El Papa Francisco en uno de sus Dacia
Imágenes del Vaticano
Los humildes coches que el Papa elegía a diario y ponían de los nervios a su servicio de seguridad
Dacia, Fiat, Kia, Ford u Opel estaban entre las marcas preferidas por el Pontífice, que además tenía la curiosa manía de viajar en el asiento del copiloto...
Cuenta la leyenda urbana que todos los que hayan estado en Roma alguna vez durante la última década y no hayan visto al Papa Francisco circulando en su modesto Ford Focus no han estado en Roma.
Cuentan también fuertes cercanas al Pontífice que las discusiones con su servicio de seguridad eran constantes para decidir el vehículo que usaban para cualquier desplazamiento, pues Francisco huía de cualquier tipo de lujo en su vida cotidiana, y para él los papamóvil entraban en la categoría de lujo.
Parque móvil de lujo
La Santa Sede dispone de varios tipos de vehículos en su parque móvil, los más mediáticos son los papamóvil que sólo se usan en las visitas con carácter público en las que se intenta que el Pontífice se acercara a los feligreses.
El Papa Francisco entrando en su famoso Ford Focus
Pero el parque móvil del Vaticano dispone también de coches oficiales exclusivos y de vehículos de servicio de casi todas las marcas, vehículos que habitualmente usa el servicio de seguridad y que precisamente eran los preferidos por el Pontífice.
Sus coches preferidos
Hablamos de modelos de las marcas Fiat, Dacia, Ford, Opel, Renault, Hyundai e incluso Kia, coches populares como los que conducen las familias medias europeas a diario, coches que no estaban blindados y que ponían de los nervios a su servicio de seguridad.
El Papa Francisco a su salida del hospital en un Fiat 500 L
Ya han entrado ya en la categoría de anécdotas sus desplazamientos en Kia Soul durante su visita oficial a Corea del Sur, donde llegó a acuñarse la frase de que «Francisco viaja en un Soul porque está lleno de alma», en relación al significado en español de la palabra soul: alma.
Lleno de alma
Es cierto que su último desplazamiento en coche lo hizo en un Papamóvil, el Mercedes Clase G habitual, pero sólo unos días antes se había dejado ver dentro de un Fiat 500 L a la salida del hospital tras pasar más de un mes ingresado.
Su último desplazamiento público en papamóvil
Sin olvidar el Toyota Corolla en el que abandonó el aeropuerto hace un año durante su visita a Portugal o el Dacia Sandero y Duster de riguroso color blanco en el que era habitual verle en el asiento del copiloto, pues siempre que podía elegía ese puesto de los automóviles.
Tampoco puede quedarse en el tintero la anécdota con el Renault 4 con más de 300.000 km que le regaló un sacerdote italiano y que rechazó en un principio hasta que el cura le explicó que se había comprado un nuevo y tendría que mandarlo al desguace.
