Imágenes del vídeo facilitado por la Guardia Civil

Imágenes del vídeo facilitado por la Guardia Civil

Infracción muy grave

La avería que ha permitido pillar a dos conductores que hacían carreras: «la policía no se chupa el dedo»

Los jóvenes casi doblaban la velocidad máxima permitida en esa autopista, poniendo en peligro su vida y la de otros usuarios de la vía

Galicia ha vuelto a ser testigo de una infracción que va más allá de la simple multa y entra de lleno en el terreno de lo penal y como tal debería actuar la fiscalía de seguridad vial.

Tal y como ha relatado la Guardia Civil en redes sociales, a primeros de mayo una pareja de la Agrupación de Tráfico que patrullaba por la AG-31, que une las localidades de Rante y Celanova en Orense, paró a auxiliar a dos vehículos que estaban en el arcén.

Parados en el arcén

Una vez allí los jóvenes conductores relataron a la Guardia Civil que uno de los coches se había averiado y estaba esperando una grúa; hasta ahora todo normal si no fuera porque el crepitar de frenos y el ruido de los electroventiladores de los coches delataba que los conductores habían estado ‘exprimiendo’ los coches pero bien.

El vídeo de las cámaras fue definitivo

El vídeo de las cámaras fue definitivo

Cuando un coche ha estado rodando a alta velocidad huele literalmente a quemado y emite una serie de ruidos y chasquidos muy característicos que conocen perfectamente los agentes, de la misma forma basta tocar el capó para detectar una temperatura inusualmente elevada en el motor.

Indicios muy claros

Los agentes no se quedaron nada satisfechos con lo que vieron a simple vista y decidieron llamar a control de carreteras para que revisaran alguna de las cámaras de los tramos cercanos y … eureka. En el vídeo aparecían los dos coches a más de 200 kilómetros a la hora circulando en paralelo, lo que quiere decir que habían participado en algún tipo de carrera o prueba ilegal.

El tramo de la AG-31 en el que fueron descubiertos

El tramo de la AG-31 en el que fueron descubiertos

Inicialmente los conductores harán frente a una infracción muy grave que se sanciona con una multa de 600 euros y 6 puntos del carnet, pero es de esperar que además sean denunciados por un delito de conducción temeraria que supone hacer frente a un proceso judicial, de lo contrario estaríamos ante un gravísimo precedente.

Hablamos de circular a 205 kilómetros/hora en una zona limitada a 120, casi al doble de la velocidad máxima permitida en una carretera abierta al tráfico.

Los comentarios en redes sociales no han tardado en alabar el trabajo de la Guardia Civil en un caso que va más allá de lo que parecía, tal y como dice un seguidor, «la Policía no se chupa el dedo».

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