Maduro denuncia ante la ONU una amenaza de «cambio de régimen» orquestada por EE.UU. con operaciones de la CIA en Venezuela

El Gobierno venezolano presidido por el dictador Nicolás Maduro ha elevado este miércoles el tono contra Estados Unidos al denunciar, con «extrema alarma», lo que considera un patrón de agresión militar y acciones encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en su contra. A través de un comunicado oficial, Caracas acusa a Washington de estar ejecutando maniobras destinadas a forzar un cambio de régimen en Venezuela, al margen del derecho internacional.

La respuesta venezolana se produce tras una revelación del diario The New York Times, que luego fue confirmada por el presidente Donald Trump.

El medio estadounidense reveló que la Administración de Donald Trump autorizó a la CIA a ejecutar operaciones letales en Venezuela y el Caribe. Citando a funcionarios estadounidenses, el rotativo detalló que estas acciones podrían ser unilaterales o formar parte de una ofensiva militar más amplia, aunque no se ha confirmado si alguna operación ya está en curso o si forman parte de un plan contingente.

El miércoles en la noche, durante una conferencia de prensa en el Despacho Oval, Trump fue interrogado sobre el informe del New York Times se negó a comentar en detalle pero admitió haber dado la autorización: «Lo autoricé por dos razones, realmente», dijo, antes de acusar a Maduro de liderar un régimen «narcoterrorista» y de liberar prisioneros de las cárceles y enviarlos a los Estados Unidos.

Trump agregó que estaba considerando realizar ataques terrestres contra cárteles de Venezuela. «Ciertamente estamos pensando ahora en la tierra, porque ya tenemos bien controlado el mar», declaró Trump.

La dictadura responde

Frente a este escenario, el Ejecutivo venezolano informó que su misión ante Naciones Unidas presentará este jueves una denuncia formal ante el Consejo de Seguridad y el secretario general António Guterres. La solicitud: que se exijan responsabilidades al Gobierno estadounidense y se adopten «medidas urgentes que impidan una escalada militar en el Caribe».

«La comunidad internacional debe comprender que la impunidad ante estos actos tendrá consecuencias políticas peligrosas que deben ser detenidas de inmediato», advierte el comunicado de Caracas.

Tensión en aguas del Caribe

A esta inquietud se suman los recientes operativos de Estados Unidos en aguas internacionales próximas a Venezuela, en los que, según datos ofrecidos por el Gobierno venezolano, una treintena de personas habrían perdido la vida. Washington sostiene que estas embarcaciones estaban vinculadas al narcotráfico.

Actualmente, EE.UU. mantiene unos 10.000 efectivos militares desplegados en la región, con una presencia significativa en Puerto Rico, así como infantes de Marina a bordo de buques de asalto anfibio. También cuenta con ocho embarcaciones de guerra y un submarino operativo en el área. Caracas ve este despliegue como parte de una estrategia para «imponer Gobiernos títeres» y desestabilizar la soberanía venezolana.

Acciones judiciales internacionales

En sintonía con esta ofensiva diplomática, el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, anunció que el Consejo Nacional por la Soberanía y la Paz promoverá acciones penales contra Estados Unidos, tanto ante la Fiscalía venezolana como en instancias internacionales.

«Vamos a exigir responsabilidades de carácter penal ante la justicia internacional por las amenazas y agresiones de Estados Unidos contra nuestro país», explicó Rodríguez durante una reunión transmitida por la televisión estatal VTV.

El Consejo, creado en septiembre tras los movimientos militares en el Caribe, entregó al dictador Maduro un documento con una batería de propuestas para responder a lo que consideran una violación sistemática del derecho internacional.

Entre las medidas anunciadas, se incluye la organización de un Congreso Internacional de Juristas por el Derecho a la Paz, con la participación de académicos y expertos internacionales, así como una reunión en Caracas de parlamentarios caribeños para insistir en la declaración del Caribe como «zona de paz».

Además, se planea una agenda de movilización cultural, deportiva y académica en defensa de la soberanía, que incluirá conferencias sobre nuevas formas de agresión, especialmente de tipo psicológico.

Una escalada con ecos de la Guerra Fría

El Gobierno venezolano sostiene que las acciones de EE.UU. en la región no se limitan al combate del narcotráfico, como argumenta la Casa Blanca, sino que constituyen una estrategia de desestabilización política, con la participación activa de agencias de inteligencia.

Para Caracas, lo que está en juego no es solo la estabilidad interna del país, sino la vigencia del derecho internacional y el respeto a la autodeterminación de los pueblos.