Rubio enfatizó en la necesidad de reforzar la colaboración entre México y Estados Unidos en materia de seguridad, especialmente en la lucha contra cárteles de la droga (fentanilo y cocaína) y organizaciones criminales transnacionales. Destacó la importancia de compartir Inteligencia y tecnología para reducir el tráfico de drogas y armas, así como mejorar la vigilancia fronteriza, cada uno desde su independencia.

En cuanto a inmigración, subrayó el valor de coordinar políticas para garantizar un tratamiento humano a los inmigrantes, sin perder de vista la necesidad de regular los flujos de desplazamientos y sustitución, proteger así la seguridad nacional de ambos países. Rubio también expresó su respaldo a iniciativas que incentiven el desarrollo económico en regiones de origen de inmigrantes para mitigar las causas del desplazamiento forzado.

Además, abordó el tema de la democracia y los derechos humanos en Sudamérica, reiterando su crítica a los gobiernos autoritarios en Cuba y Venezuela, y solicitando el apoyo de México para promover valores democráticos en la región.

La visita de Marco Rubio generó diversas reacciones en México y Estados Unidos. Sectores empresariales valoraron positivamente los esfuerzos para agilizar trámites comerciales y fortalecer la infraestructura que conecta a ambos países. Al final eso es lo que en realidad importa en las altas esferas. Por su parte, organismos de derechos humanos reconocieron la disposición para dialogar sobre los retos que enfrentan desplazados y refugiados.

Sin embargo, también hubo voces críticas que señalaron la postura rígida y exigente de Rubio en temas de desplazamiento migratorio y su apoyo a políticas de endurecimiento de la frontera, que han generado preocupación en distintas comunidades. Líderes políticos mexicanos recalcaron la importancia de mantener una relación de respeto y cooperación horizontal, sin subordinación a intereses externos.

La visita de Marco Rubio a México se inscribe en un contexto de transformación y desafío para la relación bilateral. Si bien existen diferencias en puntos específicos, el acercamiento y el diálogo abierto contribuyen al fortalecimiento de vínculos estratégicos que benefician a las sociedades de ambos países. Más allá de los intereses políticos, la cooperación en materia de seguridad, inmigración –en un único sentido– y comercio sigue siendo fundamental para enfrentar los retos compartidos y construir una región más próspera, más humana y segura. Siendo México una democracia muchos mexicanos debieran empezar a pensar en el regreso a su país para engrandecerlo con las experiencias adquiridas en Estados Unidos.

La presencia de figuras políticas estadounidenses como Marco Rubio en México refleja la constante interacción y la relevancia internacional de los temas que unen a ambos países –él mismo lo subrayó. El futuro de la relación dependerá de la voluntad de escuchar, negociar y encontrar soluciones que respondan a las necesidades de los mexicanos y estadounidenses, sobre la base del respeto y la colaboración. Marco Rubio, reitero, es norteamericano, cubanoamericano y caribeño, de raíces hispanas, de ninguna forma es latinoamericano –eso es un invento francés.

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