Práctico
De acuerdo con estadísticas internas facilitadas por las propias ITV, los problemas de iluminación constituyen la primera causa de suspenso seguida por los neumáticos en mal estado y las emisiones contaminantes.
En el caso de los faros los problemas van desde bombillas fundidas o descascarilladas que han perdido su color, hasta faros oscurecidos que han perdido su apariencia transparente por el paso del tiempo, con lo cual han perdido también su capacidad para iluminar con claridad.
En este caso nada mejor que los remedios de la abuela para solucionar este problema.
Al igual que el vinagre es un producto milagro a la hora de eliminar la suciedad de las llantas, que es fácil que queden impregnadas de restos de ferodo de las pastillas de freno y de asfalto, la pasta de dientes tiene otra insospechada función que puede ahorrarnos mucho dinero.
En este caso la pasta de dientes y un pequeño cepillo son más que suficientes para devolver la claridad a las tulipas de los faros. Para poner en práctica el truco basta con frotar primero el faro con un buen quitagrasas de cocina y una bayeta, posteriormente aclaramos bien y repetimos la operación pero con pasta de dientes.
En este caso y sin dar marcas basta alguna de las más populares pero que no tenga efecto blanqueador ni nada parecido que puede afecta al plástico, un buen dentífrico de marca generalista será suficiente.
Una ver hemos frotado con una bayeta o con el cepillo pero siempre con suavidad, basta con retirar y aclarar con abundante agua un cuarto de hora después de su aplicación, para que el producto haga efecto.
Aunque no quede como nuevo, pues para eso sería necesario pulirlos, la realidad es que el efecto sorprende y además es posible que una vez aplicado el tratamiento en la ITV nos den el aprobado sin necesidad de gastar lo que nos constaría unos faros nuevos o un buen pulido.
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