Sorprendente
El hombre ha sido capaz de crear maravillas tan imponentes como la Gran Muralla China, las Pirámides de Egipto o el Coliseo Romano. Grandes construcciones faraónicas con intención de perdurar en el tiempo, hechas en muchos casos con una tecnología y unos medios realmente precarios.
Si hay un material que define a la civilización actual, sin duda sería el asfalto, desde 1909, año en el que se asfaltó la primera carretera del mundo ubicada en Detroit, cerca de la fábrica de Ford, el ser humano ha sido capaz de ocupar con carreteras un 20 % de la superficie terrestre.
Una superficie de 105 millones de kilómetros cuadrados que tiene una carretera a menos de un kilómetro, de acuerdo con la Universidad de Eberswalde en Alemania.
Se calcula además que el número de carreteras crezca en torno a un 60 % de cara al 2050, lo que significa que el panorama no pinta bien.
Un dudoso récord si tenemos en cuenta las consecuencias desde un punto de vista medioambiental, así como el impacto que tienen estas construcciones sobre la tierra.
Así, acaba de cobrar protagonismo el que está considerado como una de las mayores superficies asfaltadas del mundo. Nos referimos al aparcamiento del estadio MetLife Stadium cerca de Nueva York, en Rutherford, en New Jersey, que acogerá la final del próximo Mundial de fútbol de 2026.
Unas instalaciones de más de 20 hectáreas de extensión, el equivalente a 200.000 metros cuadrados, espacio suficiente para 15 campos de fútbol homologados.
Se trata de un aparcamiento con capacidad para más de 30.000 vehículos, un helipuerto y un pequeño circuito de velocidad. Todo ello aderezado con decenas de barbacoas, pues los norteamericanos son muy dados a alargar las jornadas deportivas con barbacoas previas y/o posteriores.
Esta obra compite como la mayor superficie asfaltada de la tierra con el aparcamiento del West Edmonton Mall de Canadá, aunque en este caso está dividido en dos aparcamientos, uno de 20.000 vehículos y otro de 10.000.
Ambas obras toman el relevo de la que estaba considerada hasta hace unos años la mayor superficie asfaltada del mundo, la base militar soviética de Finowfurt, cerca de Berlín, unas instalaciones que fueron abandonadas por Rusia con la caída del telón de acero y actualmente se han convertido en un museo de la aviación.
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