Japón y Estados Unidos sellan una «nueva era dorada» con acuerdos estratégicos sobre comercio y minerales críticos
Japón y Estados Unidos sellan una «nueva era dorada» con acuerdos estratégicos sobre comercio y minerales críticos
Trump y Takaichi refuerzan la alianza bilateral con compromisos económicos, tecnológicos y de defensa en un momento clave de tensiones con China
La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciaron este martes en Tokio el inicio de una «nueva era dorada» en las relaciones entre ambos países. El encuentro, celebrado en el Palacio de invitados de Estado de Akasaka, marcó la primera reunión oficial entre ambos mandatarios desde que Takaichi asumió el cargo hace una semana.
«Deseo construir una nueva era de prosperidad y fortaleza mutua entre Japón y Estados Unidos», declaró la mandataria japonesa. Trump, que llegó a la capital nipona tras visitar Malasia, felicitó a Takaichi por su reciente nombramiento y aseguró que su administración está «entusiasmada con este nuevo capítulo» bilateral.
Acuerdos para el futuro económico y tecnológico
Durante la cumbre, ambos líderes firmaron dos acuerdos clave: uno para impulsar la cooperación económica y comercial, y otro enfocado en el sector de los minerales críticos y tierras raras, esenciales para la producción tecnológica moderna.
El pacto sobre minerales busca garantizar un suministro estable y diversificado de estos recursos ante las restricciones impuestas por China a sus exportaciones, un mercado que Pekín domina casi en su totalidad. Tokio y Washington acordaron identificar proyectos conjuntos y ofrecer apoyo financiero a iniciativas estratégicas que aseguren la producción y distribución de materiales vitales como imanes permanentes, baterías, catalizadores y componentes ópticos.
El pacto sobre minerales busca garantizar un suministro estable y diversificado de estos recursos ante las restricciones impuestas por China
Según el documento firmado, ambos países dispondrán de seis meses para adoptar medidas que permitan financiar proyectos y fortalecer las cadenas de suministro. Las inversiones podrán canalizarse mediante subvenciones, préstamos, garantías o acuerdos de compraventa, con la intención de involucrar tanto capital público como privado.
Comercio, defensa y cooperación estratégica
El segundo documento rubricado por Takaichi y Trump detalla la implementación del acuerdo comercial bilateral alcanzado en julio, que establece aranceles recíprocos del 15 % y prevé inversiones japonesas por valor de 550.000 millones de dólares en Estados Unidos.
Trump destacó que este paso supondrá «un comercio mayor que nunca» y subrayó la reciente compra japonesa de nuevo equipamiento militar estadounidense. «Estados Unidos fabrica el mejor material bélico del mundo —desde aviones de combate hasta misiles—, y esperamos que nunca tengamos que usarlo, pero agradecemos su confianza y el fortalecimiento de nuestro comercio», afirmó el mandatario.
Por su parte, Takaichi elogió la labor diplomática de Trump en Asia y Oriente Medio, mencionando los avances en el alto el fuego entre Taiwán y Camboya, así como lo que describió como «un logro histórico sin precedentes» en la región. La primera ministra también recordó la estrecha relación que el expresidente japonés Shinzo Abe mantenía con Trump, evocando la influencia que esa amistad dejó en la política exterior japonesa.
Takaichi elogió la labor diplomática de Trump en Asia y Oriente Medio, mencionando los avances en el alto el fuego entre Taiwán y Camboya
Ambos dirigentes reafirmaron su intención de reforzar la cooperación tecnológica, militar y económica para enfrentar los desafíos globales, desde la competencia con China hasta la transición energética. Trump aseguró que mantiene «un profundo respeto y cariño por Japón» y que la relación bilateral «será más fuerte que nunca». «Si Japón necesita algo —un favor, una ayuda o simplemente un consejo—, pueden contar con nosotros», afirmó el presidente estadounidense.
Con estos acuerdos, Tokio y Washington buscan no solo blindar su posición estratégica en Asia-Pacífico, sino también consolidar una relación que, en palabras de Takaichi, pretende «abrir una etapa de prosperidad y seguridad compartida para las próximas décadas».