Trump pide a la Corte Suprema autorización para desplegar la Guardia Nacional en Chicago y proteger a agentes federales

En un nuevo capítulo de su firme postura en materia migratoria y de seguridad nacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó este viernes a la Corte Suprema que le autorice el despliegue de efectivos de la Guardia Nacional en la ciudad de Chicago, con el fin de resguardar a los agentes federales que participan en operativos migratorios.

A través del Departamento de Justicia, la Casa Blanca pidió al máximo tribunal levantar las restricciones impuestas por cortes inferiores que actualmente bloquean ese despliegue, argumentando que se trata de una medida urgente para «prevenir riesgos para la vida de los agentes federales», según reportaron medios estadounidenses.

De acuerdo con la solicitud presentada, la intención del mandatario republicano es movilizar a aproximadamente 200 elementos de la Guardia Nacional del estado de Texas hacia el estado de Illinois, específicamente en los alrededores de un centro de procesamiento del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en el que de forma regular se congregan grupos de manifestantes.

La medida se da en el marco de la operación Midway Blitz, una acción federal iniciada el pasado 9 de septiembre en Chicago con el objetivo de detener a inmigrantes indocumentados. Hasta este viernes, las autoridades han confirmado más de 1.500 arrestos como resultado de la operación, una cifra que ha generado tanto apoyo como rechazo entre diversos sectores de la sociedad estadounidense.

Tanto autoridades estatales como locales, además de colectivos de defensa de los derechos civiles, han rechazado la militarización de las ciudades, especialmente en contextos de tensión migratoria. En varias ocasiones, el gobernador de Illinois y la alcaldía de Chicago han expresado su desacuerdo con la presencia de fuerzas federales no solicitadas en la ciudad, argumentando que las decisiones en materia de seguridad corresponden a las autoridades locales.

A pesar del rechazo, Trump ha mantenido una narrativa clara: proteger a los agentes federales en medio de crecientes hostilidades durante los operativos.

El caso pone de nuevo a la Corte Suprema en el centro del debate sobre el equilibrio de poderes entre los gobiernos estatales y el Ejecutivo federal, en un momento clave para la política migratoria estadounidense y la gobernabilidad de las grandes ciudades.

Mientras tanto, la situación en Chicago permanece tensa, con protestas convocadas por organizaciones civiles y comunitarias que denuncian presuntas detenciones arbitrarias y exigen un alto a las redadas. El Departamento de Seguridad Nacional ha negado las acusaciones y asegura que todas las acciones se realizan «bajo estricto apego a la ley».