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La reunión en New York con el primer ministro Benjamin Netanyahu ha sido manejada de manera estratégica e inteligente, la «improvisación» del presidente Donald Trump para interrumpir el encuentro y hacer una llamada al primer ministro de Qatar exigiéndole a Netanyahu que pidiera disculpas por las acciones realizadas por Israel en ese país abonaron el camino para que Qatar como actor importantísimo en la solución del conflicto se sume a la causa. Obviamente los israelíes tienen sus reservas en relación Qatar y motivos no les faltan.

Se ve que esta es una propuesta madurada con el tiempo y tiene temas innovadores como la posible participación de Tony Blair en el plan de paz y en una transición que sería liderada por tecnócratas palestinos con la ayuda Estados Unidos, de países árabes y posiblemente europeos. Blair conoce perfectamente el Medio Oriente, el prestigia cualquier acuerdo, los ingleses ya estuvieron gobernando la zona en el pasado.

El acuerdo que tiene veinte puntos, que incluye la liberación de rehenes, la retirada de Israel, el desarme de Hamás y un programa amplio de reconstrucción, que garantice el futuro de la franja.

A Hamás se les propone una amnistía, pero se les acabaría el negocio, ya no recibirían los millones de dólares de Naciones Unidas, de países, organizaciones no gubernamentales, etc. Sabemos que esos fondos, han sido utilizados para la compra de armas, fabricación de túneles, dotación a los terroristas y seguramente en los bolsillos de sus líderes.

Los líderes de Hamás saben que están condenados a muerte porque Israel tiene su plan para acabar con cada uno de ellos y están dispuesto a liquidarlos como ya lo han demostrado en cualquier rincón del mundo donde se escondan. Están pidiendo tiempo para estudiar la propuesta y ver seguramente con asesoría de algún país de Europa y algunos personajes de esos que vemos en los canales de televisión en España, como la cuestionan.

Europa tiene que ser empujada a una posición de mayor claridad, dejar la tontería en la promoción de flotillas que ya sabemos cómo ha terminado, por cierto el barco de nuestra marina de guerra en un gran papelón, sabían que no podía asomarse por la zona de exclusión fijada por Israel y menos a espaldas de la OTAN, ya no puede haber titubeo diplomático, tienen que desechar el «Palestinismo», como bandera.

Ahora tocara dedicar espacio a la guerra entre Rusia y Ucrania que no puede seguir siendo plato de segunda mesa, es un problema real y latente para Europa, ya hay un millón de muertos y nadie cuenta nada, los Chef no se solidarizan ni llevan ayuda humanaría a Ucrania y los cohetes caen ya en Europa.

Si se consigue un acuerdo, Hamás será el gran vencedor de este conflicto por haber conseguido dañar la imagen de Israel y apresurar seguramente la creación de un Estado Palestino.

Los países que se han puesto descaradamente del lado palestino, quizás para quedar bien con los millones de musulmanes que han dejado entrar descontroladamente quedarán cuestionados y señalados por la historia y los que han arremetido descaradamente en contra de Israel esperemos que no reciban la maldición bíblica, porque la mayoría no estamos de acuerdo en separarnos de la única democracia de la zona como lo es tierra santa.

¿Veremos una nueva Gaza?

*David Bittan Obadia es abogado y analista de asuntos internacionales