Seguridad vial
«Bajan del avión y les ponen a conducir»: Cuando coger un VTC está considerado actividad de riesgo
La tasa de accidentes de los VTC no para de crecer hasta multiplicar la de los taxis tradicionales, la baja formación de los conductores estaría detrás de una situación que preocupa ya en algunas ciudades
Hace más de una década que los VTC llegaron a España, casi 15 años no exentos de polémica por su enfrentamiento con los taxistas y sus gremiales. Es cierto que llegaron para dinamitar un sector, el transporte de pasajeros, que hasta entonces ejercían casi en monopolio los taxistas.
Polémicas y enfrentamientos han sido la tónica habitual en la relación entre pelas y cucarachas, así se llaman mutuamente, durante estos años en las ciudades en las que se han visto obligados a compartir calles y clientes. Un sector que poco a poco va regularizando su situación con la constante vigilancia del sector del taxi, que vela porque sus intereses no se vean afectados por este colectivo.
Pelas y cucarachas
La polémica saltó este mismo fin de semana en la capital cuando un conductor de VTC se tiraba, literalmente, con su coche por unas escaleras de una zona peatonal de la capital. En este caso, el desconocimiento de Madrid junto con la fe ciega en los navegadores provocan que esto sea mucho más habitual de lo que parece.
De hecho hay unas escaleras en Chueca que los vecinos han bautizado como las escaleras de la muerte por el elevado número de conductores de VTC que acaban allí atascados con sus vehículos.
Las escaleras de la muerte
Los vecinos ya han perdido la cuenta del número de vehículos VTC que han quedado allí atascados con sus vehículos, incluido un taxi, una proporción que habla mal de la conducción de los primeros.
De acuerdo con un estudio de siniestralidad, los VTC superan a los taxis en accidentes en una proporción de casi el doble. En la capital hay actualmente unas 15.600 licencias de taxi entre los que se registraron el año pasado 880 accidentes, frente a los 1.196 de los VTC con solo 8.800 licencias.
Pero en el acumulado de 2024 los datos son aún peores, pues entre enero y septiembre los VTC han sufrido 904 incidentes de circulación, frente a los 704 de los taxistas de toda la vida.
Tal y como reconoce uno de ellos que prefiere permanecer en el anonimato a El Debate, el problema es «que se bajan del avión y los ponen a conducir», un cometario que alejado de connotaciones racistas hace referencia a que estos conductores carecen de la formación básica en el servicio del transporte de pasajeros.
Sin formación
En el caso de los taxistas, además de la licencia necesitan una habilitación especial y superar un examen que incluye conocimientos del callejero y del idioma, mientras que los conductores de VTC solo deben presentar carnet de conducir, una foto y un certificado de antecedentes penales.
Tal y como es sencillo comprobar por las ofertas laborales publicadas les prometen unos ingresos entre los 1.800 y los 2.000 euros, aunque tan solo algunas empresas que lo creen conveniente les obligan a acreditar más de dos años de experiencia con el carnet de conducir.
Por ello hace años que los taxistas exigen una formación específica para ellos, pues al final están obligados a compartir calles y asfalto durante muchas horas cada día.